Clarín

Hermenegil­do Sábat sorprende con sus fantástico­s retratos y dibujos en la primera muestra tras su muerte

Son más de 200 piezas originales, entre las que hay algunas inéditas. La exhibición arranca el 4 de abril en el Museo de Arte Decorativo. Cómo se eligieron. La importanci­a de la música en su obra.

- Diana Baccaro dbaccaro@clarin.com

Mirar con los ojos de Van Gogh o Picasso y escuchar con los oídos de Louis Armstrong o Gardel. Es lo que solía hacer el caricaturi­sta de Clarín Hermenegil­do Sábat cuando se inclinaba ante su obra: a cada pincelada le ponía la música profunda de la sociedad. Con arte, y también con las normas elementale­s del periodismo porque con sus dibujos informaba, advertía, criticaba, resistía y hasta hacía reír.

Por primera vez desde su muerte hace ya más de 5 años- se exhibirá su obra en un museo para volvernos a sorprender con los retratos de artistas, escritores, músicos, deportista­s y personalid­ades destacadas del mundo, y sus clásicas ilustracio­nes periodísti­cas que han hecho de sus trazos parte de la identidad de los argentinos.

“No solo es un repaso de la historia de los últimos 50 años, sino un estudio de la gente que hizo este país y de sus habitantes”, adelanta su hijo Alfredo Sábat, uno de los que seleccionó las más de 200 piezas que se exhibirán a partir del 4 de abril en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Muchas de ellas son inéditas.

Menchi Sábat entró a Clarín en 1973 y fue testigo de primaveras, violencias y el golpe de Estado. Dibujó a Videla cuando nadie se atrevía y elevó la caricatura al plano superior del arte. Pero fue mucho más que eso: pintor, fotógrafo, poeta, músico y “demócrata”, como escribió cierta vez en la ficha de un hotel donde le pedían la profesión.

La muestra, “de gran valor artístico, histórico y social” según definen los curadores Hugo Pontoriero y Cristina Santa Cruz, durará hasta fines de julio y se exhibirán obras en diversos materiales secos y húmedos sobre tela, papel y derivados.

“Yo pude ver cómo mi viejo realizó muchas de estas obras y elegirlas me afectó mucho anímicamen­te, porque prácticame­nte me llevó a repasar mi vida entera. Yo era muy chico cuando acompañaba a mi papá al diario y lo veía dibujar. Hay mucho cariño en esta muestra”, confiesa Alfredo, también un destacado artista plástico.

Puesto a elegir sólo cinco obras de las más de 200 que se podrán ver en el museo, destacó en primer lugar una caricatura del ex presidente Carlos Menem aferrado a su silla y con un león en la cabeza, un clásico de la obra de Sábat.

“Me gusta ese dibujo porque mi viejo era ante todo un humorista, además de periodista, retratista y todo lo demás. Acá hay dos cosas que me llaman la atención: una es la idea de Menem caminando por todos lados con el sillón. No lo suelta ni para ir a caminar. Lo empezó a usar como un chiste cuando arrancó el tema de la reelección. Y el otro detalle es el sello del leoncito que tiene en la frente. Que no quiere decir nada en particular y que cada uno le puede dar el significad­o que quiere. Incluso ahora podría adquirir uno muy específico, que cerraría el círculo: el León Milei. ¿Mi viejo veía el futuro? Bueno, no creo que Menchi haya sido Nostradamu­s, pero vale como chiste, ¿no?”

En segundo lugar, el hijo del Maestro señala un dibujo de Marilyn Monroe. “Papá tenía una especie de metejón con ella. Le hizo varios retratos, pero elijo uno que para mí es el mejor. Es la nada misma, casi todo el papel está en blanco, y sin embargo dice muchísimo. Es hiperreali­sta. No solo muestra su técnica increíble con el lápiz, sino su capacidad como retratista: le saca el alma al personaje con un trazo. Allí está todo su sufrimient­o, todo el conflicto de Marilyn. Una obra maestra”.

¿Cuántos “Gardeles” dibujó el Maestro en sus 85 años de vida? “Un montón, creo que fue el personaje que más hizo. Yo supongo -porque nunca me lo dijo- que para él Gardel era como un símbolo de la Argentina, su personific­ación, su alma. Es el personaje más querido, no

hay grieta, por eso sospecho que lo usaba tanto... Sobretodo cuando no podía dibujar a los chicos de Malvinas y ponía a Gardel frente a Margaret Thatcher. Pero además de eso, elijo a este Gardel en particular, con la bandera argentina, por el movimiento de la pincelada y por el dominio plástico de la obra. Es una técnica admirable”.

Sábat tenía una relación muy cercana con la música. “Desde que tengo memoria lo recuerdo a mi padre trabajando con algún disco de fondo. Por eso, el cuarto dibujo de Menchi que selecciono es uno sobre el pianista y compositor del Harlem Fats Waller, por el increíble manejo de la acuarela y el color”, apunta Alfredo.

Por último, destaca un retrato de Charles Dickens: “Aunque nadie lo crea, está hecho ¡con café! Se ve que un día le sobró algo en el pocillo y se puso a pintar con eso. El pelo, la barba... Hay una cosa que nunca pude entender de mi viejo: el dominio de la técnica que tenía para mezclar cualquier cosa y todo le quedaba bien. ¡Todo! Agarraba lápiz, acrílico, acuarela, lavandina, café, y controlaba la gravedad, la humedad, todo sin hacer siquiera un boceto. ¡Y sin borrar! Un día yo le pregunté cómo hacía. Y me respondió que con los años yo iba a poder hacerlo también. Ya tengo 57 y todavía no puede. Y creo que nunca voy a poder. Mi viejo tenía un control sobrenatur­al sobre los materiales”.

El Maestro era único. Tenía la capacidad de ver lo que los demás no

vemos. Con un ojo afilado para sacar el alma de la materia. Y para molestar a políticos, dirigentes o empresario­s que se sentían “tocados” por su pluma.

Su talento fue reconocido con varios premios Konex, entre ellos el de Brillante en 2017. Además, recibió numerosos premios internacio­nales, como el Maria Moors Cabot de la Universida­d de Columbia.

Clarinetis­ta de oído imbatible (tocaba desde joven y tenía su propia banda), Sábat también escribió varios libros sobre sus dos amores: el jazz y el tango.

Pero su alma, como solía decir, “vivía en relación de dependenci­a”. Por eso, absolutame­nte todos los días venía a la redacción de Clarín para entregar su dibujo a tiempo. Con gran esfuerzo, porque “en la vida hay que hacer un gran esfuerzo para no tener poder”, sostenía. Y empuñaba el pincel con el corazón ardiendo y la mano helada.

 ?? ?? 1- El “metejón” del maestro con Marilyn y su alma en un trazo. 2- Gardel y el “símbolo de la argentinid­ad”. Fue el personaje que más veces dibujó Sábat.
3- Con café. Retrato de Charles Dickens realizado sin boceto y sin borrar. 4-Menem aferrado a su sillón y el
sello de el León en la frente. ¿Sábat veía el futuro? 5- Acuarela de Fats Waller, uno de los grandes pianistas de jazz.
1- El “metejón” del maestro con Marilyn y su alma en un trazo. 2- Gardel y el “símbolo de la argentinid­ad”. Fue el personaje que más veces dibujó Sábat. 3- Con café. Retrato de Charles Dickens realizado sin boceto y sin borrar. 4-Menem aferrado a su sillón y el sello de el León en la frente. ¿Sábat veía el futuro? 5- Acuarela de Fats Waller, uno de los grandes pianistas de jazz.
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