El COI salió con los tapones de punta y acusó a Rusia de “politizar el deporte”
Condenó al gobierno de Putin por utilizar atletas como propaganda y no cumplir con la lucha antidóping.
El Comité Olímpico Internacional salió con los tapones de punta contra Rusia y acusó al gobierno liderado por Vladimir Putin de querer “politizar el deporte” promoviendo sus Juegos de la Amistad a partir de septiembre, un evento deportivo que competirá con los Juegos Olímpicos, también con una edición invernal.
La entidad olímpica, que autorizó
la participación de deportistas rusos y bielorrusos en los Juegos Olímpicos de París 2024 si lo hacen como “neutrales” y con la condición de no haber apoyado la invasión rusa a Ucrania, instó al mundo deportivo y a los gobiernos invitados por Moscú a “rechazar toda participación y apoyo” a este nuevo evento.
El COI no le reprocha a Rusia crear competiciones plurideportivas fuera del ámbito olímpico, como los Juegos de la Commonwealth o los Juegos de la Francofonía, pero si hacerlo por la vía de una “ofensiva diplomática intensa”.
“Con el fin de hacer aún más evidente su motivación puramente política, eluden deliberadamente a las organizaciones deportivas de sus países-objetivos”, denunció el COI, que ve un “intento cínico” de explotar a los atletas “con fines de propaganda política”, violando así la Carta Olímpica.
No se quedó en eso el COI sino que acusó también a Moscú de “una falta total de respeto por las normativas mundiales de lucha contra el dóping y la integridad de las competiciones”, recordando las inquietudes formuladas por la Agencia Mundial Antidopaje respecto a los Juegos de la Amistad, motivadas por el sistema de dóping institucionalizado puesto en práctica por Rusia durante los Juegos de Invierno de Sochi 2014 y que provocó su exclusión de Tokio 2020 y Beijing 2022.
“La confianza global en el sistema antidóping ruso es débil”, según el COI debido a que la Agencia Rusa Antidopaje no está sometida actualmente al Código Mundial Antidopaje y a que “no existe actualmente ningún laboratorio acreditado por la AMA en Rusia”.
El COI y Moscú mantienen desde hace años tensas relaciones, acusándose mutuamente de instrumentalizar el deporte con fines políticos, y la declaración de ayer descarta un acercamiento a corto plazo.
El ministro ucraniano de Juventud y Deportes, Matvii Bidnyi, aplaudió “la posición justa” del COI aunque instó a ir más allá: “Pedimos que los atletas rusos o bielorrusos sean excluidos de toda competición internacional, incluidos los Juegos, sea cual sea su estatuto”.
La postura de la instancia olímpica contrasta con la del gobierno ruso, que el miércoles pasado adoptó un tono más conciliador cuando el ministro de Deportes, Oleg Matytsin, descartó un boicot ruso a París 2024, prefiriendo “mantener la posibilidad de dialogar y de participar en las competiciones”.
En tanto, el presidente francés Emmanuel Macron le dijo a la cadena ucraniana 1+1 que le pedirá a Rusia un alto el fuego en Ucrania durante los Juegos de París, en aplicación de la tregua olímpica adoptada a fines de noviembre por la Asamblea General de Naciones Unidas. Nada le escapa a la política. Menos el deporte, utilizado históricamente como unificador social o como escenario de conflictos.■