Alertan por una nueva forma de bullying en redes sociales
Son perfiles de Instagram llamados “Confesiones”, que crean alumnos secundarios para subir mensajes anónimos agrediendo a compañeros.
Una nueva modalidad de acoso está teniendo cada vez más lugar entre los adolescentes. Se trata de perfiles de Instagram de diversos colegios y cursos, que bajo el nombre de “confesiones”, suben mensajes anónimos en los que los chicos escriben lo que piensan de otros compañeros, los humillan, los amenazan y crean falsos rumores. Hay preocupación entre las familias y en las escuelas.
“A un pibe que se llama Yoni, del turno tarde, lo voy a c .... a piñas, que no se regale”, dice el posteo de una cuenta. Seguido de la amenaza, escribe el perfil de la víctima. “Gracias por confesarte”, le responde el administrador de la cuenta. Muchos piden tapar su foto de perfil para no ser reconocidos, a otros les da igual. A forma de “tribuna” los adolescentes comentan, jocosos, sobre la publicación.
La nueva modalidad de bullying tiene como protagonistas a los chicos de secundaria, entre primer y cuarto año. Esta nueva versión de acoso escolar cambia las reglas: no se sabe quién es el agresor, ahora pasa a ser un gran monstruo digital.
En algunos casos, las cuentas organizan peleas a la salida del colegio o hasta llegan a publicar fotos con armas de fuego. Los perfiles son públicos, pero los privados suelen tener un contenido aún más explícito. Esta moda comenzó en algunas partes de Latinoamérica bajo el nombre de “quemados” y llegó al país con otro nombre pero la misma impronta.
Sara Méndez es mamá de Lautaro (16). A finales del año pasado fue citada tanto ella como distintos padres del curso para reflexionar sobre la convivencia y el respeto al otro. En la reunión, a la que solo fueron dos papás, una docente alertó sobre una cuenta de Instagram llamada “confesiones”.
“Nos dijeron que escrachaban no solo a los alumnos de la escuela, sino también de otras. No estaba enterada, pero la directora y la preceptora estaban muy preocupadas porque estos grupos organizaban peleas afuera de la escuela. Ahí se metían hasta con la elección de género”, explicó la mujer.
Según Sara, la violencia llega a un punto en el que algunos alumnos dejan de asistir a sus clases por la exposición mezclada con burlas y agresiones. “Después de eso hablé con mi hijo y sus amigos porque me quedé muy preocupada. Me dijo que una compañera había dejado de ir e incluso se había cambiado de curso para no ver más a sus compañeros porque le daba vergüenza la situación y ellos la cargaban por ser bisexual”, comentó a Clarín.
La mujer consideró que “es muy importante el involucramiento de los padres en estos temas”. “En esa reunión habían citado padres de distintos cursos de primer y sexto año y solo éramos dos papás. La adolescencia es una etapa difícil y lamentablemente en muchos hogares no hay contención y estaría bueno que se tome conciencia de esta problemática y del peligro que son las redes sociales para nuestros hijos”, dijo.
Paola Marchisio es mediadora escolar y brinda el taller “En tus zapatos” dirigido por la secretaría de Bienestar Integral de la Ciudad de Buenos Aires. Según la especialista
Cuando logran bloquear un perfil, enseguida surge otro.
“muchos docentes no están enterados sobre este nuevo tipo de acoso cibernético”.
“Generalmente cuando los chicos comienzan el secundario lo primero que hacen es ver si hay un perfil de confesiones de su grado o de su colegio. Esas páginas se usan para ensuciar la reputación digital de otro, que después repercute en la identidad personal”, aseguró.
Marchisio advierte que las denuncias a veces no son efectivas en la plataforma y que en los casos donde se logra el cierre del perfil, los propios administradores vuelven a crear otro.
Respecto a esto, Clarín consultó a Meta sobre la imposibilidad de denunciar algunas cuentas. “Estamos comprometidos a proporcionar un ambiente seguro y positivo para los adolescentes en nuestras aplicaciones, y queremos que se sientan bien sobre el tiempo que pasan en ellas. Meta lleva más de una década trabajando en bienestar digital, y ha desarrollado más de 30 herramientas, funciones y recursos para apoyar a los adolescentes y a sus familias”, explicó María Cristina Capelo, líder de seguridad en Meta America Latina
“Tenemos políticas estrictas contra el acoso y el hostigamiento de los adolescentes, y trabajamos constantemente para hacerlas cumplir y eliminar el contenido infractor. Después de revisar las cuentas proporcionadas, las hemos desactivado por violar nuestras políticas " completó.
Marchisio manifiesta que los chicos no suelen contar las situaciones de ciberbullying a sus padres, “por la vergüenza, por el miedo de que le limiten el horario de internet o que les eliminen los perfiles de Instagram”. “Es importante que como padres no minimicemos los problemas que ellos tienen, por ahí hay cosas que para nosotros son mínimas, pero para ellos es un gran problema”, remarcó.
Otro de los consejos, es crear espacios de diálogo con los adolescentes, pero Paola destaca una recomendación central. “Hay que ir a los colegios a hablar, pedir ayuda y mediar en la situación. Nunca hay conflictos menores. No se trata de problemas de chicos y por eso no hay que meterse. Hay que involucrarnos”, dijo al terminar.