Denuncian depredación en el Mar Argentino por pesca ilegal
Hallaron en un barco de China amarrado en Ushuaia, ejemplares juveniles de merluza negra. Están protegidos a nivel global y no se pueden capturar.
¿Y si hay más barcos pescando recursos que nadie ve en el Mar Argentino? ¿y si detrás de otras empresas pesqueras radicadas en el país existe más fondeo proveniente de China? ¿están protegidos los recursos naturales argentinos? ¿quién los cuida? Son preguntas que existen en la industria pesquera local, pero que trascendieron a partir del caso del buque Tai An, denunciado por pescar sin permiso 163 toneladas de merluza negra, especie protegida en todo el mundo.
La historia sucede en tres planos: político, económico y ambiental. La novedad proviene de esta última instancia y está relacionada con la depredación del Mar Argentino que practica, a sabiendas y a pesar de los controles, la industria pesquera. Los enviados de la Subsecretaria de Pesca, del SENASA y de la Prefectura, que el miércoles acudieron al puerto de Ushuaia para examinar la carga paralizada de merluza negra que venía en el buque, se quedaron sorprendidos.
“Hicieron un desastre ecológico”, aseveró un agente para ilustrar el descubrimiento. En las recámaras frigoríficas del Tai An, buque de bandera argentina cuyo dueño es un ciudadano chino, la abundancia de ejemplares juveniles de merluza era tan notoria como alarmante. Tenían, en promedio, 22 centímetros, según las mediciones que quedaron en registro.
La merluza negra es una especie frágil que prácticamente no se puede pescar. Su sabor y la escasez la vuelven muy codiciada como producto de consumo suntuario global. Lo que se permite pescar es mínimo y debe reunir características muy específicas. “Tronco de menos de 32 centímetro es juvenil, la mayoría son de entre 20 y 22 centímetros. Es un drama ecológico. Ellos sabían lo que estaban pescando”, explicaron las fuentes. “Lo tenían tan claro que lo estaba ofreciendo para venta en el momento en que lo sacaban”, agregaron.
La inspección de la carga, con la presencia del subsecretario de Pesca de la Nación, Antonio Cazorla, se realizó el miércoles. Las demoras estuvieron relacionadas con pedidos del dueño de la embarcación, Liu Zinjhang. Su argumento es que ese volumen de merluza negra se debe a pesca incidental. Pero es un argumento flojo de papeles, ya que la Ley Federal de Pesca establece que el límite de by catch ( lo que se pesca sin querer) de merluza negra debe ser 5 toneladas. “Tendrían que haber parado de pescar tras el primer tiro, pero lo siguieron haciendo”, explican los funcionarios.
“El caso del buque Tai An, que pescó toneladas de merluza negra juvenil de forma ilegal, sin tener permiso para hacerlo, refleja no solo la impunidad de algunos actores de la pesca en nuestro país sino también la falta de conciencia ambiental y, por ende, del impacto negativo que tiene sobre nuestro ecosistema marino un hecho como este”, explica desde la organización ambiental Sin Azul no Hay Verde, la activista Lucía Castro.
“No solo debería estar en discusión la ilegalidad del acto sino también la práctica utilizada (pesca de arrastre) y las consecuencias ambientales que ocasiona. Si la pesca fue directa o incidental, a esta altura, en materia ambiental ya no es relevante: el ecocidio ya sucedió. La pesca indiscriminada de 163 toneladas de merluza negra, de las cuales gran parte son juveniles, significa una depredación a la vida marina y un ataque al frágil equilibrio del ecosistema”, advierte.
Un sistema de cuotas que fija el Consejo Federal Pesquero protege la merluza negra, una de las cuatro especies que se preservan a nivel global. Los barcos, además de los permisos de pesca nacional, tienen que tener una cuota asignada para poder hacer las capturas. El Tai An no tenía cuota autorizada.
Los barcos que no tienen una cuota asignada solo pueden hacer capturas de manera accesoria, incidental o accidental, con límite por marea. La merluza negra tiene un historial de casos de barcos que fueron perseguidos o fueron hundidos por autoridades marítrimas al ser detectados cometiendo prácticas sin permiso. La carga del Tai An puede valer 4 millones de dólares. El filete de merluza negra en el mercado, pelado y listo para consumir, cuesta 25 dólares promedio.
La Ley Federal de Pesca establece para una falta de este calibre una multa millonaria, el decomiso de la mercadería, parada en puerto por al menos 60 días y posible pérdida del permiso de pesca. El martes, fuentes de la empresa Prodesur informaron a Clarín que el buque está listo para a adentrarse en una nueva incursión pesquera. ■
El valor de la carga que llevaba el buque puede llegar a US$ 4 millones.