La defensa de Alperovich llevó un psicólogo para ir contra la acusación
Con la jugada, sus abogados buscan objetar a los peritos oficiales. Al ex gobernador se lo juzga por violación.
José Alperovich (68) se puso una camisa blanca. Esperó, quieto, frente a la cámara de su PC la sexta audiencia en el juicio por abuso sexual que lo tiene en el banquillo de los acusados. El ex gobernador tomó mate, fumó y escuchó, como ya es habitual. Sólo presenció la primera audiencia y el resto las escuchó sentado en una oficina de su casa. Por momentos, algunas personas entraban y salían, le acercaban mates o cigarrillos. Él se acomodó una y otra vez y escuchó.
Los testigos del jueves fueron psicólogos y psiquiatras que entrevistaron a la víctima y el acusado.
La defensa de Alperovich está encabezada por Augusto Garrido, miembro del estudio jurídico Cúneo Libarona (Mariano Cúneo Libarona dejó la defensa al asumir como ministro de Justicia de la Nación), y lo acompañan el tucumano Ariel Sosa y por Mercedes Rodríguez Goyena.
A los tres abogados se sumó, curiosamente, un psicólogo que dio apoyo a la defensa para realizar los interrogatorios a los peritos.
La declaración de los peritos
El primero en declarar fue Eduardo Espector, médico psiquiatra (M.N. 71322), forense y profesor titular de la Cátedra de Psiquiatría Forense en la Universidad Maimónides. Su declaración fue extensa pero no abundaron los detalles concretos respecto de los resultados. Espector realizó dos entrevistas de manera virtual con José Alperovich y realizó un informe confeccionado por el perito de parte y presentado por la defensa.
Espector aseveró "para mi gusto, para mi conocimiento, pudo haber estado sobredimensionado el dolor por la pérdida de poder por la denuncia". Y aclaró: "En general cuando uno pierde poder, más que un trastorno adaptativo puede tener un cuadro depresivo. Acá los que se vio, además de la depresión, es el tema de la ansiedad a partir de la denuncia que se le hizo y de lo que podría acontecer en el futuro".
Además dijo que "no se han detectado indicadores de ser un individuo que no necesite someter a los demás" y negó que se lo pueda calificar como una personalidad "dictadora". El psiquiatra afirmó varias veces que no realizó un peritaje sino un informe preliminar. Además de que estudió todo el expediente para realizarlo.
Por eso en su informe cuestionó a la víctima, los peritajes realizados a la joven y la falta de "conductas evitativas", como por ejemplo renunciar a su anterior trabajo para continuar trabajando con Alperovich en la campaña que lo dejó afuera de la gobernación en 2019.
¿Por qué la defensa apunta a los peritajes psicológicos y hace tanto énfasis en este aspecto?
La estrategia de los abogados para contrarrestar la acusación de la fiscalía, a cargo de Sandro Abraldes, y de la querella, en manos de Carolina Cymerman, Pablo Rovatti y Esteban Galli, es desviar los indicios compatibles con abuso sexual y a los testigos que manifestaron haber presenciado el deterioro físico y emocional de la víctima durante el periodo en el que trabajó con el primo de su padre.
Para ellos, tal como quedó claro con el testimonio de la hija de Alperovich, Sara, y de la entonces candidata a vicegobernadora de Tucumán, Beatriz Mirkin. Según sus declaraciones, la joven mantenía una relación -en esa época- con David Mizrahi, un concejal tucumano que integró el espacio político con Alperovich pero que después pasó a la del actual gobernador, Osvaldo Jaldo.
Siempre según su versión y con clara intención de favorecer a Alperovich, ella era víctima de violencia de género en esa relación y por eso había empezado un grave deterioro físico y emocional durante 2017 y 2018. En el mismo sentido cuestionaron a Mónica Masculino de Herrán, perito del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
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