Polémica por un mural en honor a Navalny, el opositor a Putin que apareció muerto
Lo pintaron inmigrantes rusos en San Telmo. Hubo un fuerte operativo policial y quejas de vecinos. Denuncian presiones de la Embajada de Rusia.
Hay peatones que siguen de largo, pero hay otros que hacen un alto y, sorprendidos, le sacan una foto al flamante mural inaugurado en Brasil y Balcarce, en San Telmo. "El amor es más fuerte (que) la muerte", se lee en la parte del paredón que da frente al anfiteatro del Parque Lezama.
La imagen es tan llamativa como desconocida por el rostro moldeado y el texto en castellano y ruso: el protagonista de la pared es Alexei Navalny, político ruso, opositor al régimen del presidente Vladimir Putin, que murió el 16 de febrero, encarcelado en condiciones extremas en una prisión en el Círculo Polar Ártico.
Hacía más de un mes que un grupo de activistas rusos (artistas, comerciantes y comunicadores) venían con la idea de pintar un mural honrando a Navalny, "un verdadero superhéroe" para la mayoría de los presentes. "Venimos planificando esto en el mayor de los silencios, por temor a que la Embajada se entere y evite la realización. ¿Cómo? Denunciando o poniendo obstáculos", cuenta Ekaterina B., una de las propulsoras de la iniciativa, nacida en Rusia, y que lleva más de diez años en Buenos Aires.
El domingo, pasadas las ocho de la mañana, tres patrulleros de la Policía de la Ciudad circulaban por la esquina. "Cuando llegaron los artistas que iban a trabajar en el mural, arrancaron los problemas. Primero empezaron a hacer denuncias al 911 los propios vecinos que circulaban por el parque. Yo estuve allí porque vivo enfrente y había tanto bullicio que salí a ver", le cuenta a Clarín Adriana Sperandío, que vive en el barrio hace 30 años.
"Cada fin de semana -continúa Sperandío- tengo que aguantarme todo tipo de concentración, marchas o murgas que se hacen en esta esquina, no entiendo por qué no dejaban en paz a la colectividad rusa. No estaban haciendo nada malo, sólo querían expresarse en silencio, con velas y dejar flores que luego se afanaron, ¿tanto lío? Inexplicable fue el despliegue policial que hicieron por un puñado de personas. Después se les escapan los presos", pinchó la vecina.
La indignación de los activistas, entre los que se encontraban Ekaterina, una de las que llevó la voz cantante, además de los artistas Karina Solodina, Misha Petrov y Katya Spleen, fue cuando las autoridades de la Ciudad les secuestraron los pinceles y pinturas con los que iban a realizar el mural, con lo cual debieron volver a comprarlos. "No se podía entender cómo y por qué la policía nos confiscó todo, era muy injusto y creemos que detrás de todo esto está la Embajada de Rusia. No sería la primera vez que actúa así, ya han vandalizado un memorial pequeño en Recoleta", expresa otra ciudadana rusa que prefiere no dar su nombre.
Una de las artistas no podía creer "la cantidad de denuncias que llegaban al 911" y no duda de "la gestión de las autoridades de la Embajada. Era muy extraño escuchar que esto que hacíamos con respeto podía molestar a los vecinos del barrio, sobre todo teniendo en cuenta que tomamos una parte del mural que estaba vacío. Al lado de donde pintamos a Navalny había otras pintadas fuertes, como una que dice 'Basta de odio'. No nos gustó tener que hacer el Memorial bajo la intimidante mirada policial, que amenazaba con la detención y pedido de datos personales"
"Después del asesinato de Navalny, apareció en los chats de la colectividad en Argentina la idea de honrar la memoria de nuestro Superhéroe que se atrevió a enfrentar a Putin. Por supuesto que la mayoría de los rusos quería hacerlo frente a la Embajada de Rusia, en Recoleta. Pero entendimos que el mejor lugar era aquí, cerca de la iglesia ortodoxa rusa, donde contamos con el apoyo de Alejandro Iwaszewicz, responsable de la Santísima Trinidad", cuenta Ekaterina.
Sabían los propulsores del Memorial que el principal obstáculo era la Embajada. "Hace mucho tiempo que Buenos Aires dejó de tener una sede diplomática para convertirse en una sucursal de los servicios especiales rusos. Odian a los rusos que se fueron del país, a los que están en contra de Putin y de la guerra contra Ucrania. Para Putin, Navalny era su enemigo personal y desde el 16 de febrero, cuando lo mataron, que la Embajada sólo rompe, desarma y destruye todo recordatorio que se quiera hacer para honrarlo", dijo la inmigrante.
En la Argentina viven miles de rusos y "se advierte una posición política activa y pública. Estuvieron presentes más de cien rusos en la inauguración del mural, pero hay que tener en cuenta que hay cierto temor -explica Ekaterina-. Muchos salen del país perseguidos, angustiados y buscando seguridad, paz y tranquilidad, y aquí en la Argentina, donde estamos muy bien, no quieren meterse en problemas. Este país es un destino amigable", dice la impulsora, que hace saber que las solicitudes de residencia pasaron de 199 en 2021 a 2.106 en 2022 y a 8.488 en 2023.
Katya, una de las pintoras del mural, llegó a Buenos Aires hace dos meses "traumada por todo lo que ocurre en Rusia. La guerra con Ucrania fue la gota que me convenció para salir de un país sin futuro".
Conmovida aún por la muerte de Navalny, la artista dice que "fue un shock cuando me enteré. Desde ese día sólo quiero gritar, pero me siento anestesiada". Katya no se define como una activista política sino como una artista, "por eso no dudé en reflejar haciendo arte el asesinato de Navalny". ¿Volver a Rusia? "No, hoy estoy enamorada de Buenos Aires y de su gente. Y de una libertad que nunca voy a encontrar en Rusia".
Artistas y activistas de la colectividad rusa están muy agradecidos a la abogada ucraniana -valga la paradoja- Liliana Borisyuk, “que no sólo nos acompañó en esta inauguración sino que vino a ayudar para que nadie de los que estuvimos presente fuera preso”.w
Está en Brasil y Balcarce, cerca de la iglesia ortodoxa.