Clarín

La “nueva convertibi­lidad” de Caputo y otro round de la pelea Macri-Bullrich

- mbonelli@clarin.com Marcelo Bonelli

Las conversaci­ones son “ultra secretas” y en esas mesas de poder se discute todo: el fanatismo fiscal de Javier Milei, el atraso del dólar y una “eventual y nueva” convertibi­lidad. También se habla de poder y de dinero. De mucho dinero, para fortalecer los próximos pasos de Luis Caputo. Se trata de las secretas negociacio­nes que existen con el FMI y también de los contactos discretos con los “lobos” de Wall Street. Hasta Elon Musk sabe de la cuestión.

Caputo busca un respaldo internacio­nal a su programa y esa cuestión derivó en fluidos contactos con el Tesoro de EE.UU. Los viajeros del equipo de Janet Yellen intentan confirmar – in situ – la solidez de las reformas, el aguante social ante el ajuste y la viabilidad de construir un programa de estabiliza­ción, hasta ahora ausente.

“Toto” busca, en forma insistente, un apoyo de US$ 15.000 millones de dólares. Sería para complacer a Milei y levantar el cepo cambiario. Caputo se había comprometi­do con el Presidente a obtener ese dinero. Fue en el tramo final de la campaña electoral, y así se consolidó como candidato a ocupar la poltrona de ministro.

El compromiso hasta ahora no se cumplió. “Toto”, un habil financista, tocó todos los timbres de Wall Street y en cada puerta tuvo la misma respuesta: “Apliquen su plan, traigan resultados y recién hablamos”. También el ministro abrió negociacio­nes con el FMI. Rodrigo Valdés, el director del FMI, en diciembre le cerró la puerta.

Ahora el Presidente le está pidiendo rápidos resultados al jefe de Economía. La exigencia obedece a una estrategia que elabora “la troika” del poder: Milei, Karina y Santiago Caputo. El trío busca consolidar en hechos el – hasta ahora - aval en las encuestas. La Casa Rosada quiere levantar el cepo y, a la vez, establecer de inmediato una nueva convertibi­lidad.

Existen consultas secretas con Domingo Cavallo y su hombre en el Gabinete, Joaquin Cottani . Horacio Liendo también trabaja y para eso es asesor en el BNA.

La propuesta no sería un “uno a uno” como Carlos Menem. Se trabaja otra idea: sería con una canasta de monedas en la que todas tendrían curso legal. Se permitiría­n

contratos con monedas extranjera­s.

Para eso Milei necesita abrir el cepo de inmediato. La fecha tope sería el 9 de julio. En la Casa Rosada admiten que la jugada terminaría en una cuestión: una dolarizaci­ón de hecho.

Caputo pide tranquilid­ad. El “Toto” habla del último trimestre. Posse – desde la jefatura – pretende acelerar los tiempos. En Washington ponen “paños fríos”. Gita Gopinath dio una instrucció­n concreta: el FMI pretende que Caputo presente primero un plan de estabiliza­ción.

Para su equipo, las actuales medidas son endebles y pretenden, antes de hablar de dinero concreto, que exista un programa con consistenc­ia fiscal y cambiaria.

Rodrigo Valdés transmitió este mensaje en su viaje a Buenos Aires. También el FMI dejó en claro otras cuestiones: no va a prestar dólares para facilitar una dolarizaci­ón en Argentina. Se oponen. Gita se lo dijo a su equipo: “La dolarizaci­ón no resuelve los problemas. Los va a empeorar”. Tampoco va a abrir la billetera sin un previo “acuerdo político” que otorgue un aval al brutal ajuste que inicio Milei.

Tantas exigencias obedecen a la interna del FMI. Varios directores son reacios a prestarle a la Argentina. Entre ellos Jun Mizuguchi, de Japón, y Joeng Stephan, de Alemania. EE.UU. no tomó aún una decisión. Quieren ayudar a Milei. Pero el equipo de Gopinath elaboró varios informes de su visita: el FMI está más preocupado por la situación social en Argentina que la propia Casa Rosada.

La jefa del FMI repite en la intimidad : “El gobierno argentino tiene que saber que la luna de miel se va a acabar”. Se refiere al impacto que la recesión ya causa en el desempleo y el tarifazo en la empobrecid­a clase media. Y concluyó frente a su equipo: “Se puede estar viviendo un sueño y no una realidad”. La mandamás del FMI hace alusión a la euforia de los mercados. Los “lobos” de Wall Street están aprovechan­do todas las bicicletas para maximizar sus ganancias.

Y, obvio, lo festejan . “Toto” también. Pero para el FMI todo puede durar poco si Caputo no hace sustentabl­e el superávit fiscal , que tiene una fuerte “cosmética”. Por eso la nueva Ley Ómnibus quedó reducida a un paquete fiscal. La negociació­n viene lenta y el texto recién se enviará después de Semana Santa. Ya existe una decisión. Guillermo Francos se lo anticipó a Cristian Ritondo y anoche lo confirmó el Gobierno: la nueva fórmula previsiona­l saldrá por DNU. Los jubilados fueron los que más aportaron al éxito de Milei . También los asalariado­s.

Al ministro le preocupa la inflación. Los economista­s insisten en que será difícil perforar el 10%. La remarcació­n de precios en los alimentos fue inesperada. Las “multis” insisten que solo trasladaro­n costos. En la reunión de COPAL los “capos” de las alimentici­as advirtiero­n: en la Argentina también hay inflación de costo y una inercia indexatori­a que aún no frenó. Ahora, la postergaci­ón del tarifazo beneficia a marzo, pero garantizar­ía este mes y abril por encima del 10%. Un informe confidenci­al que circula entre los máximos banqueros afirma que recién en junio Caputo podría alcanzar un índice de un dígito. Habla de un piso del 11,5% en el bimestre abril-mayo y un 9,4% en junio. Estos pronóstico­s son malos: hacen tambalear la solidez de la tablita cambiaria del 2% mensual.

Ayer, Caputo contragolp­eó en el Cicyp: “La estabilida­d vino para quedarse”, dijo.

El Presidente decidió frenar cuando la pelea con Victoria Villarruel se les iba a ambos de las manos. Utilizó un argumento que ya aburre: culpó a los periodista­s, sin reparar en su propio comunicado oficial que incendió la relación.

Milei es fruto del fracaso de Cristina-Alberto. Como Alberto fue fruto del traspié de Mauricio Macri. El ex presidente retomó la conduccion del PRO. Pero ese proceso reflejó todas las miserias, y diferencia­s que tiene con Patricia Bullrich.

La ministra, al final, le torció el brazo. Sucedió después de la turbulenta noche del domingo. Ese día, Fernando de Andreis fue inflexible: “Vetamos a Damián Arabia, como vice del PRO”. La bravuconad­a del operador todoterren­o de Mauricio provocó un tembladera­l, pero duró poco. Patricia redobló la apuesta y lo hizo hocicar: el lunes a la noche amenazó con ir a elecciones y ganarle a Macri en una interna.

Karina siguió de cerca la cuestión. La consultaro­n varias veces. La Casa Rosada apoyó a Bullrich siempre. Ahora Arabia será el número dos del PRO y, por decisión de Patricia, el segundo de Mauricio.

También la Casa Rosada festejó el apoyo más importante que cosechó del establishm­ent local. Lo hizo Paolo Rocca en un encuentro internacio­nal de petroleros. Ya Tecnint aportó varios “cuadros” al Gobierno: entre ellos YPF y ministro de Trabajo. Pero el aporte político más valioso fue el del propio Rocca. Primero arrancó sincero: “Milei es un presidente particular”.

Pero después, el líder fabril hizo un fuerte e inusual elogio: “Pero su programa es lo que Argentina necesita”. Y terminó categorico: “Tenemos mucha esperanza en el nuevo presidente. Tal vez estemos frente al inicio de un nuevo ciclo para el país”.■

El Presidente le está pidiendo “rápidos resultados” al jefe de Economía. La Casa Rosada quiere leventar pronto el cepo cambiario

La propuesta sería con una canasta de monedas que tendrían curso legal. En Washington reclaman antes un plan de estabiliza­ción.

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