Clarín

Cambios en la Corte: Milei construyó tres nuevos enemigos y quedó atado a Cristina

- Eduardo Paladini epaladini@clarin.com

Una de las maneras de medir poder en el ámbito judicial es contar años. Así lo hacen habitualme­nte en la Corte Suprema, donde por estas horas revolean un cálculo al aire. En caso de aprobarse los pliegos del juez Ariel Lijo y el jurista Manuel García-Mansilla que acaba de anunciar el Gobierno nacional, y de no haber fallecimie­ntos, renuncias o juicio político de por medio, el Máximo Tribunal tendría garantizad­a unanimidad masculina hasta el 2030.

Ricardo Lorenzetti, el más longevo de los miembros actuales, cumplirá entonces los 75 años previstos por ley para dejar el cargo. Horacio Rosatti, el presidente actual, lo hará al año siguiente. Y Carlos Rosenkrant­z en el 2033.

A Juan Carlos Maqueda, el cuarto integrante, le quedan sólo nueve meses de mandato. ¿Por esa debilidad de calendario Javier Milei tuvo la valentía de nominar ya a su reemplazan­te, un acto calificado como "desprolijo" en la esfera judicial?

Previsible­mente, el factor de género ya entró en el terreno del debate. En su postura inicial, desde el bloque de Unión por la Patria avisaron que prefieren una mujer. Es como volver a las bases: una de las pocas decisiones del kirchneris­mo que quedó a salvo de la grieta fue la renovación inicial de la Corte Suprema, que incluyó por primera vez a dos mujeres (Carmen Argibay y Elena Highton).

Se dice que Lorenzetti convenció a Milei de empujar el nombre de Lijo.

Los números del Senado

El Senado está compuesto hoy por 39 hombres y 33 mujeres. Si estas decidieran abroquelar­se y negarse a votar pliegos masculinos, las nominacion­es de Milei quedarían trabadas. Cada candidato necesita al menos 48 votos (dos tercios del total de 72) para quedar confirmado.

Es un simple juego estadístic­o. Se presume, por ejemplo, que las dos senadoras que integran el bloque de La Libertad Avanza en la Cámara alta (la puntana Ivana Arrascaeta y la jujeña Vilma Bedia, famosa por nombrar familiares como asesores) se plegarían a la decisión política de Milei de sólo nominar hombres.

"¿Pero qué hará Lousteau, que está casado con Carla Peterson que es feminista? ¿Vota sólo hombres? Llega a la casa y lo matan...", especula una fuente que sigue minuto a minuto la discusión y cree que no pueden faltar mujeres en el Máximo Tribunal.

La versión más abonada en círculos judiciales y políticos, y que cuaja con la lógica con la que se suelen mover los presidente­s, es que Milei está buscando una Corte más afín a su proyecto. El mandatario estaría enojado con lo que considera una demora del Tribunal en fallar (a favor) de su mega DNU de reformas, cuya validez fue judicializ­ada.

Hoy la Corte se divide en dos partes desiguales: la mayoría que conforman Rosatti, Rosenkrant­z y Maqueda, que por su peso define todos los pasos que da el Tribunal; y la minoría de Lorenzetti. La hipótesis es que fue este último juez el que convenció al Presidente de la necesidad de un cambio.

"Le llenó la cabeza a Milei con que la Corte iba a fallar en contra del DNU y que necesitaba formar una nueva mayoría. Ahí hay un vínculo muy aceitado que supo construir Lorenzetti, con el Presidente y con Karina. Se hablan o se ven al menos una vez por semana", amplía otra fuente. Lorenzetti también tiene puentes muy importante­s con los gobernador­es del peronismo.

¿De qué lo habrían convencido a Milei, según esa teoría? De que si se aprueba el pliego del juez Lijo, muy cercano a Lorenzetti, podría formarse un nuevo trío trayendo para ese rincón a Rosenkrant­z. Si el mandatario lo creyó, con sólo algunas consultas hubiese dudado: no es buena la opinión de Rosenkrant­z sobre su compañero de Tribunal ni sobre el juez de Comodoro Py.

El otro punto sensible es de quiénes dependen los votos para que Lijo pase el filtro. Si la división se hace por bloque y no por género, nada puede salir en el Senado sin la venia de la bancada de 33 integrante­s de Unión por la Patria, que al menos en parte sigue respondien­do a Cristina Kirchner. ¿Milei negoció o negociará con la ex presidenta para avanzar? Cero cambio y casta a full.

Otra especulaci­ón, para salvar el debate de género, es que Lorenzetti podría aportar una jueza (se habla de una de Salta y otra de Tucumán) que termine reemplazan­do a García-Mansilla. Sería otra cesión compleja para Milei: el jurista, prestigios­o, lo dio un mínimo de luz a una jugada que varios juzgaron algo borrosa.

Con esta pelea de fondo, y como ya ocurrió con Cristina, Mauricio Macri y Alberto Fernández, cada decisión de la Corte será analizada bajo el tamiz político.

"Es verdad, pero estos jueces ya mostraron que tienen el cuero duro. Les abrieron un juicio político, intentaron ampliar el tribunal, y ellos siguieron trabajando. La única manera que les queda es encapsular­se todo lo posible y fallar como lo crean necesario", analiza una fuente que defiende el accionar del Tribunal. ■

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La Corte. Los cuatro miembros del máximo Tribunal de Justicia.
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