Outlets, el fenómeno de los ‘80 que la clase media volvió a impulsar
Los consumidores que no se resignan a dejar la ropa de marca colman los locales de segunda mano. Mucho stock sobrante y promociones agresivas.
El fin de semana, mientras miles de autos esperaban avanzar sobre las rutas para disfrutar del feriado XXL, en la Ciudad una curiosa y extensa hilera de vehículos también esperaba, pero para ingresar al Hipódromo de Palermo. Fue una imagen de un fenómeno que no es nuevo pero que en los últimos meses recobró impulso: los outlets.
Florencia Chaubié espera apoyada en la pared mientras entre sus piernas tiene cuatro cajas de zapatillas y otra bolsa con distintas prendas. “Vengo de Quilmes, me vine solo para comprar acá. La diferencia es muy grande, hay miles de descuentos e incluso te dejan pagar en cuotas, que eso en las tiendas ya casi no se ve”, dijo a Clarín.
Desde este fin de semana y hasta el 28 de abril, en el predio de Palermo se está haciendo el Luxury Outlet, un evento que toma el concepto de ofrecer ropa de temporadas anteriores o excedentes de producción a precios inferiores de lo habitual. Sergio Blanco, su creador, aseguró que “en su día de apertura hubo récord en ventas con más de 20 mil unidades vendidas. También recibimos el doble de gente que en la edición anterior".
En el espacio de una importante tienda deportiva, la fila para ingresar es inmensa. En su interior, mujeres y hombres buscan zapatillas. Mientras ven el precio agarran las calculadoras de sus celulares para aplicar el descuento de la tienda y el de alguna otra tarjeta. “Me compré este top que estaba $ 50.000, le apliqué todos los descuentos y me lo llevo a $ 15.000”, dice impresionada Carolina Santoro, que vino desde Caballito.
Zapatillas de dos marcas líderes que están entre $ 80.000 y $ 100.000, con los descuentos llegaban a costar entre $ 20.000 y $ 65.000. “Sé que hay productos importados en algunas tiendas, pero la verdad es que ahora priorizo que la prenda sea barata. Las Pascuas pasadas veraneando en el Sur y ahora, buscando precios”, agrega Susana, su amiga.
En esta oportunidad no estuvo H&M, que supo causar furor en ediciones anteriores, pero la productora juntó más de 50 marcas con algunos importados. Los altos niveles de stock coincidieron con la baja de ventas de estos últimos meses, y eso generó, explica Blanco, que las diferentes empresas encuentren aquí un canal para hacer grandes descuentos al público.
Las treintañeras Julieta González y Laura Llesuron también son amigas. En esta oportunidad tampoco pudieron viajar a ningún destino, y mientras tomaban mates en la plaza decidieron darse una vuelta por el Hipódromo. "La verdad es que los descuentos son grandes, van desde el 30% hasta el 75%. Hay mucha variedad y muchos clásicos que por más que sean de temporadas pasadas la podes seguir usando", dice Laura.
A pocas cuadras, otro outlet, Distrito Arcos, también está lleno, sobre todo en las tiendas de zapatillas. Florencia y Emanuel vienen desde Catamarca, y, con las manos repletas de bolsas, dicen que la diferencia entre una provincia y otra “es abismal. Nos sorprende la cantidad de gente que hay acá. Los precios en comparación con las tiendas de la calle es muy grande. Los locales de mujeres y la ropa deportiva explotan. Vinimos más que nada por el precio y la calidad”, manifiesta Florencia.
La historia del movimiento outlet hay que rastrearla en los locales de Munro en la década del 80. Pero fue a principios del 2000 cuando salió del placard y comenzó a masificarse con la explosión de la avenida Córdoba. Una década después, se había expandido a la zona de la calle Aguirre, en Villa Crespo -hoy un polo consolidado del outlet-, a otros barrios como Barracas y Flores, y a centros comerciales en el GBA. Vinieron después los showrooms, los envíos puerta a puerta desde el exterior y las compras minoristas de los sábados en avenida Avellaneda.
Pero ahora, la clase media que intenta como sea mantener sus consumos, vuelve al outlet en un gesto de resistencia, para no resignar marca, calidad y la posibilidad de testear la prenda en un probador.
Sergio Dattilo, gerente de Relaciones Institucionales del Grupo IRSA, coincide en que la clase media recurre cada vez más a los outlets. Y cuenta que los shoppings del grupo con este formato “están vendiendo como nunca, desde fin de año hasta ahora. Tanto por ubicación como por las marcas que tienen tanto Distrito Arcos como Soleil, cada vez hay más gente de ese poder adquisitivo y también van muchos turistas que aprovechan por los precios. Además se volvió a ver que gente del Gran Buenos Aires viene a los locales de grandes marcas deportivas, se compra una parva de zapatillas, se sube al tren y las vuelve a vender allá”, agrega.
Para el vocero de IRSA, desde sus orígenes los outlets fueron mutando poco a poco y dejaron de ser un lugar que se veía de forma despectiva para transformarse en espacios donde recurrir para hacer una compra inteligente. “Como compañía, tratamos de poner la mejor decoración, las mejores marcas, los mejores lugares para comer, para que la gente tenga ganas de venir”, asegura.
En la fila de una importante marca deportiva en Distrito Arcos, la gente espera bajo el rayo del sol. Calculadora del celular en mano, mira por la vidriera intentando descifrar el precio de la zapatilla que vinieron a buscar para ya anticipar el descuento. Pero la espera no importa. Como lo hace saber Karen Sosa, acompañada de su novio: “Hace 30 minutos estoy esperando para entrar. Ya me queda poquito. Por suerte estoy viendo que hay bastante stock de lo que quiero comprar así que estoy tranquila de que no hice toda esta fila en vano”.w
Unas zapatillas de $ 80.000 se terminan pagando $ 20.000 con los descuentos.
Viene gente desde el Interior, atraída por la relación precio-calidad de la ropa.