Clarín

El gol de Atlanta que no se cobró y el descargo de Loustau

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En semanas en las que la Copa de la Liga puso en tela de juicio la utilidad del VAR, la ausencia de la tecnología en la Primera Nacional provocó una verdadera injusticia en el partido entre Atlanta y Gimnasia y Tiro disputado en Villa Crespo. Se trata de una nueva polémica en el mundo del ascenso aunque ahora contó también con el mea cupla del árbitro del encuentro, Juan Pablo Loustau. Loustau es hijo y nieto de Patricio y Juan Carlos Loustau, ex árbitros internacio­nales.

El encuentro terminó 1-1 y a Atlanta no le convalidar­on un gol cuando estaban 0-0: en un remate de tiro libre la pelota pegó en el parante interno del arco y Loustau se confió de que se había estrellado en el travesaño. Finalmente, ante la ausencia de VAR, pagó cara su confusión y terminó pidiendo disculpas públicamen­te.

Pasó de todo. Atlanta se quedó con un jugador menos a los 40 minutos cuando una incesante lluvia afectó el juego de ambos equipos y no pudieron convertir goles. Todo cambiaría en el complement­o.

A los 23 minutos Atlanta tuvo un tiro libre sobre la esquina del área. El remate de Lucas Ríos picó, se desvío gracias a un manotazo de Federico Abadía y tomó un efecto que hizo que la pelota rebotara en el soporte de la red y saliera despedida hacia afuera cayendo a las manos del arquero. Siga, siga.

La confusión fue tan grande que en un principio no hubo nadie, ni siquiera los comentaris­tas de la TV, que percibiera que el balón en realidad había entrado.

“¡Pegó en el travesaño!”, gritó el relator más allá de que los hinchas de Atlanta y algunos jugadores ensayaron algún festejo con el posterior reclamo.

El juez de linea, que se encontraba bien ubicado en ningún momento dio señas de haber visto la pelota ingresar. Es por ello que Juan Pablo Loustau confió en su accionar al no lograr observar con claridad la jugada.

Todo cambió cuando la repetición mostró lo que realmente había pasado. Era gol para Atlanta. Quien no tuvo dudas de que el gol debía ser convalidad­o fue el entrenador Mario Sciaqua al punto que su efervescen­te protesta lo llevó a ser expulsado. “Una vergüenza”, repitió una y otra vez.

Tras la polémica, Atlanta tuvo su revancha y marcó el 1-0 a falta de 10 minutos para el final. Pero la suerte no estuvo de su lado: a los 47 minutos el equipo salteño (que también jugaba con 10 hombres) empató el encuentro poniendo sal en la herida que había abierto el gol de Ríos no cobrado.

Una vez en los vestuarios, tanto los jugadores de Atlanta como el cuerpo arbitral pudieron ver la repetición de la polémica jugada.

Loustau apenas notó su error deA cidió salir a hablar antes de retirarse de la cancha. “Me voy con una sensación horrible porque vimos que fue gol. En el campo de juego se hace difícil porque la pelota entra por aire y pica afuera. Es una de las jugadas más difíciles tanto para el asistente como para mí”, lamentó.

Pero apeló a la falta de la tecnología. “Me cuesta reprocharm­e la jugada porque son jugadas que en Europa se resuelven con el reloj que marca si la pelota pasa la línea: en Primera muchas veces con el VAR y acá, a nosotros, se nos hace muy difícil verla”, explicó.

A pesar de las declaracio­nes los jugadores de Atlanta evitaron seguir con la discusión y Sciaqua buscó no darle importanci­a a la situación. “Ante la gran adversidad el equipo se repuso, tuvo hombría y juego”, expresó con la más absoluta resignació­n.w

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