Putin cierra la campaña de un comicio con final garantizado
Enfrenta a tres rivales que eligió el Kremlin. Los principales opositores están presos, exiliados o asesinados. La elección se extenderá durante tres días.
El controvertido líder ruso, Vladímir Putin, cerró este jueves la campaña electoral con el claro objetivo de perpetuarse otros seis años en el Kremlin, una meta indiscutible: marcha sin rivales reales y con los principales opositores presos, asesinados o exiliados. Mientras, aumentan los llamamientos para que Occidente no reconozca los resultados de los comicios.
La campaña ha sido turbulenta, marcada por la sospechosa muerte del destacado opositor Alexei Navalny en una remota cárcel en el Ártico, y con Putin centrado en reforzar su imagen de comandante supremo militar con la guerra de Ucrania en el cuadrante. “Voten por la patria”, clamó en estas horas el presidente, indicando que hacerlo por la patria es hacerlo por él. Con es lógica remarca la importancia de acelerar la producción de la industria militar, donde trabajan unas 3,5 millones de personas.
“El mundo debe asumir de una vez por todas que Putin no es quien aparenta. En realidad es un usurpador, un tirano, un criminal de guerra y un asesino”, dijo Yulia Naválnaya, viuda del fallecido Navalny, en un artículo publicado esta semana en The Washington Post.
Los 112 millones de rusos convocados a las urnas podrán votar durante tres días -viernes, sábado y domingo-, una opción introducida durante la pandemia, que la oposición considera fraudulenta, al igual que el voto electrónico, que podrá ejercer un tercio del electorado.
Putin se dirigió el jueves a los rusos por televisión para que acudan a votar en unos comicios que calificó de “paso hacia el futuro” y subrayó que los soldados que combaten en Ucrania “defendiendo la patria con valentía y heroísmo y participando en las elecciones, nos dan ejemplo a todos nosotros”.
Pese a que más de la mitad de los rusos abogan por abrir negociaciones de paz con Ucrania y los éxitos en el campo de batalla ucraniano llegan con cuentagotas, Putin cuenta con una intención de voto de más del 80% según encuestas que se arman en un país donde no hay libertad de prensa y el disenso es castigado penalmente.
La Comisión Electoral Central sólo registró a tres candidatos, ninguno de ellos realmente opositor: el comunista Nikolái Jaritónov y el postulante de la Gente Nueva, Vladislav Davankov, que cuentan con un 6% de intención de voto, y al ultranacionalista Leonid Slutski, que figura como tercero en discordia con un 5%. Los tres fueron elegidos por el Kremlin.
Al reformar las cláusulas de la Constitución que le impedían seguir en el poder, Putin podrá presentarse de nuevo a la reelección en 2030, para cuando tendrá ya 77 años.
La presidenta de la CEC, Ela Pamfílova, aseguró que “por primera vez” las elecciones se celebran en “una atmósfera internacional tan tóxica” y acusó a los países occidentales de “una cínica violación sin precedentes” del derecho al voto de los rusos que residen en el exterior.
“Esta no es simplemente una elección de presidente, está en juego el destino de Rusia, qué hacer en el futuro. Por cierto, en gran medida (estas elecciones) determinarán cómo se desarrollará el mundo. La transición del monopolio injusto a unas relaciones igualitarias entre países”, proclamó sin reparar en exageraciones.
Pamfílova, que es acusada por la oposición de manipular los resultados electorales desde que asumió el cargo en 2016, adelantó que estos días también votarán las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y las regiones Zaporiya y Kherson, en alusión a los cuatro territorios ucranianos anexionados por Rusia. Hasta 4,5 millones de residentes en las zonas ocupadas por el Ejército ruso podrán ejercer su derecho al sufragio, incluso aunque carezcan de ciudadanía rusa. Desde ya que nadie espera que ahí pierda Putin.
Por todo ello, Naválnaya, el encarcelado opositor Vladímir KaraMurzá y Guennadi Gudkov, antiguo diputado ruso exiliado en Bulgaria, reclaman parlamentos y líderes occidentales para que no se reconozcan unas elecciones “totalmente falsificadas”, cuyo único objetivo es “retener el poder. Reconocer a Putin como jefe de Estado tras las elecciones será una muestra de debilidad”, afirman. ■