Biden arremete contra Netanyahu, condiciona su ayuda al cuidado de los civiles y exige un alto el fuego
En un diálogo áspero, el líder de EE.UU. consideró esencial el cese de hostilidades. Exigió pasos concretos y verificables de protección a la población no beligerante en el drama de Gaza.
Joe Biden y Benjamín Netanyahu hablaron este jueves por primera vez desde el ataque mortal de Israel contra un convoy de trabajadores humanitarios en Gaza y el jefe de la Casa Blanca le impuso condiciones para continuar apoyándolo en la guerra en Gaza contra el grupo terrorista Hamas: si Israel no toma medidas concretas para proteger civiles y voluntarios en el terreno, EE.UU. puede cambiar su histórica posición de aval irrestricto a su aliado estratégico.
Biden condenó con firmeza el ataque del martes con misiles contras un convoy de voluntarios de World Central Kitchen, una organización fundada por el chef español-estadounidense José Andrés. Afirmó que estaba “indignado” por el hecho, que terminó con siete muertos de distintos países y que ha suscitado un repudio mundial.
Israel reconoció su responsabilidad en los ataques, pero dijo que la muerte de los trabajadores “no fue intencional”, la atribuyó a “cosas que pasan en las guerras” y puso en marcha una investigación de las circunstancias que rodearon los asesinatos.
En un intento por aliviar la tensón, Israel anunció luego la apertura del paso de Erez, entre ese país y la Franja para permitir el ingreso de ayuda alimentaria. Estaba cerrado desde el inicio de la guerra.
En un comunicado tras la llamada telefónica de 30 minutos entre los lideres, la Casa Blanca dijo que “Biden enfatizó que los ataques contra los trabajadores humanitarios y la situación humanitaria en general son inaceptables. Dejó en claro la necesidad de que Israel anuncie e implemente una serie de medidas específicas, concretas y medibles para abordar los daños a los civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores humanitarios”.
Y en un giro inédito al habitual apoyo irrestricto a Israel, Biden impuso condiciones a Netanyahu: “El presidente dejó claro que la política de Estados Unidos con respecto a Gaza estará determinada por nuestra evaluación de la acción inmediata de Israel en estos pasos”, dijo la Casa Blanca.
Además, Biden le dijo que “un alto el fuego inmediato es esencial para estabilizar y mejorar la situación humanitaria y proteger a los civiles inocentes, e instó al primer ministro a que facultara a sus negociadores para concluir un acuerdo sin demora para traer a los rehenes a casa”.
En una conferencia de prensa, el canciller Antony Blinken no aclaró cuáles serían las medidas concretas que debería tomar Netanyahu. Dijo que el líder israelí debería darlas a conocer en las “próximas horas o días” y que EE.UU. evaluará si son suficientes.
Los dos líderes además también discutieron las amenazas públicas de iraníes contra Israel.
Biden está “enojado” y “cada vez más frustrado” y se lo hizo saber a Netanyahu en su conversación, según describió un alto funcionario de la Administración norteamericana. Si bien ya había manifestado varias veces su frustración con el líder israelí, no parecía hasta ahora que la relación incondicional entre Israel y Estados Unidos se viera amenazada.
De hecho, The Washington Post había revelado que Biden daría luz verde a una venta de aviones de combate de Estados Unidos a Israel por 18.000 millones de dólares, y su gobierno autorizó recientemente la transferencia de más de 1.000 bombas de 500 libras y otras mil de menor diámetro al país de Oriente Medio. Las operaciones podrían quedar paralizadas si Netanyahu no da los pasos adecuados.
“La actitud de Biden señala un cambio en la política estadounidense hacia Israel”, dijo a Clarín Steven David, profesor de Relaciones Internacionales de la Johns Hopkins University. “En lugar de darle carta blanca para actuar como desea, está tomando medidas para limitar las acciones militares israelíes”.
“Para mí representa una falta de fe por parte de la Casa Blanca en el juicio de Netanyahu”, agregó. “También refleja una creciente insatisfacción con las acciones israelíes en Gaza dentro de Estados Unidos, que podrían perjudicar las posibilidades de reelección de Biden en noviembre”.
El apoyo irrestricto a Israel comienza a afectar a Biden, en medio de su campaña para las elecciones presidenciales: un 60,7% de los estadounidenses desaprueba su gestión del conflicto entre Israel y los palestinos, mientras que solo un 32,3% lo avala, según un promedio de encuestas de RealClearPolitics.
La mayoría del descontento proviene de sectores jóvenes y universitarios, que usualmente votan demócrata, lo que es un problema para Biden.
De hecho, algunos ex funcionarios demócratas criticaron las declaraciones iniciales del presidente ante el ataque de los voluntarios. “Hasta que no haya consecuencias sustantivas, esta ‘indignación’ no sirve para nada”, dijo Ben Rhodes, ex asesor de política exterior del presidente Barack Obama.
A Netanyahu, “obviamente no le importa lo que diga EE.UU., sino lo que haga Estados Unidos”, dijo.
Max Abrahms, profesor de Northeastern University y experto en la relación entre Estados Unidos e Israel, dijo a Clarín que “Biden está en un aprieto. Por un lado, su corazón está con Israel, siempre ha sido un firme partidario de Israel”. “Pero por otro se enfrenta a una tremenda presión de su partido político para endurecer las relaciones con Israel o al menos condicionar el apoyo de Estados Unidos a que Israel acepte un Estado palestino y abandone la misión de Rafah”, sostuvo.
El experto lanza un vaticinio: “Israel continuará con la misión de Rafah porque es esencial para contrarrestar a Hamas. Esto supondrá aún más tensión política para Biden. Sus críticos de izquierda ya lo llaman “Genocide Joe”. Y agrega: “Será interesante ver cuántos votantes judíos estadounidenses, un segmento que en los Estados Unidos es históricamente liberal, se pasarán al Partido Republicano”.