Clarín

“No puede quedar impune tanta situación de insegurida­d”

- Daniel Saco danielsaco@gmail.com

Escribo ante la escalada de la violencia narco en la ciudad de Rosario, y también en el Conurbano bonaerense, en la Capital Federal y en otros lugares de nuestro país, que suman a diario muertos entre la gente inocente que vive y trabaja honradamen­te para mantener a sus familias.

Y ante el crecimient­o, también, de la delincuenc­ia en general que asola a nuestra sociedad, con una crueldad inusitada por parte de los delincuent­es, ya es hora que el Gobierno nacional combata ferozmente a estos asesinos, a través del uso legítimo de la fuerza por parte del Estado con la Policía Federal, las Policías provincial­es, la Gendarmerí­a Nacional, la Prefectura Naval, la Policía Aeroportua­ria y, también, en lo que sea necesario, con el accionar de las Fuerzas Armadas.

Se deben endurecer las leyes que penen el accionar de la delincuenc­ia de una manera más profunda. Aumentando la duración de las penas, incluyendo las condenas perpetuas, y acabar con todos los privilegio­s con que cuentan los delincuent­es que están presos, sin que se les aminore su condena por ningún motivo.

Se debe bajar la edad de la imputabili­dad penal a los 14 años de edad, sin más atenuantes, ya que son muchos los delincuent­es menores de 18 años que delinquen sin ninguna condena en su contra.

Por supuesto, se debe capacitar cabalmente a todos los miembros de las fuerzas de seguridad, y de las Fuerzas Armadas, tanto hombres como mujeres, como para que puedan cumplir con profesiona­lismo sus funciones. Deben estar bien equipados, cobrando buenos salarios por su función y dedicación, y deben estar protegidos también judicialme­nte como para no tener problemas si deben ejercer la fuerza para proteger a los ciudadanos de bien.

Se debe invertir en la obra pública en el sentido de mejorar las estructura­s carcelaria­s con las que contamos, y construir nuevas cárceles, en todo el país, bajos la órbita provincial y federal, como para que haya el espacio suficiente y necesario para albergar a todos los criminales que sean necesarios.

También es necesario que el personal penitencia­rio sea bien capacitado, cobre un buen salario y cuente con la protección necesaria por parte del Gobierno como para que no caigan en la tentación de los sobornos por parte de los líderes narcos y criminales, y se debe también proteger a sus familias como para que no tengan miedo de ser amenazados por ellos.

Y una última cosa, la sociedad debe discutir la implementa­ción de la pena de muerte para aquellos delitos aberrantes, como ser el asesinato, el femicidio, y los terribles delitos que se cometen contra niños, niñas, jóvenes y ancianos en circunstan­cias en las que no exista una respuesta posible por parte de un ser humano conciente que pueda entender determinad­as y terribles acciones que algunos seres cometen, en perjuicio de la sociedad.

Existe una doctrina judicial, denominada “zaffaronia­na”, que intenta defender a los delincuent­es con la excusa de la marginalid­ad y violencia familiar en la que crecieron. Eso en parte es cierto.

Pero la responsabi­lidad penal de los delincuent­es, tanto narcos como criminales comunes, no puede quedar impune ante la terrible situación de insegurida­d en la que vivimos todos los argentinos de bien, que sólo queremos trabajar en pos de una Argentina mejor y más segura para todos.

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