La AFA rescindirá el contrato con ESPN para la Supercopa
de la polémica que se desató por la transmisión de la final entre River y Estudiantes del pasado miércoles a través del streaming Star+, la AFA decidió ayer rescindir el contrato que le daba a ESPN los derechos audiovisuales para televisar la Supercopa Argentina.
En las últimas horas, desde el organismo que dirige Claudio Chiqui Tapia, habían advertido a través de un comunicado oficial que “la transmisión del partido final de la Supercopa disputado en el día de ayer (por el miércoles) entre los clubes River Plate y Estudiantes de La Plata efectuada en forma exclusiva por medio de la plataforma “Star+” constituye un claro incumplimiento del acuerdo por la organización y explotación del torneo suscripto con la empresa Torneos y Competencias S.A”.
Y seguía: “En tal sentido, y ante las publicaciones periodísticas aparecidas en días previos al evento, con fecha 11 de marzo de 2024, se intimó formalmente a dicha firma a fin de que arbitren los medios para una adecuada distribución del partido, bajo apercibimiento en caso de incumplimiento de accionar judicialmente”.
A su vez especificaba que “la Supercopa es una final perteneciente a un torneo oficial de AFA. Ninguna competencia del fútbol argentino fue emitida únicamente y en exclusiva por una plataforma como Star+, en detrimento de la distribución en señales lineales de TV, con los perjuicios que dicha decisión trae para televidentes, espectadores, clubes participantes, sponsors y hasta la propia Asociación”.
Por lo tanto, señalaba que “es por ello que los antecedentes fueron elevados a la Gerencia de Legales de AFA con el propósito de evaluar las acciones correspondientes a fin de defender los derechos de la Casa y del fútbol argentino en su totalidad”.
Más allá de los idas y vueltas, se jugó un partido y fue mucha la gente que quería verlo y no sabía por dónde ni cómo. También estuvieron los que padecieron las fallas propias de Internet, las imágenes congeladas o pixeladas, alguna conexión caída por culpa de las lluvias y el nefasto “delay” que hace que la transmisión por radio (la siempre eficiente radio) llegue entre uno y dos minutos antes, con lo que eso implica para cualquier futbolero o futbolera de ley.
Las redes sociales fueron el epicentro del fastidio popular, que pasó de la sorpresa por no ver el partido a la bronca por las deficiencias del servicio.