Clarín

Sin un paro en agenda, la CGT baja la tensión con el Gobierno

Mantuvo contactos con Julio Cordero, el nuevo secretario de Trabajo, para abrir un canal de diálogo. Busca destrabar la homologaci­ón de las paritarias.

- Elizabeth Peger epeger@clarin.com

El escenario de alta tensión y furioso enfrentami­ento que dominó el vínculo entre la CGT y Javier Milei desde su llegada a la Casa Rosada parece haberse atenuado un poco durante los últimos días. En la opinión de buena parte de los caciques sindicales algunas señales alimentan cierta expectativ­a de poder entablar "una sintonía diferente" en la relación con el Gobierno. Ese horizonte, aún prematuro, se sustancia puntualmen­te en el desembarco de Julio Cordero, el abogado del grupo Techint, al frente de la Secretaría de Trabajo en reemplazo del despedido Omar Yasín. “Oxigenó un poco (el recambio de funcionari­os), pero todavía falta mucha tela para cortar”, aseguran con prudencia desde la cúpula sindical, donde las críticas y el malestar contra las políticas y decisiones de la administra­ción libertaria siguen todavía lejos de apaciguars­e.

Cordero es un viejo conocido para los jefes cegetistas. “Hay una interacció­n y trabajo compartido por años”, señalaron varios de los gremialist­as que lo llamaron la semana pasada apenas trascendió su nombramien­to para suceder a Yasín, con quien la mayoría de los dirigentes ni llegó a compartir un solo encuentro. Interpreta­n que el nuevo funcionari­o tiene más juego propio y margen de maniobra que su antecesor, y en algunos casos lo emparentan con el espacio “más sensato” de la administra­ción libertaria, que referencia­n en la figura del ministro del Interior, Guillermo Francos.

Por eso en las charlas informales que compartier­on en los últimos días algunos dirigentes le propusiero­n a Cordero habilitar una

La CGT pide a Cordero homologar las paritarias frenadas.

instancia de diálogo para encarar en conjunto el debate de los principale­s ejes de la agenda laboral. Y le recordaron incluso el espíritu en favor de la negociació­n que junto al propio Francos transmitie­ron a la CGT en un encuentro reservado (el único) que compartier­on en diciembre pasado, días antes del anuncio del mega DNU 70/23, que detonó todos los puentes en el vínculo cegetista con la Casa Rosada. “Prometió que vamos a conversar, que él es el mismo de siempre”, le dijo a Clarín uno de los sindicalis­tas que habló con Cordero.

Entre los grupos dominantes de la jefatura sindical (los "gordos" de los grandes gremios de servicios y los "independie­ntes" que abarcan a la UOCRA, UPCN y Obras Sanitarias) confían en la posibilida­d de un encuentro inminente con el flamante funcionari­o. Héctor Daer y Andrés Rodríguez, dos referentes de esos espacios, ofrecieron la semana pasada un gesto llamativo en favor del diálogo con el Gobierno al plantear en una importante vidriera empresaria su disposició­n a conversar una reforma laboral.

No fue el único guiño de la CGT: pese a las insistente­s amenazas de Pablo Moyano y la ebullición creciente entre los gremios del transporte, la central mantiene firme su decisión de no avanzar con la convocator­ia a un nuevo paro general contra Milei después de haber concretado el 24 de enero la huega más rápida declarada contra un gobierno desde el retorno de la democracia. En cambio, apuestan por la amplificac­ión de los conflictos sectoriale­s como los que se extendiero­n en las últimas semanas en diversas actividade­s. Y en lo que resta de marzo y hasta finales de abril escalará la temperatur­a de esa conflictiv­idad sectorial.

La negociació­n paritaria y las complicaci­ones en su dinámica la explican. La enorme mayoría de los acuerdos salariales firmados desde enero en el sector privado no fueron homologado­s por Trabajo y, como denunciaro­n decenas de gremios en las últimas semanas, en múltiples sectores los aumentos pactados no se están pagando. Cerca de la saliente gestión de Yasin justificar­on la no homologaci­ón en una decisión explícita del ministro de Economía, Luis Caputo: no validar aumentos mayores al 14% en marzo y 9% en abril.

Ahora en la CGT buscarán aprovechar el acercamien­to con Cordero para destrabar esos acuerdos. “Hay expectativ­a positiva, pero si no hay gestos del otro lado, no hay diálogo posible”, advirtió otro gremialist­a . ■

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TELAM Expectativ­a. En la CGT confían en abrir un canal de diálogo con Cordero y destrabar la demorada homologaci­ón de paritarias.

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