Trump hace campaña elogiando como patriótico el asalto al Capitolio
En los actos, hace el saludo militar en honor a los individuos presos por ese ataque golpista que dejó 5 muertos y buscó evitar la proclamación de Biden.
El ex presidente republicano Donald Trump lanzó su campaña para las elecciones generales no solo reescribiendo la historia del ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, sino también posicionando el violento asedio golpista y su intento fallido de anular las elecciones de 2020 como una piedra angular de su candidatura.
En un acto en Ohio subió al escenario, con la mano levantada en señal de saludo militar, mientras un coro grabado de individuos en prisión procesados por aquel grave asalto cantaba el himno nacional. Un locutor pidió a la multitud que se pusiera de pie y se sumara al canto en honor “de los rehenes del 6 de enero”. Es decir los presos.
“Fueron patriotas increíbles”, dijo Trump cuando terminó la grabación. Ya había prometido perdonar a la dirigencia de esas milicias ultranacionalistas “el primer día que asumamos el cargo”.
Inicialmente relegada a una teoría secundaria en los márgenes del Partido Republicano, la historia revisionista del 6 de enero que manejan los halcones del partidos, se ha convertido en una pieza central de la campaña pese a que el magnate debe apelar a un electorado más amplio para las elecciones.
Al elogiar a los alborotadores, Trump está esquivando la culpa por su papel de agitador de ese ataque dirigido a impedir la proclamación del presidente Joe Biden que lo venció en las elecciones de 2020, resultado que el magnate nunca reconoció. Fue el ataque más mortífero contra una sede del poder estadounidense en 200 años. y el primer intento de golpe real en la historia del país.
Al mismo tiempo, los aliados de Trump están siendo instalados en los puestos principales del directorio del partido Republicano. Respaldan la ficción de que a Trump le robaron aquellas elecciones. Hace poco el ex mandatario añadió la advertencia de que habrá “un baño de sangre” si no gana el comicio. De modo que si Biden vuelve a imponerse aquel cuadro dantesco del 6 de enero de 2021 se repetiría incrementado.
Los republicanos en el Congreso se están embarcando, a su vez, en una nueva investigación del ataque que busca proteger a Trump de irregularidades, mientras los legisladores muestran teorías paralelas sobre por qué miles de sus partidarios llegaron al edificio lo que se convirtió en una brutal escena que dejó cinco muertos.
Quienes estudian los regímenes autoritarios sostienen que se trata de un caso clásico de lo que se llama consolidación: donde el aparato estatal se está transformando en torno a una figura singular, en este caso Trump.
Jason Stanley, profesor de filosofía en Yale, dijo que “cuando ocurre un golpe contra el régimen democrático y no es castigado, es un indicador muy fuerte del fin del Estado de derecho y de la victoria de ese movimiento autoritario”, dijo.
“A los estadounidenses les cuesta entender que lo que sucede en la mayor parte del mundo también puede suceder aquí”, añadió.
Trump enfrenta una acusación federal de cuatro cargos por aquellos incidentes: cargos de conspiración para defraudar a los estadounidenses por su derrota electoral de 2020 y de obstrucción del procedimiento oficial en el Congreso para certificar el voto de Biden.
La Corte Suprema analiza el pedido de Trump de que debería tener inmunidad procesal y no está claro cuándo el caso irá a juicio, lo que plantea la posibilidad de que no se resuelva hasta después de las elecciones.
El Comité Selecto inicial de la Cámara de Representantes del 6 de enero concluyó que Trump participó criminalmente en una “conspiración” para anular los resultados legales de las elecciones presidenciales de 2020 y no tomó medidas para impedir que sus partidarios atacaran el Capitolio y golpearan a la policía. Más bien lo contrario.
Más de 1.200 personas han sido acusadas por los disturbios, incluidos extremistas de extrema derecha Oath Keepers y Proud Boys, y cientos de ellos han sido condenados. El abogado de Trump, Rudy Giuliani, y el abogado John Eastman enfrentan desafíos legales por su trabajo en las elecciones de 2020.
La secretaria de prensa nacional de Trump, Karoline Leavitt, reprochó que el ministerio de Justicia ha dedicado más tiempo a procesar al ex presidente y “apuntar a los estadounidenses por protestar pacíficamente (sic) el 6 de enero” que a otros criminales. “El presidente Trump restaurará la justicia para todos los estadounidenses que han sido tratados injustamente”, dijo.
Aunque los republicanos temen en privado que Trump con sus comentarios por momentos escandalosas corra el riesgo de alejar a las mujeres y a los votantes independientes que necesitaría en las generales contra Biden, sus principales asesores han dicho que no hay mucho que pueden hacer ya que “Trump va a ser Trump”.
La ex congresista república Liz Cheney, hija del ex vicepresidente de George W. Bush repudió al magnate por atacar “a los hombres y mujeres valientes que presentaron la verdad y defender a los criminales que asaltaron violentamente el Capitolio. Donald, necesitas repensar de qué lado estás. Pista: no es de Estados Unidos”.