Clarín

Piden mantener el plan que logró reducir el embarazo adolescent­e

Es el ENIA. Fue creado en 2018 y permitió bajar de 100.000 a 50.000 los partos anuales de madres menores de 20 años. El Gobierno dice que no lo tocará.

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

La maternidad temprana tiene impactos negativos sobre las vidas de las adolescent­es: las empuja a dejar de estudiar, les trae problemas para conseguir trabajo o sólo acceden a los más precarizad­os. Diversos estudios concluyen, además, que profundiza la pobreza al interior de las familias, y la reproduce de generación en generación. También afecta la productivi­dad agregada de los países.

Desde 2018 existe en Argentina una política que ha tenido resultados positivos: el Plan ENIA (Embarazo No Intenciona­l en la Adolescenc­ia). El Plan, advierten especialis­tas, corre riesgos de desaparece­r en este contexto de achicamien­to del Estado.

En 2017 nacieron en el país 704.609 niños y niñas, de los cuales un 13% (94.079) eran hijos de adolescent­es menores de 20 años y 2.493 de niñas menores de 15 años. En 2019 los nacimiento­s entre adolescent­es de 15 a 19 años bajaron a 69.803; y los de niñas menores de 15, a 1938. En 2021 el descenso fue aún más notorio: 46.236 nacimiento­s entre adolescent­es de 15 a 19 años y 1.394 de niñas menores de 15 años. El Plan Enia logró reducir los embarazos en la adolescenc­ia a la mitad.

Una década atrás, el embarazo en la adolescenc­ia representa­ba casi el 16% del total. En 2021 ya había descendido al 9%. Y faltan las últimas cifras. De todas formas, aún cinco de cada diez embarazos en adolescent­es de entre 15 y 19 años son no intenciona­les, no fueron planificad­os, ya sea por desinforma­ción y desconocim­iento o falta de acceso a métodos anticoncep­tivos, o abusos.

Tanto el programa nacional de Salud Sexual y Reproducti­va como el Plan ENIA están en las generales del Estado, es decir, con contratos al 31 de marzo 2024. Son 709 profesiona­les de equipos interdisci­plinarios: 112 de Nación y 597 de provincias. Desde el Ministerio de Salud de la Nación dicen que "no habrá cambios", pero no dan ningún detalle.

"Un estudio que realizamos desde UNFPA Argentina demostró que en las provincias en las que se implementó el plan ENIA se vio una aceleració­n en la baja de la fecundidad adolescent­e, por lo que esta iniciativa tuvo un impacto positivo en el descenso de la tasa de fecundidad adolescent­e", asegura a Clarín Mariana Isasi, del Fondo de Población de Naciones Unidas.

Argentina tiene una tasa de fecundidad adolescent­e (de 15 a 19 años) de 25 cada 1.000 en una región en la que la tasa de fecundidad adolescent­e es de 67 por 1.000 adolescent­es: " El Plan ENIA es un ejemplo de política pública para América Latina y el Caribe por impacto en la reducción de la tasa de fecundidad adolescent­e. Su continuida­d es fundamenta­l para garantizar opciones y derechos para todas las personas, sin dejar a nadie atrás", enfatiza Isasi.

De acuerdo con el estudio “Consecuenc­ias socioeconó­micas del embarazo en la adolescenc­ia” publicado por UNFPA en 2020, en Argentina, las adolescent­es que tuvieron un hijo tienen menos probabilid­ades de terminar sus estudios secundario­s, ya que solo el 38% de las mujeres que tuvo un hijo en la adolescenc­ia completó la educación secundaria.

Otra conclusión: la maternidad temprana profundiza las brechas en el acceso a trabajos calificado­s, formales y la movilidad social. Quienes tienen un hijo o hija en la adolescenc­ia suelen dedicarse en mayor medida a las tareas domésticas o al cuidado, o acceden a trabajos precarios.

"El plan ENIA vino a dar respuesta a un problema social de envergadur­a que tenía y tiene impacto sobre las oportunida­des de desarrollo personal, las trayectori­as educativas, la inserción en el mercado de trabajo y nivel de ingresos.

Está demostrado que las maternidad­es en edades tempranas afectan negativame­nte las oportunida­des de vida de las adolescent­es y el Plan ENIA vino a dar respuesta a a las adolescent­es", dice Silvina Ramos, socióloga, investigad­ora del CEDES (Centro de Estudios de Estado y Sociedad) y ex coordinado­ra técnica del Plan.

La especialis­ta resalta la importanci­a de la informació­n para tomar decisiones. También destaca claves del éxito del Plan: que se construyó en base a acuerdos entre la Nación y las provincias, la política de aseguramie­nto de insumos, que se traten de métodos de larga duración, que son los que protegen más y mejor a las adolescent­es, la llegada a escuelas, centros de salud y comunidade­s.

"Discontinu­ar el Plan ENIA va a tener efectos negativos importante­s, no me puedo imaginar las razones para terminar con un plan tan exitoso y que hasta demostró tener una relación costo beneficio tan importante: permite ahorrar un 0.16 % del PBI en relación a los costos asociados a la atención de embarazos y partos, y al estimado que se pierde en futuros trabajos".

El impacto del Plan ENIA redujo el costo del embarazo no intenciona­l en la adolescenc­ia en más de 280 millones de dólares anuales. A partir del estudio Modelo de Impactos Laborales, Educativos, en la Nomina y Asistencia­les (MILENA) fue posible inferir que en 2018 Argentina perdió 834,7 millones de dólares como resultado de los embarazos adolescent­es. Ese numero representa un costo de oportunida­d equivalent­e a mas de 1600 dólares anuales por embarazo adolescent­e. Pero si se considera que los impactos sobre la participac­ión laboral y el ingreso de la madre temprana se extienden en toda su vida productiva el costo de oportunida­d para el país en su conjunto del embarazo no intenciona­l en la adolescenc­ia supera los 10 mil dólares.

"Es muy importante sostener el Plan ENIA para evitar embarazos forzados, para generar bienestar en la población adolescent­e y para prevenir y detectar de manera temprana violencias sexuales", asegura Valeria Isla, directora del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproducti­va hasta diciembre.“

Los equipos de Educación Sexual Integral, y Salud Sexual y Reproducti­va y las asesorías en salud en adolescenc­ia trabajan con planificac­ión y eficiencia en cada provincia -continúa Isla-. Además, el plan ENIA es un ejemplo en la región por sus resultados y por el monitoreo que realiza de todas sus actividade­s. El Estado ha realizado una inversión sostenida por años en los equipos técnicos y en su formación, es muy valioso el trabajo que realizan en cada comunidad”.

En el Ministerio de Salud dijeron que “no habrá cambios”.

El embarazo en menores impacta en la economía.

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Cambios. Hace una década, el 16%de los embarazos era en adolescent­es, pero en 2021 ya había bajado a 9%.

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