Clarín

Adoctrinam­iento y los tres dedos que acusan

- Ricardo Braginski rbraginski@clarin.com

Hay un proverbio muy usado en psicología que dice que cuando una persona señala un defecto a otra, con un dedo apunta para adelante, pero hay otros tres que quedan cerrados apuntándol­o a él mismo. Significa que cada vez que señalamos, prejuzgamo­s o hacemos juicios respecto a otra persona o situación, en verdad lo estamos haciendo -y con más fuerza- hacia nosotros mismos.

Todo esto puede resultar útil para entender a los últimos presidente­s argentinos. Ya veníamos de cuatro años de dedito acusatorio de Alberto Fernández, y ahora parece que nos tocan otros cuatro años de dedo en alto, pero de la mano de Milei.

En el marco de su “batalla cultural” (que tanto rédito le trae), el actual presidente también hace uso -y abusodel ataque duro contra quienes piensan distinto. Es habitual que levante el dedo acusatorio, segurament­e sin advertir los otros tres que lo están apuntando.

Esto se ve en los temas educativos. Sale Milei a decir que la educación argentina (pública y privada) adoctrina, que tiene los “contenidos recotrarro­jos”. Pero tres dedos lo apuntan a él, que luce en la acusación más adoctrinad­or. Porque lo dice parado en un estrado escolar y frente a alumnos de un colegio secundario.

La semana pasada, Milei acusó a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA de “lavarle el cerebro” a los estudiante­s. Sugirió que allí solo se leen autores marxistas y nunca a los de la escuela austríaca, a la que él adscribe y considera la única que sirve. Pero es conocida la libertad de cátedra (se enseñan todas las teorías, incluso la austríaca) y los profesores se eligen por concurso (mérito).

¿O acaso son marxistas economista­s que salieron de allí como Luis “Toto” Caputo, José Luis Espert o Carlos Melconian, entre otros?

Aquí también aparece el dedo acusador y otros tres que lo apuntan, porque lo que está deslizando Milei que se graduó en la Universida­d de Belgrano- es que la única teoría que vale es la austríaca. ¿Acaso es lo único que hay que enseñar y aprender? ¿Esa es la forma de pluralismo y “no lavado de cerebro” que propone para la enseñanza de la economía?

En la mayoría de las aulas universita­rias no suele haber adoctrinam­iento ni visión única. Lo que más abunda es educación de calidad, que eligen los argentinos para formarse, que cosecha elogios en el mundo, y que tiene la capacidad de potenciar el desarrollo del país.

Qué bueno sería que el Presidente acusara a alguien de esto.

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