“Una Patria sin políticos y una política sin Patria...”
Hemos presenciado desde la asunción del nuevo gobierno -acentuándose el 1 de marzo con la inauguración del año legislativo en el Congresouna profundización de grietas e inter-grietas entre partidos y dentro de los mismos partidos y demás organizaciones estatales y paraestatales. Con el agregado de una parafernalia de luchas, discusiones, acusaciones, mentiras y un sinnúmero de divisiones al infinito ante una ansiedad angustiante de la pobre sociedad, que hace malabarismos para llegar a mediados de mes con el magro ingreso y la brutal inflación que baja, pero muy poco.
Vivimos una época en la que anteponer la Patria y el bien común sobre los espurios intereses partidocráticos e individuales de algunos políticos puede resultar políticamente incorrecto y además tildar al que los defiende de nacionalista, facho o vende patria. Esto ratifica que pensar en valores trascendentes, en la dignidad del trabajo, la ética, la verdad, la moral, en las tradiciones cristianas que hicieron grande la Argentina, ya no es posible con la actual clase política que se impone en su gran mayoría como populista. Incluso ridículamente algún sector político se apropia del nombre Patria a un tinglado populista para aparentar un pseudo patriotismo.
Argentina necesita imperiosamente políticos honorables (ad honorem) y patriotas, que al decir del padre Castellani -un gran filósofo, escritor y verdadero patriota argentino-, que en un simple y certero párrafo lanza un canto de esperanza: “Algún día saldrá un argentino en esta tierra, capaz de decir ‘Aquí no manda la plata, sino la Patria, pero primero habrá que decirle a la Patria, aquí manda Dios”. Antonio Roberto Lagioia tonylagioia@gmail.com