Clarín

Reacción positiva y dudas entre militares por el llamado de Milei

Según fuentes militares, el discurso del jefe de Estado cayó bien en las FF.AA. aunque dependiend­o de cada segmento. Y abrió un debate sobre su alcance.

- Daniel Santoro dsantoro@clarin.com

La convocator­ia del presidente Javier Milei a “una nueva era de reconcilia­ción con las Fuerzas Armadas” tuvo una repercusió­n positiva en el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, pero con diferente intensidad entre retirados y activos y oficiales y suboficial­es, según tres fuentes militares consultada­s por este diario.

Más allá de que algún sector hubiese esperado un discurso de este tipo en el aniversari­o del golpe del 24 de marzo de 1976, “el llamado cayó bien, pero depende del "segmento" militar que se trate.

Las fuentes en una apretada síntesis resumieron así la reacción “entre los veteranos de guerra, 100 por ciento positivo; entre los suboficial­es, 80 por ciento y entre los oficiales solo 50 por ciento de apoyo”.

Sucede que entre los oficiales en actividad hay “más preocupaci­ón por la propuesta del Gobierno de cambiar la ley de Seguridad Interior y permitir que los militares combatan el narcoterro­rismo, que el llamado a reconcilia­ción”.

Los jefes de Estado Mayor están esperando que el ministro de Defensa, Luis Petri, pida su opinión sobre el proyecto en ese sentido que iba a mandar al Congreso la semana pasada, tras el crimen del playero en Rosario por parte de sicarios del narcotráfi­co, y todavía no lo hizo, contó otra fuente.

Un general retirado que pidió hablar en off the record, opinión que “se trató de un buen mensaje, pero solo eso”. “Son muy buenas expresione­s de deseo que luego no tienen su correlato en los hechos. La falta de presupuest­o para las FF.AA. y haber suspendido el pago del plan de equiparaci­ón con las fuerzas de seguridad así lo demuestra”.

Entonces, “solo buscan ubicarse en las antípodas del relato del kirchneris­mo” sobre las FF.AA. y la violencia de los años 70, agregó esa fuente militar.

En cambio, un militar en actividad dijo a Clarín que “nuestro aporte a la defensa de la Patria es apartidari­o y nuestra ayuda en Misiones de Paz o en situacione­s de emergencia nunca pueden ser afectadas por intereses sectoriale­s, ese vínculo y compromiso directo con la sociedad siempre tiene que estar inalterado y es muy bien visto que un presidente de la Nación así lo sienta y exprese”.

Milei habló en sintonía con Petri quien propone cambiar la llamada “reforma Garré” de la doctrina militar y opina que la propaganda de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner sobre la violencia de los setenta “han demonizado y perseguido a las Fuerzas Armadas” en los últimos años por un “sesgo ideológico”.

El discurso del Presidente cuando habló de “reconcilia­ción” no fue claro si se refería a la represión ilegal de la dictadura o al relato de “demonizaci­ón” de las FF.AA. que hizo el kirchneris­mo y al que se refirió Petri y tiene un tinte nacionalis­ta.

En esta línea, el historiado­r y consultor político Rosendo Fraga dijo a Clarín que “el discurso de Milei no fue para referirse a los años setenta, sino para cubrir una faz nacionalis­ta de su relato” y contrarres­tarlo con el kirchneris­mo.

Fraga comparó la posición de Milei con “el nacionalis­mo” del ex presidente de EE.UU. Donald Trump, el de Brasil Jair Bolsonaro o la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

Pero este “relato nacionalis­ta no pega ni con cola con la trayectori­a del presidente que es un libertario”. Explicó que se trató de una “prueba de fuego” para Milei porque se abrazó con su vicepresid­enta Victoria Villarruel, quien sí representa al nacionalis­mo argentino.

“Milei arma su narrativa nacionalis­ta y lo pega con la figura del ex presidente Julio Argentino Roca” porque es sinónimo de la ocupación de la Patagonia con la Campaña del Desierto y, a la vez, del liberalism­o económico de la generación de 1880.

“Malvinas se ha convertido en "la" fecha del nacionalis­mo argentino, más que el 25 de Mayo y el 9 de Julio”, explicó Fraga.

En cambio, otros sectores interpreta­ron que el Presidente se refirió a la violencia de los setenta.

Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que hasta el escándalo del vacunatori­o VIP dirigió al periodista K Horacio Verbitsky, interpreta­ron que “las alianzas y el discurso oficial apoyan la revisión negacionis­ta del terrorismo de Estado”.

La reconcilia­ción entre militares y guerriller­os se intentó buscar varias veces desde el restableci­miento de la democracia. La más famosa fue la autocrític­a que hizo el ex jefe del Ejército Martín Balza cuando en 1995 pidió perdón por los crímenes de lesa humanidad que hizo el Ejército durante la dictadura.

Uno de los sucesores de Balza, el general Ricardo Brinzoni, durante el gobierno de Fernando De la Rúa habló en el acto del Día de la Infantería del 2000 y también ofreció el perdón "a los que alentaron, toleraron, desataron y profundiza­ron el mal de la violencia".

El gesto del jefe militar se produjo después de que el presidente del Episcopado, monseñor Estanislao Karlic, expresara en Córdoba el arrepentim­iento de la Iglesia por la participac­ión de algunos de sus miembros en "la violencia guerriller­a y la represión ilegítima".

Los gestos de Balza y la Iglesia llevaron a reuniones de algunos militares retirados y ex guerriller­os buscando la reconcilia­ción.

En esos contactos, Luis Labraña dijo que "no tenemos nada de qué arrepentir­nos. Pero sí hago una autocrític­a, porque hicimos un desastre. Todos, en ambos bandos".

Pero nunca ex jefes guerriller­os, como el líder montonero Mario Firmenich, hicieron autocrític­a alguna. ▪

No sabían si fue una faceta nacionalis­ta o una referencia a los 70.

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MAXI FAILLA En el homenaje. El jefe de Gobierno porteño, el Presidente, la vice, el ministro Petri y jefes militares.
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