Llegan fuertes subas en la luz: una guía para entender los números de las facturas
Un mismo hogar puede pasar en pocos meses a pagar cinco veces más por cambios no solo en el consumo sino en los cargos fijos y en las categorías agrupadas.
Los aumentos de tarifas de la energía eléctrica (luz) ya se sienten en los hogares, comercios, industrias, edificios, clubes y otras múltiples instalaciones en todo el país. Las boletas de la luz se multiplicaron varias veces en los últimos meses.
A nivel nacional, el Gobierno concretó un incremento en el precio de la energía mayorista, que determinó la quita de subsidios para todos los hogares de ingresos o patrimonios altos y aquellos que no pidieron o renunciaron a la ayuda del Estado (usuarios Nivel 1 -N1- de la segmentación) y todo el resto de usuarios no domiciliarios.
Y en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), así como en las provincias y municipios, hubo una suba en los márgenes de las distribuidoras.
Clarín preparó una guía para entender las facturas de la luz tras los aumentos. Un breve resumen de lo que hay que mirar: el consumo energético, las categorías tarifarias y los cuatro precios distintos que ya hubo en lo que va del año en las zonas de concesión de Edenor y Edesur.
•Consumo: al igual que siempre, el elemento central de una boleta es el consumo de energía. En el caso de la electricidad, se mide en kilovatios-hora (kWh), que modifica el cargo variable. Durante el verano, los consumos suelen ser más altos que en el resto del año.
•Nuevas categorías tarifarias: el Gobierno primero achicó y luego agrandó las categorías según niveles de consumo sobre las que se definen los cargos fijos y los variables. A mayor categoría, más se paga.
A partir del 16 de febrero, las 9 categorías que existían (R1 a R9) se redujeron a 4. Al ver el fuerte impacto que habría en miles de hogares, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) dio marcha atrás y moderó esos cambios, para distribuirlos en 6 categorías (R1 a R6) desde el 1 de abril.
•Precios distintos para el mismo servicio: la combinación de aumentos de tarifas, quita de subsidios, avance y marcha atrás en una nueva categorización de usuarios según sus consumos provocó que en el AMBA hubieran 4 precios distintos en lo que va del año a igual nivel de demanda eléctrica.
Desde el 1 de enero al 31 de enero, rigieron las tarifas antiguas, que heredó el Gobierno.
Por 15 días, del 1 al 15 de febrero, se aplicaron únicamente los nuevos precios mayoristas de la energía (vigentes de febrero a abril, inclusive) con la eliminación de subsidios para algunos usuarios y leves subas para los hogares de ingresos medios y los vulnerables.
Entre el 16 de febrero y el 31 de marzo, los precios mayoristas y los nuevos valores de distribución y transporte para cuatro categorías de hogares según consumos.
Yendo a las boletas de luz hay cuatro ítems a tener en cuenta:
1- Consumo energético y período facturado (las empresas hacen la lectura de los medidores cada dos meses).
2- Facturación mensual, con cargos fijos y variables.
3- Categoría de consumo, de R1 a R9 (hasta mediados de febrero); hasta R4 (45 días entre febrero y marzo), o hasta R6 a partir de abril.
4- El cargo fijo tuvo subas mayores que el cargo variable, para lograr una tarifa plana a lo largo del año. El efecto para el usuario es que en verano no haya un salto tan notable en las facturas, partiendo de bases más altas; mientras que para las empresas, les recompensan los costos, que son estables en todo el año.
Va un ejemplo. Un hogar de Nivel 1 (ingresos altos) de Recoleta pagó $ 16.250 en febrero, correspondiente a la segunda cuota mensual del período de consumo facturado entre el 30 de octubre y el 28 de diciembre de 2023 -un bimestre-, con una demanda total de 860 kilovatios-hora (kWh) y una categoría ex R4 (ver primera factura arriba).
En marzo, ese mismo hogar trepó a $ 32.800, porque pasó a abonar la primera cuota mensual del período bimestral de consumo entre el 28 de diciembre de 2023 y el 28 de febrero de 2024, con un salto de su consumo a 1381 kWh y un pase de categoría a “ex R7”. Por eso le aumentó el cargo fijo y levemente el cargo variable (ver factura en el medio).
Por último, en abril, a ese usuario le llegó una factura de $ 80.500, que es la segunda cuota mensual del período facturado pero tiene múltiples precios tarifarios distintos: los de enero, los de una porción de febrero y los de la última mitad de ese mes. A la misma cantidad de consumo, el cargo fijo se le incrementó un 419% y el variable, un 180%. Pero la suba final en su boleta fue de 395% (se le multiplicó por 5 en dos meses) por el cambio de categoría, al consumir más energía (última factura al costado).
Estas variaciones están sucediendo a lo largo y ancho del país, y más en especial en el AMBA, que tenía las tarifas muy retrasadas.
Hay un adicional: unos 10.000 usuarios sobre un total de 5 millones estuvieron recibiendo en los últimos meses facturas que llegan en $ 0 (”gratis”) por devoluciones sobre consumos anteriores.
En esas boletas aparecen lecturas que indican que es una multa correspondiente a las resoluciones 850 a 853 del 2023 del ENRE, que sancionó a las empresas por errores en la facturación o problemas que hubo con el servicio en 2022. Una vez completadas esas devoluciones, los usuarios pagarán sus consumos reales con tarifas plenas. Desde que Edenor y Edesur empiecen a facturar el período que comenzó en marzo, será mucho más notorio el incremento de las tarifas y la quita de la ayuda estatal, como ya contó Clarín.w
En lo que va del año hubo cuatro precios distintos para la luz