Clarín

Motosierra a contramano

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

La violencia de género se convirtió en tema de agenda hace años: acosos, abusos y femicidios se volvieron flagelos a combatir. Siempre pareció haber consenso en ese sentido. Y entonces se planteó abordar las causas, enquistada­s en desigualda­des históricas. Se empezó a hablar de cupo, paridad, tareas de cuidado, brecha salarial, techo de cristal, diversidad, lenguaje inclusivo... Argentina se puso a la vanguardia en la temática, hasta que llegó una ola dispuesta a hundir cualquier progreso.

Esta avanzada se ensañó con el feminismo y toda voz que reclame igualdad. “Género”, “Derechos Humanos” y “Justicia social” pasaron a ser “curros” y “aberracion­es”.

La campaña de desprestig­io se sostiene por ataques de violencia inusitada, orquestado­s desde las fuerzas del cielo y el más allá digital. Mientras tanto, en la Tierra, todo es motosierra. El aparato arremete contra cualquier atisbo de modernidad en un plan deliberado. ¿El objetivo? Que en un contexto de hambre, pobreza, desempleo y epidemia descontrol­ada parezca frívolo hablar, por ejemplo, de inclusión o diversidad. ¿Estábamos hilando muy fino? En absoluto. Estábamos moviendo viejas estructura­s. Ahora, paradójica­mente, quienes se oponen a terminar con el statu quo de la desigualda­d y la violencia de género lo hacen en nombre de la libertad y el futuro. Los adalides del libertaris­mo son antigénero, antiderech­os, antiestado, antimedioa­mbiente. Atrasan.

¿Por qué los países más desarrolla­dos del mundo buscan ser sustentabl­es y sostenible­s? Las empresas más prestigios­as se están centrando en el bienestar de las personas que emplean, las comunidade­s en las que impactan, el medio ambiente. Grupos diversos, miradas amplias, comportami­entos flexibles y entornos cuidados parecen ser las claves.

Como las áreas de género y ética, o los sueldos y las licencias igualitari­as. Pero, ¿cómo vamos a estar pensando en esas pavadas si acá hay chicos con hambre? El planteo es una de tantas trampas libertaria­s. Y si el capitalism­o sostenible es difícil, el anarcocapi­talismo sostenible -que propone la liberación total del mercado y sin Estado- es imposible. Por eso lo están destruyend­o. Género, diversidad, medio ambiente, sustentabi­lidad. La mayoría de las empresas más importante­s del mundo están preocupada­s por estas temáticas, que incorporan incluso con argumentos de mayor rentabilid­ad económica. No es frivolidad, es bienestar para todos, es el futuro.w

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina