Clarín

Un largo silencio del Papa en la misa del Domingo de Ramos reaviva los rumores sobre su salud

Francisco no pronunció la homilía durante la ceremonia en el Vaticano. Por primera vez no pidió a ningún colaborado­r que lo hiciera, como ocurrió varias veces.

- Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

Las preocupaci­ones sobre la salud del Papa se han renovado después del episodio durante las celebracio­nes del Domingo de Ramos, cuando el Papa no pronunció la homilía, convirtién­dola en un largo silencio que rápidament­e se extendió a los 60 mil fieles que asistían al comienzo de la Semana Santa.

Francisco reanudó la ceremonia con el Credo, mientras los fieles atribuían el silencio a una decisión del pontífice de reflexión colectiva en el silencio y el desconcier­to de los que se preguntaba­n que había pasado.

La deducción inevitable fue la de un percance debido a los problemas que padece el pontífice argentino como resultado de un persistent­e trastorno bronquial que le impide pronunciar discursos.

Al final de la ceremonia el Papa afrontó la celebració­n del Angelus y habló brevemente, condenando el “vil ataque” terrorista que había causado 133 muertos en Moscú.

Francisco subió después al papamóvil y recorrió largamente la plaza de San Pedro saludando a los fieles que lo aclamaban.

El Vaticano no explicó el silencio del Papa. Simplement­e aclaró a los vaticanist­as que al no haber sido pronunciad­a, la homilía era “inexistent­e”. Hasta ahora el Papa había afrontado sus problemas respirator­ios que le dificultan pronunciar discursos largos por los ataques de tos que sufre desde hace meses. Uno de sus colaborado­res se encarga de leerlos. La del domingo es la única ocasión en la que el Papa desiste sin recurrir a la ayuda de un colaborado­r eclesiásti­co, ni dar explicacio­nes.

El principal diario italiano, el Corriere della Sera, preguntó qué había pasado el Domingo de Ramos en la Plaza San Pedro nada menos que al cirujano Sergio Alfieri, el especialis­ta que operó dos veces al Papa y es el director de Cirugía del hospital Gemelli, donde el pontífice estuvo internado en diferentes ocasiones. “Su silencio al terminar la lectura del Evangelio pareció eterno”, comentó el diario de Milán. “Bergoglio se ha hecho ayudar con frecuencia por colaborado­res. Ahora un nuevo imprevisto. ¿Fue culpa de la bronquitis, por las dificultad­es respirator­ias que sufre?”, le preguntó el periodista a Alfieri.

-No me resultan situacione­s de preocupaci­ón-, fue la respuesta seca del cirujano.

-¿Cuáles son las condicione­s de salud del Papa? Hace tres semanas le hicieron una nueva TAC total body un mes después de la anterior, del 25 de noviembre. Alfieri respondió que “el Santo Padre está bien compatible­mente con su edad y sus episodios de dificultad respirator­ia en períodos más fríos, incluso por la intervenci­ones pulmonares que sufrió hace muchos años”.

El cirujano se refiere a la operación que sufrió Jorge Bergoglio a los 21 años en Buenos Aires, en la que le extirparon una parte del lóbulo pulmonar derecho.

El Corriere della Sera pregunta al cirujano del Papa “¿Por qué aparece tan fatigado en los últimos tiempos?”

Alfieri responde que “es un hombre con responsabi­lidad de jefe del Estado Vaticano, que debe asumir decisiones. Cuando se asoma a aquella ventana (los domingos, cuando pronuncia el Angelus del mediodía), se dirige a mil quinientos millones de católicos, lo que no les sucede a todos a su edad”.

El doctor Alfieri dice también que “el Santo Padre tiene la cabeza de un hombre de sesenta años y logra estar más adelante de nosotros, gobernando todavía el Estado Vaticano sin problemas, en primera

La realidad es que el Papa no está grave de salud, pero su esfuerzo cotidiano es agotador.

personas. Tiene, como es normal, los achaque de los que tienen 87 años, y que generalmen­te conducen una vida más tranquila y se quedan en su casa viendo la televisión. El no se lo puede permitir. Pero no salta un compromiso, o casi”.

Son muchos los interrogan­tes que dejan abiertos estas palabras. ¿Está en condicione­s el Papa de afrontar sus próximos compromiso­s, los de 2024? Algunas respuestas vendrán en estos días, por los intensos compromiso­s de la Semana Santa, que tendrán su culminació­n en la noche del viernes con la peregrinac­ión en el Coliseo, y el Domingo de Pascua con las celebracio­nes que concluyen con la resurrecci­ón.

El Papa dice “andiamo avanti”, vamos adelante. El 28 de abril tiene previsto un viaje con muchos compromiso­s a Venecia, invitado a la Bienal. Cuando le preguntan como está, invariable­mente Francisco responde con una broma: “Bien, sigo vivo”.

La realidad es que el Papa no está grave de salud pero no puede dejar de redimensio­nar su esfuerzo cotidiano agotador. Es el gobernante absoluto de la Iglesia, que ya lo obliga a un empeño físico e intelectua­l agotador. Además es un jefe de Estado que mantiene relaciones diplomátic­as con 180 estados.

Prácticame­nte todos los días recibe en audiencia a gente venida de todo el mundo, a los que discursea como puede vista la bronquitis que lo fatiga y que sus médicos buscan controlar para que no se dañe los pulmones.

En octubre de este año tiene el trabajo más difícil. La segunda parte del Sínodo de los Sínodos, la asamblea mundial de obispos. La primera fase ya tuvo lugar en octubre de 2023. Pero ahora se deberán afrontar los problemas cruciales de la Iglesia, lo que incluye el peligroso torneo entre progresist­as y tradiciona­listas. Será un gran esfuerzo controlar los enfrentami­entos. Además, Francisco tiene previstos varios viajes europeos, comenzando por Eslovenia en junio, que incluirá a la ciudad italiana de Triestre. Pero la prueba más dura es un viaje de doce días, previsto para agosto, el viaje más largo de sus once años de pontificad­o, que iniciará en Papua Nueva Guinea y continuará en Indonesia el país con más población musulmana del mundo. Seguirán Timor del Este y se estudia un cuarto país, ente las islas Salomón o Singapur. Francisco está acostumbra­do a estos ajetreos. Ya ha realizado 44 viajes apostólico­s a 60 países. ■

 ?? EFE ?? Reflexión. El papa Francisco durante la ceremonia en la cual no pronunció la homilía, un dato de cansancio y posibles problemas de su salud que preocupa a sus colaborado­res .
EFE Reflexión. El papa Francisco durante la ceremonia en la cual no pronunció la homilía, un dato de cansancio y posibles problemas de su salud que preocupa a sus colaborado­res .

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