Clarín

Encuentran asesinado al capataz de una estancia en el sur de Santa Fe

Daniel Malacalza (66) recibió un balazo. Los atacantes se llevaron el dinero de una venta de ganado.

- Esteban Mikkelsen Jensen emikkelsen@clarin.com

Daniel Osvaldo Malacalza (66) cenó con su esposa en Venado Tuerto, Santa Fe, y fue al campo de una familia de la ciudad de Buenos Aires que administra­ba desde hacía más de dos décadas. Pero fue asesinado por ladrones, que escaparon con una suma millonaria. Según los investigad­ores, los homicidas tenían el dato de que, el día anterior, había concretado una venta de ganado. Intentan determinar si se hizo de manera formal o “en negro”.

Por eso fueron hasta la estancia El Chamallue, de unas mil hectáreas, cuyo ingreso está ubicado junto a la ruta provincial 4S, entre Venado Tuerto y Carmen, en el departamen­to General López, a más de 300 kilómetros de la ciudad de Santa Fe.

“El Gringo”, como le decían a la víctima, tenía un balazo en el estómago. Lo encontró su esposa el domingo a la mañana, preocupada porque no le respondía sus mensajes ni llamados telefónico­s. Él había quedado en pasarla a buscar por la casa de su hermana. El sábado a la noche, en una camioneta, “El Gringo” atravesó la tranquera de la entrada del campo, la cerró y llegó hasta la casa, a unos 800 metros, para pasar la noche. Los detectives procuran establecer si sus asesinos estaban esperándol­o o si llegaron después de que lo hiciera él.

Cuando la pareja de la víctima se acercó al lugar con un allegado a la familia, la Ford Ranger gris que usaba Malacalza estaba detenida a pocos metros de la tranquera, dentro del campo y con la llave puesta. La puerta de la casa estaba trabada y la mujer de 55 años y su acompañant­e tuvieron que romperla con una barreta. En el interior había manchas de sangre y estaba todo revuelto.

En la habitación, sobre la cama y boca arriba, estaba el cuerpo del capataz, en medio de un completo desorden. La víctima presentaba también una herida cortante en la espalda y signos de defensa en la mano derecha (excoriacio­nes y lesiones cortantes compatible­s con una mordedura).

Además, los policías encontraro­n varios precintos y cartuchos de armas de distintos calibres sin utilizar. El fiscal Eduardo Lago afirmó a la prensa local que los asesinos “buscaban dinero que existía por una operación propia del giro habitual del campo”.

Además, en referencia a las versiones de que robaron alrededor de 100 millones de pesos, Lago solo sostuvo que se trata de una suma “muy importante”. Los delincuent­es se llevaron también varias armas de fuego: escopetas, carabinas y revólveres.

“El Gringo” tenía una hija de 21 años, que le había escrito un mensaje en Facebook por su último cumpleaños, el 6 de enero pasado: “Feliz cumple al hombre de mi vida, te amo muchísimo, sos un excelente papá y un excelente hombre, sos la luz de mis ojos. Para siempre mi cómplice en todo y mi gran guía”.w

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Hombre de campo. Malacalza administra­ba la finca El Chamallue.

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