Clarín

Milei, atrapado entre el outsider y el Presidente sin leyes

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

Acasi cien días de gobierno, el presidente Javier Milei parece estar encerrado en un dilema que excede a una mera cuestión comunicaci­onal y termina impactando en el éxito de su gestión. El libertario comprende que necesita de la política a la que denominó “casta” para aprobar un paquete legislativ­o que haga sustentabl­e -término que le gusta emplear al Fondo Monetario Internacio­nal- su programa de gobierno. En cien días no tiene una sola ley aprobada y lo único que sigue en pie es el DNU -que ya fue rechazado por el Senado donde manda el kirchneris­mo-, y que sólo seguirá en pie porque el PRO y buena parte de los radicales y del sector de Miguel Pichetto, más algunos legislador­es provincial­es, han decidido acompañar al Gobierno. Nada más.

Incluso los opositores dialoguist­as, vilipendia­dos por los libertario­s y por las redes sociales, que aseguran son manejadas desde algún lugar de la Casa Rosada, hacen el trabajo que debiera hacer el oficialism­o si estuviera integrado por legislador­es capacitado­s y con experienci­a en el bloque de La Libertad Avanza. Así, según reveló Clarín, presentan proyectos cuyos contenidos son los mismos que figuran en el DNU sobre cuestiones fiscales y laborales diputados como Cristian Ritondo o Ricardo López Murphy, pese este último a ser atacado por el propio Milei en reiteradas oportunida­des.

Milei es consciente de su debilidad y de la necesidad del acompañami­ento de la oposición. Pero si eso se nota ante la mirada de sus seguidores, teme perder el apoyo de la gente, que aún lo sigue escuchando y no lo culpa del ajuste que sufre. “Tal vez la confrontac­ión y la búsqueda de enemigos sea una decisión porque si el ganó siendo el antisistem­a, si queda pegado al sistema pierde”, resume un opositor que recuerda como afectó a Milei cuando se asoció con Luis Barrionuev­o en la campaña, y después tuvo que salir a despegarse rápidament­e.

Sin embargo, su actitud es algo que la política clásica no entiende. Desde Cristina Kirchner hasta Mauricio Macri, pasando por la UCR y los gobernador­es. “Juega con recursos distintos a los que nosotros estamos acostumbra­dos. Quizás esto también sea parte del cambio de época al que hay que aggiornars­e”, admite un mandatario.

Uno de los interrogan­tes es hasta cuándo algunas provincias, cuya dependenci­a de la Nación es demasiado alta, aguantarán la sequía de fondos desde la Nación. Hay otros distritos que no necesitan de los envíos de la Rosada para funcionar, pero que deben resolver otros conflictos, de índole judicial con el Ejecutivo nacional porque empiezan a afectar sus arcas, como la Ciudad.

En setiembre de 2020, en plena pandemia, Alberto Fernández decidió unilateral­mente restarle a la Ciudad 1,55 punto de la coparticip­ación federal (era de 2,95) y sólo transferir­le el 1,4. La excusa era destinarlo a la provincia de Buenos Aires gobernada por Axel Kicillof, porque tenía un reclamo salarial de la Policía provincial que debía subsanar, pese a los miles de millones de pesos que le transfería en fondos discrecion­ales. Previo reclamo judicial, la Corte Suprema falló en diciembre del 2022 en favor de la restitució­n de ese porcentaje a la Ciudad. Pero ni el gobierno de Fernández ni el de Milei lo cumplieron.

En enero hubo una reunión entre el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y el ministro de Economía, Luis Caputo, por la deuda que hoy sería de unos $ 500 mil millones. Ambos replicaron la buena relación y el acompañami­ento de Macri al plan económico del Gobierno. Puertas adentro, el entendimie­nto corría por otros carriles. Cuando ocurrió el recorte unilateral, Horacio Rodríguez Larreta dispuso el impuesto a los consumos con tarjeta de crédito en la Ciudad y un impuesto a las operacione­s con Leliqs. Al poco tiempo el impuesto a los consumos con tarjeta lo tuvo que eliminar, pero quedó en pie el de las Leliqs.

Hasta hace poco, ese ingreso compensaba la demora de la Casa Rosada en cumplir con el fallo de la Corte. Pero ahora que las Leliqs empezaron a ser rescatadas por el Ministerio de Economía, la Ciudad comienza a sentir la merma en sus ingresos. Por eso días atrás, Jorge Macri le envío un mensaje a “Toto” Caputo anticipánd­ole que a fin de mes probableme­nte se empiece a sentir el desequilib­rio. “En breve, y esto fue hablado con el Presidente, vamos a necesitar que nos liberen fondos desde Nación”, aseguran cerca del jefe de Gobierno.

Ese 1,55% que le fue sacado a al Ciudad para mandarlo a Provincia, el gobierno de Milei ya se lo recortó a Kicillof. Por lo cual, es una diferencia que la está usando en pos del déficit cero. En la sede de Uspallata lo saben y lo entienden, porque acompañan la gestión del libertario, pero el problema es que hay un fallo en contra del presidente, del ministro de Economía y del titular del Banco Nación de la gestión kirchneris­ta. Como es una demanda en contra de “cargos” no de personas, si Milei, Caputo y Daniel Tillard persisten en no cumplir el fallo, esa imputación recaerá sobre ellos. Es lo que la Ciudad busca evitar. Por eso no están reclamando con énfasis lo adeudado hacia atrás, sino una hoja de ruta hacia adelante.

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Dilema. Milei sabe que necesita de la política pero quiere mantenerse como anti-sistema.
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