“Mameluco” afirmó no tener relación con el asesinato de Candela
El jefe narco declaró en el juicio por el crimen de la nena de 11 años en 2011. Acusado de ser el autor intelectual, dijo: “Me pregunto por qué estoy en esta causa”.
Fueron nueve minutos sin interrupciones. Al terminar de hablar, nadie le hizo preguntas. En el banquillo de los Tribunales de Morón estaba Miguel Ángel “Mameluco” Villalba (60), juzgado por el crimen de Candela Sol Rodríguez (11) en 2011. “Todos los días me pregunto por qué estoy en esta causa”, aseguró. Vestido con una remera verde Lacoste, zapatillas Nike y campera, el capo narco de San Martín dijo vivir “un calvario” y agradeció que le hayan permitido ir a declarar.
“Hace 13 años que tengo esta mochila y duele. Estoy en contra del secuestro porque me secuestraron dos veces”, afirmó al insistir en su rechazo a este tipo de delito, que dijo odiar y agregó que en el penal de Ezeiza está aislado. “Vivo con extrema seguridad, no puedo ni ir al baño solo”, comentó Villalba.
El imputado llegó a la sala en medio de un operativo de seguridad diseñado especialmente para él. Su condición de preso “de alto riesgo” obligó al Tribunal a cambiar su idea original de que el capo narco fuera en persona a todas las audiencias.
Aunque en las dos primeras instancias de debate -el 6 y el 7 de marzo“Mameluco” fue trasladado del Complejo Penitenciario I de Ezeiza a los Tribunales de Morón, los jueces del Tribunal Oral Criminal N° 6 aceptaron los argumentos de las autoridades de Seguridad y ordenaron que Villalba asistiera al juicio de manera remota. Lo trasladaron porque ya estaba fijada su declaración indagatoria y la importancia de ese acto ameritaba su presencia física en la sala.
La de ayer fue la segunda declaración de “Mameluco” en el caso Candela y la primera como imputado. El narco fue citado como testigo en el primer juicio oral, que en 2017 terminó con tres condenas. Por entonces, además de declarar que nada había tenido que ver con lo ocurrido, sostuvo que el secuestro de la nena había sido “un vuelto por plata del narcotráfico”.
En esa ocasión advirtió, apuntando a Carola Labrador y “Juancho” Rodríguez, papás de la nena: “los secuestros se hacen por plata. No se hacen sin saber que el otro tiene para pagar. Cuando a uno le empieza a ir bien sabe que se tiene que cuidar hasta de los amigos”.
Pasaron casi siete años de esa declaración testimonial. Villalba pasó de testigo a acusado. En este juicio, Carola Labrador renunció a su rol de particular damnificada, tras una semana de audiencias. “Mameluco” lamentó la ausencia de la mamá de Candela en la audiencia. “Me hubiese gustado que esté acá. Yo también llevo esta mochila. Entiendan mi dolor”, señaló. Tras su declaración, Villalba se mostró de excelente humor y fue trasladado por el Grupo Especial de Intervención del Servicio Penitenciario Federal. “Mucha suerte” deseó al resto de los acusados en este juicio.
De los cuatro acusados en el juicio “Candela 2”, el carpintero Néstor Altamirano (62) aparece totalmente descolgado del perfil del resto. Se lo acusa de haber sido quien alimentó a la víctima durante su supuesto cautiverio en la “casa rosa”, en Kiernan 992.
El personaje principal del juicio es “Mameluco” Villalba, uno de los narcos más pesados de San Martín, que quiso ser intendente del partido. Se lo acusa de mandar a secuestrar a Candela, como una venganza narco contra Alfredo “Juancho” Rodríguez, el papá de la nena.
Al momento del secuestro, Rodríguez estaba preso acusado de piratería del asfalto. Cuando los investigadores le preguntaron quién querría perjudicarlos nombró a varios narcos de la zona (no a “Mameluco”) y a Héctor “El Topo” Moreira (53), confeso buchón de la Bonaerense. Según “Juancho”, un compañero de la cárcel le había comentado que “El Topo” decía que él sobrevolaba las villas de San Martín con un helicóptero de la Policía Federal marcando gente.
Moreira es el segundo acusado en importancia en el juicio. Según el fiscal Mario Ferrario, “El Topo” convenció a “Mameluco” de que “Juancho” Rodríguez lo había entregado a la Policía Federal para encubrir que, en realidad, había sido él el traidor. A Moreira también se lo señala como quien secuestró a la nena el 22 de agosto de 2011 en la camioneta de su sobrina con el esposo de ésta, el policía bonaerense Sergio Chazarreta (55). Nueve días después, los asesinos tiraron su cuerpo, oculto en una bolsa, en la colectora de la Autopista Oeste. ■