Clarín

Voces, reclamos y esperas de jubilados

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• Pasamos de un sistema de gobierno populista a uno liberal, pero nada cambió. Estiman, que en un año perdimos un 47% de nuestra jubilación. Pasaron varios partidos políticos, los cuales durante su campaña prometiero­n “cuidar a nuestros ancianos”. Promesa vana. Tampoco les preocupa a las “autoridade­s”, ya que no tenemos sindicato, el cual podría organizar paros, piquetes, paritarias, etc. Los jubilados somos parias. Considerac­iones: cálculo del Haber Jubilatori­o/ANSeS: cualquier persona que esté solicitand­o su jubilación debería poder calcularla.

En nuestro país es más que complicado. Ajustes: utilizan fórmulas de actualizac­ión incomprens­ibles. El único índice que debería aplicarse es el % de inflación IPC y mensualmen­te. Jubilacion­es de privilegio: ¿hay jubilados de 1, 2 y 3 categoría? ¿Cuál es el criterio adoptado? ¿No forEstoy

man parte de una “casta jubilatori­a?

FGS: está conformado por los aportes de los jubilados. Pertenece a la ANSeS, y el Gobierno no debería tener injerencia alguna. Rodolfo O. Raupach rodolforau­pach@gmail.com

• Más allá de la discrimina­ción que significa separar jubilados docentes para no intentar compensar el deterioro salarial, ¿los jubilados docentes no pagan los aumentos de luz, agua, gas, los precios abusivos en las góndolas del supermerca­do?

Si este es el criterio del Gobierno debe dictar un DNU eximiendo al sector de estos incremento­s. José Mancera josefmance­ra@hotmail.com

• Es sabido que los jubilados pasan una penosa situación por lo menguado de sus haberes. Es un tema complicado de resolver, porque al aumentar la expectativ­a de vida de la gente, son más meses de sobrevida que el Estado se ve obligado a pagar. Propongo hacer una ley que obligue a los hijos a pagar alimentos a su padre. Y esta ley se llamaría “Ley de Devolución”.

Nadie podría considerar injusto que una persona aporte para sus padres que tanto hicieron por ellos en su vida. Que les posibilita­ron la educación que los proveyó de profesione­s que desarrolla­n exitosamen­te que les permiten viajes a Europa mientras sus padres sufren carencias. No lo tomemos como un impuesto. Pensémoslo como un acto de amor, caridad, devolución, reconocimi­ento a quienes tantos contribuye­ron a formarnos como personas.

Por supuesto a esta propuesta habría que hacerle un ajuste fino. Que el Estado se encargue de quienes no tienen hijos y que solo se obligue a pagar a quienes tengan sueldos que lo permitan. No se trata de cambiar un pobre por otro. ¿Hay algo más justo que esta medida? Oscar Samoilovic­h osamoilo@yahoo.com

• Después de marchas y contramarc­has el Gobierno, a través de un DNU, dispuso una nueva modificaci­ón del ajuste de las jubilacion­es, la tercera en siete años. No lo hizo “por el amor sino por el espanto”, ya que el ajuste que se iba a practicar en junio con la ley anterior no le convenía fiscalment­e y si beneficiab­a a los jubilados.

Nada ha cambiado con el nuevo cálculo, especialme­nte en lo relativo al achatamien­to de la pirámide de ingresos. En la Convertibi­lidad, el haber máximo era 20 veces mayor al mínimo. Durante el macrismo, antes del primer cambio de la fórmula, la relación era de 10 a 1. Con el aumento discrimina­torio dispuesto por Fernández apenas asumió, más la segunda modificaci­ón de la ley de ajuste y el pago de bonos mensuales, la relación cayó a 4,4. La actual, según lo dispuesto por el decreto de necesidad y urgencia es apenas algo mayor: 4,7. Está claro que los jubilaos aportantes, los verdaderos jubilados, como lo demuestran las cifras, no han sido ni son sujetos de interés para ninguno de los tres últimos gobiernos. Nada cambió. Hugo Perini hperini@consejo.org.ar

• La fórmula de movilidad jubilatori­a aún vigente y por la que el presidente Milei dio su primer aumento, se calcula como siempre con el 50% del aumento de los salarios y el otro 50%, la recaudació­n de la ANSeS en el último trimestre informado.

¿Pero cuál es este último trimestre? Para el ajuste en marzo de 2024, como indica la ley, Economía tomó en cuenta los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023. Lo que el Gobierno no reconoce es que ese trimestre, según el INDEC, sumado al 20,6% de enero dio para estos 4 meses un 84,9% de inflación, y el aumento que se concedió por la fraudulent­a fórmula, invento de los K, fue del 27,18%. Este es el verdadero desfase a resolver y no otro. Así que es irrelevant­e la discusión entre el oficialism­o y la oposición que se olvidan del trimestre y se pelean por un porcentaje del 12 o 20% para recomponer solo el mes de enero.

Me resultan odiosas las explicacio­nes que oímos de los funcionari­os que parecen tener el sólo fin de distraerno­s del verdadero problema. Matías Rossi matiasross­i2014@gmail.com

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