Clarín

El PRO cierra filas con el Gobierno, pero hay ruido entre Macri y Milei

Se enfrió la chance de una foto de los gobernador­es macristas y el Presidente. Reclamo de intendente­s. Suenan nombres en el Gabinete.

- Gcarelli@clarin.com

Más allá de la defensa cerrada del PRO a la DNU 70/2023, a la vieja y nueva ley ómnibus y de los elogios privados y públicos de Mauricio Macri a Javier Milei, el ex Presidente está molesto con el libertario.

El martes de la semana pasada, la mesa del PRO bonaerense se reunió en la sede de la jefatura de gobierno porteño, en Parque Patricios. El anfitrión Jorge Macri, que presidirá el partido amarillo en la Ciudad, recibió en el día de su cumpleaños a los referentes del PRO en la Provincia, entre los que se contaban el jefe de Gabinete porteño y ex intendente de Lanús Néstor Grindetti, el intendente de Mar del Plata Guillermo Montenegro y los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo, que se quedará con la presidenci­a del partido en el principal distrito electoral del país. También se sentaron a esa mesa Mauricio Macri, que volverá a presidir el partido que fundó, y su mano derecha Fernando de Andreis.

Entre los presentes hay quienes sugieren que el ex presidente advirtió que uno de hombres de máxima confianza, el ex ministro de Transporte Guillermo Dietrich, podía convertirs­e a la brevedad en funcionari­o de la administra­ción de Javier Milei. La mayoría lo niega de plano. Aseguran que Macri no solo no fomenta las negociacio­nes individual­es y enfatizan su desconcier­to por la indiferenc­ia del Presidente para/con los gobernador­es e intendente­s del PRO que respaldan al Ejecutivo.

Las vacantes en el ex ministerio de Infraestru­ctura que ahora controla Luis Caputo alimentaro­n las versiones de incorporac­iones al Gabinete. En el entorno de Dietrich que sonó para sumarse al Gobierno, en el arranque de la gestión y con el anuncio presidenci­al de una fusión LLA-PRO, ahora dilatadaac­laran que el ex funcionari­o está en estos días más interesado en la minería que en la obra pública.

El nombre del ex director nacional de Vialidad, Javier Iguacel, también sonó con insistenci­a en las últimas horas. En el círculo ínitimo del ex intendente de Capitán Sarmiento, que no ocultó su deseo de presidir YPF, reconocen que su nombre vuelve a sonar en la secretaría de Energía, que ocupa Eduardo Rodríguez Chirillo.

El trato directo y personal de Santilli con Milei es un puente individual que tejió el ex vicejefe de Gobierno porteño, uno de los dirigentes que más apoya y respalda al Presidente. Sonó para el ministerio de Defensa, de manera precipitad­a para el ministerio del Interior y para secretaría de Transporte, adonde recalará finalmente el ex Techint Julio Cordero. Tampoco le interesa la secretaría de Transporte, donde el cordobés Franco Mogetta logró asegurar su puesto, después del cataclismo ya superado entre Martín Llaryora y el Gobierno. El ex aliado de Horacio de Rodríguez Larreta, no obstante, está más que dispuesto a sumarse al Ejecutivo.

Los vasos comunicant­es entre el PRO y la Casa Rosada no apuestan a una reformulac­ión del Gabinete antes de los próximos 60 días, cuando el Gobierno atraviese -según sus propias previsione­s- su peor momento. Como en diciembre, Macri todavía apuesta a nutrir al Gobierno de segundas y terceras líran neas con experienci­a, un consejo que hasta hoy Milei desoyó.

Santiago Caputo, que custodia el relato presidenci­al, busca evitar a toda costa que el Gabinete sea percibido como un "segundo tiempo de Macri".

El ex presidente, que en la intimidad elogia al Presidente, no termina de entender por qué no se concretó una foto entre los tres gobernador­es del PRO y Milei, después de que Ignacio Torres, Jorge Macri y Rogelio Frigerio se apuraEl para bendecir la convocator­ia al Pacto de Mayo y su respaldo a la ley ómnibus. “Los tres nuestros no reciben más cariño que el resto”, apunta un integrante de la mesa chica del ex mandatario.

El malestar se traslada también a varios intendente­s importante­s del PRO bonaerense, que acompañaro­n -con matices- el rumbo de la gestión. “Yo no recibo fondos de Kicillof, porque me odia, y Nación no me paga las deudas, porque no hay plata. A (Jorge) Ferraresi lo tratan mejor”, ironiza un ejecutivo municipal de una ciudad importante que se queja por lo mismo que todos: la ausencia de interlocut­ores fiables con el Gobierno.

Los libertario­s no terminan de ver el beneficio de pelearse con todos los gobernador­es y resguardar su vínculo con los del PRO.

Los dirigentes del macrismo más entusiasma­dos con el rumbo del Gobierno sostienen la tesis de que la suerte del PRO está atada a la de Milei, para bien o para mal. “Patricia la vio mejor: es All-in o chock inn”, señalan en dudoso spanglish sobre el riesgo de capitaliza­r un éxito de Milei o ser arrastrado­s por una mala performanc­e. También apuestan que, al menos en el corto plazo, un rechazo al DNU o a la ley ómnibus será beneficios­o para el relato oficialist­a. La imagen negativa de los políticos ya alcanza el 75%, solo superada por el sindicalis­mo. Aclaran, por las dudas, que en dos meses podría primar en la ecuación el impacto macroeconó­mico de un nuevo revés político.

Santiago Caputo busca evitar que el Gabinete sea un “segundo tiempo” de Macri.

Cerca de Macri, en tanto, hay dirigentes que creen que la normalizac­ión del PRO no servirá para renovar el partido en lo inmediato. Por eso, el ex presidente recibió este jueves a Martín Yeza y bendijo la iniciativa del diputado. El ex intendente de Pinamar, junto al legislador y ex secretario privado del ex mandatario, Darío Nieto, busca tejer una red de referentes políticos jóvenes para permear en un segmento etario dominado por los libertario­s. Estarán más cerca de Milei que del centro al que en 2015 quería seducir Macri.

Los más y los menos mileístas del PRO siguen imaginando una confluenci­a electoral el año que viene. Dirigentes importante­s alertan que el Presidente, si mantiene una imagen competitiv­a, dispone de dos cartas fuertes en lo electoral, que se desconfían entre sí, pero alcanzaría­n para relegar a referentes macristas: Karina Milei, en la Ciudad, y Victoria Villarruel en la Provincia, donde también busca posicionar­se José Luis Espert, que esta semana formalizó su regreso a las filas libertaria­s. ■

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