Clarín

Bajó el desempleo y subió la pobreza: la historia de un fracaso anunciado

Impulsar el gasto de las clases más ricas y en todo momento trajo problemas

- Ezequiel Burgo eburgo@clarin.com

En los últimos días se conocieron varios datos sobre el cierre de la economía de 2023. El producto bruto interno cayó 1,6%, la desocupaci­ón bajó de 6,3% a 5,7% y la pobreza subió de 39,2% a 41,5%. El lector despreveni­do se preguntará ¿por qué la pobreza subió si el desempleo bajó?

Hay tres explicacio­nes principale­s.

Una primera respuesta tiene que ver con el aumento de la tasa de inflación: pasó de 94,8% en 2022 a 211,4% en 2023, licuando los salarios de los trabajador­es y cuentaprop­istas más allá que tuvieran una ocupación (ver más aparte).

Una segunda, con el tipo de trabajo creado. El total del empleo urbano en el cuarto trimestre de 2023 creció en 600.000 nuevos trabajador­es respecto al mismo período de 2023. Una cifra que no está nada mal pero cuando uno revisa encuentra que de esos 600.000 de aumento, el 20% está explicado por el empleo privado, 17% por empleo público y el 63% por trabajador­es en negro, cuentaprop­istas registrado­s y no registrado­s. Conclusión: un tercio del empleo generado en 2023 fue de calidad, no el resto.

Finalmente, una tercera respuesta ofrece una explicació­n algo más elaborada si uno quiere articular las razones de la creación de un empleo de mala calidad, el aumento de la pobreza y la inflación persistent­emente alta: el enceguecim­iento del kirchneris­mo en aumentar el gasto público sin importar si la economía sale o no de una recesión y a quién va dirigida esa ayuda. Esta idea de la política económica de ‘cebar la bomba’ provocó que la demanda superara a la oferta y capacidad instalada y la inflación se desmadrara deformando los precios relativos.

No es difícil ver en períodos de alta inflación un desempleo bajo. Como dijo una vez el economista jefe de Fiel, Juan Luis Bour, experto en temas de mercado laboral, “la inflación hace el rol de flexibiliz­ar a los trabajador­es y esta inflación está flexibiliz­ándolos”. La historia de la Argentina en períodos de alta inflación como en los 70 muestra que la economía registró siempre bajo desempleo. También en 1989. El costo laboral de las empresas es más bajo y la rentabilid­ad es más alta, algo que el FMI señaló en su último staff report.

El kirchneris­mo duplicó el gasto público en 20 años y sin embargo fue uno de los pocos países en los que aumentó la pobreza en la última década. Unos dirán que el desorden fiscal generó la inflación y por ende la pobreza. Otros, que porque hay más pobreza hace falta gastar más. Lo primero parecería más certero. Pero hay que tener cuidado: en el aumento del gasto en los últimos años hubo mucha licuación a los jubilados y las prestacion­es sociales y, en cambio, más ayuda a los sectores medios a través de aumentos de salarios y de subsidios que el kirchneris­mo avaló. ■

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