Crimen del country de Pilar: familiares bajo la lupa y el enigma de un médico
Citarán a declarar a todos los allegados a Wolfenson. Y buscan al doctor de una ambulancia.
Roberto Eduardo Wolfenson (71) murió asfixiado. Su asesino usó un cable, una tanza o un hilo fino para ahorcarlo y él se defendió hasta el útimo minuto. Estaba sobre un charco de sangre. Sus manos presentaban lesiones defensivas, además de pelos y golpes en la cara que mostraban una "clara escena del crimen". Al menos eso determinaron los investigadores y aquellos que tuvieron acceso al expediente. También los primeros policías que llegaron al lugar y recogieron muestras.
Pero hubo dos personas que llamativamenteno vieron allí un crimen. Fueron dos los médicos que llegaron al lote 397 del country La Delfina. El primero fue una ambulancia del servicio de emergencias contratado por la administración del barrio y que corresponde a la empresa Vital. El segundo fue el doctor Marcelo Rodrigué, policía del Cuerpo Médico Forense con más de 30 años en la Bonaerense. Llegó, examinó a Wolfenson en medio de un charco de sangre, levantó su cabeza y dijo: “Murió de un infarto”.
El error duró 12 horas. Para los investigadores, "se perdió tiempo valioso" y hasta pruebas porque limpiaron la escena. La fiscalía a cargo de la investigación derivó las actuaciones para que la Fiscalía General inicie una causa para determinar si incurrió en los delitos de acción pública o, llegado el caso, un encubrimiento.
Sorpresivamente no fue el único en dar ese diagnóstico. Fuentes con acceso al expediente dijeron a Clarín que el médico que llegó con la ambulancia también consideró que Wolfenson había fallecido por un infarto. Después de dos allanamientos no lograron encontrarlo. Ese médico es, por estas horas, una curiosa incógnita.
Los cruces en la familia empezaron el día del hallazgo del cuerpo. Si bien todos ya declararon, ahora el fiscal Camafreita citará a todos los familiares de la víctima para consultarlos sobre elementos que fueron surgiendo. Esa misma noche hubo una discusión telefónica entre la viuda y el hijo del ingeniero por una "cartera" con documentación y tarjetas de crédito que Esteban Wolfenson (35) se habría llevado de la casa. Roberto vivía con su pareja desde hacía 18 años. Graciela Orlandi (70), que no estaba en su casa el día del crimen. Hay dudas respecto de los horarios planteados en la declaración. Y también por movimientos de dinero por home banking desde las cuentas de Wolfenson, una vez que ya se sabía del asesinato.
Algunos testimonios reconocieron que la pareja atravesaba una crisis vinculada a la casa de Pilar. Será otro punto a echar luz en las declaraciones que se harán la semana que viene en la fiscalía. Los dos hijos de Orlandi también serán citados a declarar. ■