La madre de Candela renunció a su rol de querellante en el juicio
El segundo juicio oral por el secuestro y crimen de Candela Sol Rodríguez (11), ocurrido en agosto de 2011 en Hurlingham, trajo ayer una nueva polémica. Primero fue la puja entre el Tribunal Oral N° 6 de Morón, que insistía -pese al consejo de las autoridades de seguridadde trasladar al capo narco Miguel Ángel “Mameluco” Villalba (60) a cada audiencia.
Esto fue abortado luego de una carta dirigida a los jueces por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: hace una semana que “Mameluco” participa del juicio vía teleconferencia desde el área de presos de “alto riesgo” del Complejo Penitenciario I de Ezeiza.
Aunque había asistido normalmente a la audiencia del viernes, Carola Labrador (51) -mamá de Candelano apareció ayer en los Tribunales de Morón. En su nombre, su abogado Fabián Améndola, presentó un escrito en el que anuncia su renuncia a su rol de particular damnificada (“querellante” en la Justicia Nacional).
El texto tiene fuertes críticas a la Fiscalía y se centra en las sospechas que siempre sobrevolaron a la familia. No incluye ni una palabra sobre Villalba, a quien Labrador saludó casi cordialmente el primer día de audiencias.
“Durante todo este calvario hemos tenido que soportar, como si fuera un peso extra a la cruz que cargamos, la actitud de los fiscales, que, lejos de darnos esperanzas de hallar justicia, lo único que han hecho es sumirnos en la oscuridad y producirnos todavía más dolor, dirigiendo sus embates contra nuestra familia”, dice Carola.
“Su actitud inquisidora, sus elucubraciones, su voluntad para echar sospechas sobre una familia desgarrada y devastada por el dolor, han sido en todo este proceso actos verdaderamente canallescos, que solo hemos soportado para no demorar el proceso de justicia y castigo para con los asesinos de Candela. Este accionar denigrante se repite nuevamente en este debate tal como en el anterior donde del mismo modo que aquí han ensuciado a la familia”, agrega como único argumento para abandonar un rol que ocupó desde 2011.
“No podemos olvidar que el Ministerio Público es un ente único independientemente de quienes hoy lo representen, y en este sentido carga con toda la culpa de una ineficaz investigación, que ha llegado incluso a los extremos de falsear pruebas detrás de siniestros intereses. No les ha importado en lo más mínimo la copiosa prueba reunida al respecto de tal accionar ni todo aquellos que conlleva al campo de lo racional”, sostiene.
“Solo les interesa dirigir sus golpes contra la familia, echando siempre el mismo manto de sospecha, para de este modo distorsionar la realidad de los hechos en los cuales el propio Ministerio Público es el gran responsable, y hasta ahora sin sanción”, expresa.
Según Labrador, “no les importa el descubrimiento de la verdad, sino probar su oscura hipótesis. Lo que verdaderamente nos motiva a apartarnos de la figura del particular damnificado es la desconfianza, la impericia, la desidia y el no encontrar justificativo para profundizar el dolor. Desconfiamos de quienes se han mostrado y se muestran empeñados en sostener la mentira, vaya a saber a caballo de qué oscuros intereses”, concluye.
El juicio “Candela 2” tiene cuatro acusados. Uno de ellos, el carpintero Néstor Altamirano (62), aparece descolgado del perfil del resto del grupo. Se lo acusa de haber sido quien alimentó a la víctima durante su supuesto cautiverio en la “casa rosa”, en Kiernan 992.
El personaje principal del juicio es Villalba, uno de los narcos más pesados de San Martín, quien pretendía ser intendente, acusado de de ordenar el secuestro de Candela como una venganza narco contra Alfredo “Juancho” Rodríguez, el papá de la nena. Al momento del secuestro, Rodríguez estaba preso, acusado de piratería del asfalto. Cuando los investigadores le preguntaron quién querría perjudicarlos, nombró a varios narcos de la zona (no a “Mameluco”) y a Héctor “El Topo” Moreira (53), confeso buchón de la Policía bonaerense.w