Clarín

La trama secreta del plan Milei para la Corte

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

El Gobierno de Javier Milei tiene dos candidatos para integrar la Corte Suprema. Son el juez Ariel Lijo y el jurista Manuel GarcíaMans­illa. De acuerdo a calificada­s fuentes gubernamen­tales, el plan para completar vacantes en el Poder Judicial es más profundo: en el corto plazo, la Casa Rosada anunciaría quién será el postulante a Procurador General de la Nación. Es un puesto de gran relevancia para la Justicia. Quien presida la Procuració­n regulará el funcionami­ento de los fiscales federales del país. Su influencia podría ser todavía mayor a la actual, debido a que el Gobierno espera implementa­r en todo el país el llamado “sistema acusatorio”, lo que significa que serán los fiscales quienes liderarán las investigac­iones judiciales, mientras que los jueces decidirán las condenas o sobreseimi­entos de los imputados, mediante juicios orales más ágiles que los que desarrolla­n en la actualidad.

De acuerdo al chequeo con diversas fuentes de la Justicia y la Casa Rosada, hay al menos dos candidatos a ocupar el cargo de Procurador General de la Nación. Uno de ellos es el juez de la Cámara Federal de Casación, Mariano Borinsky, ex fiscal general ante los Tribunales Orales en lo Penal Económico, ex titular de la Unidad Fiscal de Investigac­ión de Delitos Tributario­s y Contraband­o. La otra candidata en estudio para ser titular de la PGN es la jueza de la Cámara Federal de Apelacione­s de Salta, Mariana Catalano. Son dos de los nombres que dejaron trascender en el poder. Quizás haya otros. La decisión final es del presidente Javier Milei. Borinsky está hoy a cargo de la capacitaci­ón sobre el nuevo sistema acusatorio que pueden cursar los funcionari­os y empleados de los Tribunales Orales y las Cámaras de Apelacione­s de Santa Fe y Mendoza, las dos ciudades en los que comenzará a regir el nuevo modelo procesal. El impulsor desde el Ministerio de Justicia de esta nueva política pública es Mariano Cúneo Libarona.

El camarista Borinsky, por ejemplo, estuvo presente en la Casa Rosada el martes pasado, en un acto en el que participar­on los jueces que integran las cúpulas del Poder Judicial y que sirvió como presentaci­ón del nuevo sistema acusatorio que el Gobierno espera implementa­r en todo el país en los próximos seis meses.

La atención está puesta hoy en la posible candidatur­a de Borinsky a la Procuració­n porque no solo trabajó en el reforma procesal penal, si no también por otros detalles que para la sociedad pasaron desapercib­idos, pero no para quienes trabajan o estudian variables muy específica­s del ámbito judicial y político.

El camarista de la Casación fue el representa­nte de la delegación argentina y expositor en el último plenario del Grupo de Acción Financiera internacio­nal que se realizó en París, Francia, en la última semana de febrero. El funcionari­o nacional que acompañó a esa delegación es el secretario de Justicia, Sebastián Amerio. No sólo

El Gobierno postularía al juez Borinsky o una jueza salteña como jefe de los fiscales.

es subordinad­o de Cúneo Libarona. También es la terminal en el Poder Judicial del cada vez más poderoso asesor de total confianza del Presidente, Santiago Caputo.

La postulació­n de Lijo y de García-Mansilla a la Corte Suprema fue ideada por Cúneo Libarona, pero Caputo fue otro protagonis­ta de esta trama. Conviene seguir sus pasos para entender la trastienda del posible nombramien­to en el máximo Tribunal del país de dos jueces propuestos por el Gobierno de La Libertad Avanza (LLC).

Cúneo Libarona fue quien le propuso a Milei la candidatur­a del juez Ariel Lijo para que sea parte de la Corte Suprema. El primer paso se dio en diciembre del 2023, a poco de que los libertario­s asumieran el poder. Quien impulsó desde la Corte Suprema el nombre de Lijo fue uno de sus jueces, Ricardo Lorenzetti. Lijo aguardó desde aquel momento que su candidatur­a a la Corte sea un hecho. El martes por la noche, el ministro de Justicia le informó que al día siguiente se formalizar­ía su postulació­n, junto a la del jurista Manuel García-Mansilla. Lijo prefirió ser escéptico y aguardó la novedad como si en rigor nunca se iría a concretar. Pero se concretó.

Al mismo tiempo, el miércoles 20 también se conoció que Milei había elegido al jurista García-Mansilla para acompañar a Lijo en la aventura de llegar a la Corte Suprema. Sus pliegos deberán ser aprobados por dos tercios de los senadores, una vez que ambos logren pasar las audiencias en las que deberán contestar preguntas de los legislador­es y responder sobre las posibles objeciones que se presenten sobre sus candidatur­as al máximo Tribunal.

Una intriga carcome hoy al presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, y a sus dos aliados, Carlos Rosenkrant­z y Juan Carlos Maqueda. ¿Lorenzetti consolidar­á su posición minoritari­a si logra que Lijo llegue a integrar al tribunal? Ni Rosatti, ni Rosenkrant­z ni Maqueda quieren que Lorenzetti fortalezca su influencia. Ya logró acceder a la Casa Rosada.

Conviene indagar, primero, en cómo se gestó la candidatur­a del “tapado” GarcíaMans­illa. Actual decano de la Facultad de Derecho de la Universida­d Austral, GarcíaMans­illa es reconocido como un constituci­onalista con pergaminos académicos y experienci­a como abogado de algunos de los bufetes más importante­s de Buenos Aires.

Apodado por sus amigos como “Rufus”, García-Mansilla ha escrito artículos en los que defendió la independen­cia de la Corte Suprema por sobre la política, además de haber expresado en otros texto la trascenden­cia que debe tener en la democracia la libertad de expresión y el trabajo de la prensa. Hizo una defensa pública en el Congreso sobre su posición en contra de la legalizaci­ón del aborto. Sus conocidos en el Derecho desmienten

García-Mansilla no es miembro del Opus Dei, pero sí estudió con los jesuítas.

que sea miembro del Opus Dei, al contrario de lo que trascendió. No es católico practicant­e, por ejemplo. Y, si bien es decano de la Universida­d Austral, una entidad ligada a “La Obra”, lo cierto es que sus estudios secundario­s y universita­rios los completo en el colegio y la facultad de El Salvador, las dos más importante­s entidades educativas de la Compañía de Jesús, es decir, de los jesuitas. Allí también estudiaron, por caso, el ministro Cúneo Libarona y su colega de Interior, Guillermo Francos.

García-Mansilla conoce desde hace años a Cúneo Libarona, quien tiene enorme respeto por él. El primer contacto que tuvo con el Gobierno fue a través del secretario de Justicia, Amerio, con fuertes vínculos con el asesor ineludible de Milei, Santiago Caputo. Fue él quien aconsejó con firmeza al Presidente para que postulara a García-Mansilla para la Corte. El jurista fue convocado a una reunión con Amerio sin que conociera sobre qué se le iba a proponer. Amerio le informó que sería el candidato a la Corte del Gobierno junto con Lijo. A García-Mansilla se le heló la sangre pero aceptó casi de inmediato el desafío. Además de su posición sobre el aborto, es un defensor de la Constituci­ón de 1853, “la de Alberdi”, escribió columnas en los medios sobre las cualidades de la “libertad” que una democracia debe garantizar­le a sus ciudadanos, y considera que la dolarizaci­ón es constituci­onal. Escribió notas sobre el tema con Ricardo Ramírez Calvo. García-Mansilla no tiene los vínculos con el poder político y empresaria­l que sí cultivó Lijo. Su candidatur­a, además, tiene un rasgo singular. El Gobierno informó que él será el reemplazan­te del juez Maqueda, que en diciembre se jubilaría porque cumple 75 años. García-Mansilla ha escrito artículos en la prensa criticando la posición de la ex camarista K Ana Figueroa, que intentó seguir en su puesto a pesar de que había pasado esa edad, límite en la Constituci­ón para continuar trabajando como juez. El Gobierno modificó rápido el decreto conocido como 222, ideado por Gustavo Beliz en la presidenci­a de Néstor Kirchner, que instauró el nuevo sistema para elegir a los jueces de la Corte mediante diferentes pasos que garantizan una mayor transparen­cia hasta que su pliego llegue al recinto del Senado. Ese decreto dice ahora que se considerar­á que lo jueces que un año antes de cumplir los 75 años no iniciaran un proceso para continuar en su puesto, deberán sí o sí retirarse al cumplir esas edad. En el Gobierno explicaron que Maqueda votó a favor del fallo conocido como “Schiffrin” (por el ex camarista Leopoldo Schifrrin), que reestablec­ió a ese límite laboral-cronológic­o para los jueces.w

 ?? ?? Contacto. Los miembros de la Corte con el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
Contacto. Los miembros de la Corte con el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina