EE.UU. reiteró que alertó a Rusia sobre inminentes atentados “en conciertos”
Por segundo día, Washington dijo que a comienzos de marzo pasó el dato a Moscú sobre la amenza del ISIS-K.
El gobierno de Estados Unidos reiteró este sábado la información que difundió el viernes tras el ataque a la sala de conciertos moscovita, respecto a que había logrado reunir información previa indicando que se estaba planeando un “ataque terrorista” en Rusia, información que compartió con el régimen de Vladimir Putin en una comunicación despachada en la primera semana de marzo. El líder ruso insistió en ignorar ese dato en su discurso al país.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, explicó que esta inteligencia llevó a que EE.UU. emitiera una alerta a los estadounidenses en Rusia a principios de mes.
“El Gobierno de EE.UU. también compartió esta información con autoridades rusas de acuerdo con nuestra política de larga data”, agregó Watson respecto a la estrategia sobre el terrorismo.
El 7 de marzo, el Departamento de Estado (la cancillería) emitió una alerta informando que la Embajada estadounidense en Rusia estaba “monitoreando reportes” sobre los “planes inminentes” de un grupo extremista para atacar “grandes conglomeraciones en Moscú”.
Con detalles, añadía que los “informes señalan que los extremistas tiene planes inminentes de atacar grande reuniones en Moscú, incluidos conciertos”.
“Se aconseja a los ciudadanos estadounidenses evitar grandes grupos de personas en las próximas 48 horas”, decía el comunicado.
Funcionarios estadounidenses dijeron que también habían alertado por canales privados a Rusia aproximadamente en esas mismas fechas cuando se acumuló aún más información de inteligencia sobre los movimientos del grupo ISIS-K, una organización que mató a 13 soldados norteamericanos en un gran atentado en el aeropuerto de Kabul en agosto de 2021.
El Kremlin tomó con desdén la advertencia y consideró que tenía como objetivo generar inestabilidad en Rusia y asustar a la población. El aviso norteamericano, con el dato del atentado que acabó verificándose de la peor manera, es un embarazo político para el Kremlin que no tomó la prevenciones necesarias que hubieran evitado el ataque, señalaron en Washington fuentes diplomáticas. ■