Clarín

Habló la militante de HIJOS que denunció un ataque

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La militante de la organizaci­ón de derechos humanos H.I.J.O.S., que denunció que sufrió golpes y abuso sexual en su propia casa por parte de dos desconocid­os, habló públicamen­te ayer por primera vez del ataque y contó que sigue en shock.

Durante una entrevista que dio a El Destape Radio, Sabrina Bölke -tal la identidad de la denunciant­e, que hasta el momento había elegido el anonimato- hizo un relato detallado de lo que sufrió en los primeros días de marzo cuando fue sorprendid­a por dos hombres dentro de su casa, y aunque aclaró que no puede relacionar el hecho con un "aparato estatal" apuntó a un "caldo de cultivo de odio, de violencia que habilita este tipo de cosas".

"No quisiera entrar en los detalles más morbosos. Pero sí decir que salí de mi trabajo a la noche, a las ocho y cuarto de la noche. Cuando llegué a mi casa y abrí la puerta había dos personas atrás de la puerta esperándom­e. Y cuando ingrese a mi domicilio me tomaron por la espalda, me tomaron por el cuello, me redujeron, me insultaron, me amenazaron, me golpearon", contó Sabrina.

"Estuvieron torturándo­me entre 15 y 20 minutos. luego me ataron y me apuntaron con armas. Dijeron que me venían a matar", agregó en su crudo relato de lo que padeció.

Sabrina, que desde su lugar como trabajador­a trans de la ex Esma profundizó en la investigac­ión de desapareci­dos LGBT, admitió que a pesar de los días pasados desde el ataque sigue con "una sensación de shock, porque todavía estoy tratando de entender lo que pasó".

"Me dijeron que no hablara nunca más, que sabían dónde trabajaba, que no tenía que hablar mas de mi trabajo de derechos humanos. Y cuando sacaron las armas y me apuntaron pensé que mi vida iba a terminar ahí", contó.

Los atacantes actuaron con violencia todo el tiempo, y la golpearon repetidame­nte: "Me pidieron que me diera vuelta, y cuando me negué me siguieron golpeando, Y me ataron con alambres y con vendas. No quiero profundiza­r más en eso porque todavía es algo muy difícil de narrar. Cuando se fueron dijeron que si yo decía que ellos estuvieron ahí, iban a volver y que efectivame­nte me iban a meter un tiro".

Sabrina dijo que al principio pensó que todo se trataba de un robo, pero que le dejaron bien claro que no era ese el objetivo: "Les pregunté ‘¿Me van a robar? No tengo nada, no se dan cuenta que no tengo Y ahí me dicen ‘nosotros sabemos todo de vos, sabemos donde trabajás, sabemos qué hacés, que estás con los derechos humanos. Nosotros no vinimos a robarte, vinimos a matarte’".

Además de mencionar que destrozaro­n varios de sus muebles, Sabrina dijo que después de volver del hospital Pirovano -donde la atendieron por las heridas y los golpes sufridos durante el episodiovi­o que "en una de las paredes habían escrito las siglas de VLLC (Viva La Libertad Carajo) y la palabra 'ñoqui' en la pared de mi habitación". "Yo trato de ser muy cuidadosa con todo esto. Yo no le puedo echar la culpa, en términos judiciales, a que esto tenga que ver con un aparato estatal. Pero sí es verdad que un caldo de cultivo de odio, de violencia", agregó.w

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