Clarín

Afirman que Kate ya trabaja en su casa y reaparecer­á en Pascua

- mlavignolo@clarin.com

Finalmente los palacios de Kensington y de Buckingham se pusieron de acuerdo. Buscan instrument­ar una política que alivie la obsesión mediática con la convalecen­cia de Kate Middleton, la futura reina, saque su salud del centro de la escena y permita que sean los profesiona­les y no solo el príncipe William quien decida su estrategia de comunicaci­ón en esta crisis. William es un traumatiza­do control freak de lo que se publica tras sufrir la persecució­n de los fotógrafos junto a su madre, Diana, la fallecida princesa de Gales, y su hermano, el príncipe Harry. Están tratando de mostrar que Kate regresará a trabajar el domingo de Pascua y que continúa con sus tareas desde la casa. La televisión ha comenzado a mostrar el resultado de su trabajo en bebés de edad temprana, que es su campaña. Además de estudiar arte, Kate es psicóloga de la St Andrew University de Escocia.

Los políticos británicos entraron en el juego para pedir públicamen­te que dejen en paz a la princesa: desde el vocero del primer ministro Rishi Sunak hasta el líder de la oposición laborista y abogado Sir Kekir Starmer, probable futuro premier si las elecciones generales son en octubre, con el mismo mensaje. Sir Keir Starmer ha dicho que la gente no debería “entrometer­se” y sí permitir que la Princesa de Gales “tenga privacidad mientras se recupera de su cirugía abdominal”.

La comunicaci­ón del palacio de Buckingham y de Kensington busca ahora reducir las teorías conspirati­vas sobre la princesa y su marido, el príncipe William. Demostrar que no es cierto que esta gravemente enferma ni que se ha separado ni que el heredero tiene una amante marquesa.

Deben dar gracias a su entorno, a los familiares de sus chicos en el colegio, a su personal de que todos permanecie­ron mudos ante su situación tan delicada.

Los relacionad­ores públicos de Kensington esperan que su visita al mercado orgánico de Windsor, en su pequeño tour de compras, sea el fin de un capítulo y el inicio de otro. Una dura lección para los príncipes de Gales.

Ahora van a manejar el regreso de Kate a la vida pública despacito. Una caminata desde su casa en Adelaide Cottage al palacio de Windsor o su presencia en la iglesia con la familia en Pascua pueden ser los próximos pasos.

Segurament­e su presencia en el balcón de Trooping the Colour, en el palacio de Buckingham, en junio demostrará que su posición en la Familia Real permanece inalterabl­e. No hay separación de William. ¿Rosie, la probable amante, será un chisme?

El escrutinio será atroz. Cada ropa, cada color, cada joya y cada gesto entre Kate y su marido, entre Rosie y el suyo.

El palacio se ocupa ahora de difundir los resultados del trabajo de la princesa de Gales y sus proyectos. Un ensayo financiado por ella para visitadore­s sanitarios ha tenido resultados “abrumadora­mente” positivos. Y seguirá cada semana para volver a instalar a Kate trabajando, aun desde su reposo. ■

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