La investigación avanza y se esperan varios allanamientos
La investigación del asesinato de Germán Medina, peluquero y colorista del salón Verdini, a manos de un compañero suyo, Abel Guzmán, se encuentra en pleno ajetreo. El paradero de Guzmán –que permanece prófugo–, el móvil y el planeamiento del crimen, el motivo por el que el ambiente en la peluquería era de aparente tranquilidad a pesar de que alguien blandía una pistola, así como también por qué un compañero lo ayudó a escapar son las claves que la investigación intenta elucidar.
¿Cuáles son las certezas? La peluquería Verdini cerró sus puertas el miércoles a las 20 y su staff permaneció en el salón compartiendo unas cervezas. El local tiene ocho cámaras de seguridad en su interior, y por medio del material fílmico de una de ellas se pudo conocer la escena: Abel Guzmán comienza a hacer ademanes y reproches para con sus compañeros. Él estaba parado, y alrededor suyo sentados estaban Facundo Verdini, dueño de la peluquería, “Charly” Azorín, el encargado del local, una peluquera y Germán Medina.
“Estábamos tomando una cerve“No za. Abel estaba en la cocina, cerró la persiana de la entrada, se acercó y se metió en la charla. Me preguntaba si quería hablar con él e insistía en hacerlo ahí. Sacó el arma pero no hubo discusión para que lo hiciera, nunca había pasado nada grave”, declaró Verdini a TN.
Luego, Guzmán sacó una pistola 9mm y le disparó certeramente un tiro a la cabeza a Medina. Lo que sucedió luego es poco claro. Guzmán desapareció del plano de la cámara, y luego reapareció para escaparse por una ventana del salón con la ayuda de “Charly” Azorín. sé qué le pasó por la cabeza, no había pasado nada, cuando sacó el arma le dije que vayamos a hablar a la oficina, él me dijo ‘sentate’ y le dice a la chica ‘no grites’. Me senté y le disparó a Germán”, dijo Verdini.
La investigación quedó a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional N°48, a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento, quien, a su vez, dio intervención a otros organismos. Por un lado, llevan a cabo tareas de inteligencia la División de Homicidios y la de Búsqueda de Prófugos de la Policía de la Ciudad. Por otro, el Área de Evadidos de la Procuración General de la Nación, a cargo del fiscal José Campagnoli.
Las líneas de investigación se centran en rastrear las comunicaciones que Guzmán pudo haber efectuado por el análisis de tráfico de antenas de telecomunicaciones. También se vigilan domicilios de allegados a los que el asesino pudo haber acudido. Además, se aguarda autorización judicial para efectuar allanamientos en esos domicilios y otros más.
Guzmán tiene residencia en Merlo, oeste del conurbano, y familia en Santiago del Estero: esas locaciones son dos de las posibilidades. A su vez, algunas hipótesis afirman que el asesino habría ido a buscar el arma del crimen a la casa de un familiar en Balvanera.
Guzmán es intensamente buscado. Se presume que es cuestión de tiempo: cometió un asesinato frente a otros que lo conocen desde hace casi una década. Además hay otro dato clave que Guzmán aportó antes de cometer el crimen: se rapó, y su rostro y su fisonomía actual ya está bastante difundida.