Clarín

La proyección naval de Brasil en el Atlántico Sur

- Ex vicecancil­ler Roberto García Moritán

Brasil tiene la aspiración de convertirs­e en la fuerza naval preeminent­e del Atlántico Sudocciden­tal. La asociación estratégic­a con Francia ha contribuid­o a la renovación de la flota de superficie (Fragatas Clase Tamandare), el programa de submarinos convencion­ales (Prosub, clase Scorpene) y en particular el proyecto del submarino a propulsión nuclear que hoy solo disponen Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India y próximamen­te Australia.

El Libro Blanco de la Defensa de Brasil destaca el carácter estratégic­o del programa del submarino nuclear para proyectar una presencia continua en el Atlántico Sur, resguardar la Amazonia Azul y proteger la capa presal que contiene reservas significat­ivas de petróleo y gas. También, para fortalecer el objetivo de acceder a una banca permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

La reciente visita del presidente de Francia para botar un tercer submarino franco brasileño (Tonelero) en el Complejo Naval de Itaguai, dejo en evidencia la nueva fase de la cooperació­n bilateral en tecnología militar de punta.

El presidente de Brasil recordó que los acuerdos incluyen la construcci­ón de helicópter­os (Caracal), satélites de uso militar y la compra de una computador­a de altísima capacidad y potencia técnica para las fuerzas armadas. El presidente de Francia confirmó la disposició­n de Naval Group en el diseño y construcci­ón del quinto sumergible a propulsión nuclear en asociación con TechnicAto­me.

Francia parece dispuesta a asistir a Brasil también en los niveles de enriquecim­iento de uranio correspond­ientes a las particular­idades del reactor nuclear.

Es este contexto, no habría que descartar que el reactor nuclear del submarino de Brasil abandone su intención original de desarrollo autónomo y adquiera caracterís­ticas de mayor similitud a los submarinos de las clases Rubis o Le Triomphant. También que el sumergible nuclear sea parecido técnicamen­te al que oportuname­nte Francia ofreció a Australia. La disponibil­idad en el mar de los submarinos franceses y los tiempos estimados para repostar combustibl­e sugieren una importante densidad de potencia y que el núcleo del reactor nuclear requeriría de un grado relativame­nte alto de enriquecim­iento de uranio.

Las capacidade­s operativas del submarino a propulsión nuclear del Brasil pueden afectar per se la estabilida­d regional. Es probable que por su alto carácter disuasorio, la propulsión nuclear altere percepcion­es de seguridad del Atlántico Sur.

Este privilegio geoestraté­gico de Brasil, en comparació­n con su entorno regional, puede generar el riesgo de un espiral de medidas para mitigar eventuales desequilib­rios o desbalance­s de capacidade­s tecnológic­as y navales.

La cuestión es, asimismo, delicada por la no adhesión de Brasil al Protocolo Adicional al Tratado sobre la No Proliferac­ión de las Armas Nucleares (TNP) y por ser el único país de América Latina con capacidad industrial de enriquecer uranio.

Estas circunstan­cias crearán desafíos de seguridad que pondrán a prueba a la Agencia Brasileño Argentina de Contabilid­ad y Control de Materiales Nucleares (ABACC) y al Organismo Internacio­nal de Energía Nuclear (OIEA) para garantizar que las salvaguard­ias al reactor nuclear y a los combustibl­es del submarino se ajusten a normas convincent­es en materia de no proliferac­ión nuclear. ■

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