Clarín

La serie de Coppola y el episodio que emociona a los xeneixes

Con algunas polémicas por inexactitu­des históricas, “Caballito ganador” es el capítulo preferido de los fanáticos boquenses en la serie de Star+.

- Marina Zucchi mzucchi@clarin.com

Antes que el jarrón, que las noches de El Cielo con Poli Armentano, que las fiestas frente al Vesubio y la convivenci­a con la Camorra napolitana, estuvo el Guillermo Coppola del Banco Federal Argentino.

Un Guillermo de traje, corbata y maletín que usó esa entidad financiera como trampolín hacia Boca Juniors y más tarde hacia ese Rey Midas que fue Diego Maradona.

Coppola, el representa­nte, la serie de Star+ documenta algo más que el romance con Yuyito González, el divorcio de El Diez, el encuentro con Juan Pablo II o la compra del capricho maradonean­o, la Ferrari Testarossa negra. Hay que esperar al quinto capítulo –el anteúltimo­para ver la revolución Vinos Maravilla.

“Diego no es una persona, ni siquiera una marca, es una ilusión y nadie sabe mejor que yo venderle esa ilusión a la gente”, advierte Juan Minujín, el grandioso “Capa bianca” de ficción, como le llamaban los napolitano­s a Coppola.

El quinto capítulo salta de un modo interesant­e mucho más atrás en el tiempo: muestra la construcci­ón empresaria­l de ese muchachito atorrante y sagaz que gracias al contacto con Vicente “El Tano” Pernía, el entonces defensor xeneize, forjó una relación laboral con el plantel de Boca Juniors y otros futbolista­s y, en efecto dominó, llegó hasta Maradona (representa­do hasta aquel momento por Jorge Cyterszpil­er).

Pernía, cliente del banco, es quien le presenta a esos colegas que en los ochenta cobraban en efectivo y no tenían conocimien­to de inversione­s ni cuestiones financiera­s. Coppola ve el nicho y arrasa: los asesora económicam­ente y en materia de imagen personal, logra una cartera de clientes infinita y se lanza solo a la aventura.

“Hasta los pibes de la reserva hablan de Coppola. Manejás la guita de casi todo un plantel”, lo encara el Presidente de Boca (¿Martín Noel o Alberto J. Armando?). La polémica traspasa la pantalla. Muchos televident­es polemizan en redes y creen al personaje una versión libre de Noel+Armando. Lo cierto es que aquel Presidente le pide a Guillermo “ayuda para comprar a “J.J López”. López debutó con esa camiseta (en la vida real) durante la presidenci­a de Noel.

Sutilezas al margen, el hábil negociante llega a 183 sus futbolista­s representa­dos. “Guillote” -que ve el sponsor Jet en la camiseta de Gatti- se enciende y planea el auspicio de Vinos Maravilla en la camiseta. Vemos su graciosa gestión en una cantina, pese a la débil solvencia de un club rumbo a la bancarrota. En esa etapa es el actor Santiago Bande quien lo interpreta.

La ficción no ahonda en los detalles de la vida real: el 26 de febrero de 1983 Boca Juniors generó una revolución publicitar­ia. En un amistoso de verano en Mar del Plata y nada menos que ante River, el equipo lució por primera vez en la camiseta el anuncio de Vinos Maravilla, algo impensado a nivel institucio­nes, lo que generó más tarde un efecto contagio.

Gatti; Comelles, Mouzo, Ruggeri, Córdoba; Benítez, Krasouski, Berta, Támer; Gareca y Sotelo posaron para la foto inolvidabl­e. La firma aportaba un fajo de billetes suficiente como para pagar los sueldos del plantel.

A partir de entonces, Vinos Maravilla (marca que había sido fundada en 1935 por Carlos Gualino y Mauricio Escolar y que en los 50 inició un camino como una de las bodegas sanjuanina­s más famosas) se hizo popular e incrementó notablemen­te sus ventas. Le ganó la pulseada a Hitachi, el gigante japonés que había tentado a Boca.

El sponsor se convirtió en un salvavidas para ese Boca golpeado económicam­ente, en ruinas que en 1984 fue intervenid­o y estuvo cerca de desaparece­r. La casaca de réplica hoy se vende como agua...

Días antes de la Navidad de 1984 la noticia asustó a millones: un posible remate de la Bombonera, en medio de una deuda de 35.000 dólares con el club Wanderers, de Montevideo (por la transferen­cia del uruguayo Ariel Krasouski).

La crisis económica que había generado por la adquisició­n de Diego puso al club e al borde del knock out, con la Bombonera clausurada, un conflicto con Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca, un oficial de justicia que embargaba pese a las negativas de los empleados. Finalmente, el 20 de diciembre de 1984 se reunieron todas las fracciones políticas boquenses y llegaron a un acuerdo para elaborar una lista única presidenci­al encabezada por Antonio Alegre.

En la ficción -y este quinto episodio llamado Caballito ganadorno hay buceo en eso, vemos una línea confusa que le hace ruido a muchos estudiosos de la historia boquense. Pero se entienden esas

La firma de vinos se hizo popular luego de ser sponsor de Boca.

licencias tomadas por los guionistas (y ya aclaradas) a los que no les interesa atarse al manual de lo ocurrido fehaciente­mente.

Lo demás es historia conocida. Coppola fue el representa­nte de Maradona, pero además su custodia, su sombra y -según pinta la serie-, “arreglador” de varias desproliji­dades .... Esa pregunta inicial que se hace Minujín en el primer episodio ronda hasta el final: “¿Cómo regular esta ducha que lleva por nombre Diego Armando Maradona, abrir el agua caliente, pasarse y abrir el grifo frío?”. Seis episodios no alcanzan. Todo hace pensar que habrá segunda temporada…■

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El sponsor etílico. El anunciante que apareció en el peor momento económico de la historia de Boca.

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