La actividad física les genera más beneficios a las mujeres
Una investigación determinó el impacto del ejercicio en la reducción de la mortalidad por sexo y hay notables diferencias con los varones.
“No creo que sea sólo la fuerza de voluntad la que nos lleva a hacer algo. El mundo no es tan sencillo. A decir verdad, no creo que haya tanta relación entre correr a diario y tener una gran voluntad... He podido correr durante más de 20 años por un simple motivo: porque me va bien”, dice Haruki Murakami en un pasaje de “De qué hablo cuando hablo de correr”.
Pero la realidad es que no todo el mundo tiene la suerte de que le guste hacer ejercicio. Según la 4° Encuesta Nacional de factores de Riesgo realizada en Argentina, casi la mitad de la población no realiza el mínimo necesario de actividad física sugerido para obtener beneficios para la salud. Las “culpas” se reparten de la siguiente manera: 46,6% para las mujeres y 41,5% para los varones.
La prevalencia del sedentarismo aumenta en mayores de 65 años: más de la mitad de las personas por encima de esa edad no realiza suficiente actividad física. Muchos aducen la “falta de tiempo”, obstáculo que, según explican los expertos en el tema, a veces es real y otras funciona como excusa para justificar la falta de voluntad.
Ayer fue el Día Mundial de la Actividad Física, en vísperas del Día Mundial de la Salud, que se celebra hoy. Especialistas de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) aprovecharon la oportunidad para subrayar que hacer ejercicio regularmente reduce el riesgo de muerte por todas las causas y por enfermedades del corazón en ambos sexos. Pero hay uno de los dos sexos al que le hace mejor.
Un estudio observacional sobre 412.413 estadounidenses de entre 18 y 85 años, publicado recientemente en la revista del Colegio Americano de Cardiología, evaluó de qué manera la actividad física da beneficios y cómo el impacto no es el mismo según el sexo.
El estudio partió de una base de inactividad y comprobó que en los varones hubo una reducción de la mortalidad del 19% entre aquellos que realizaban 300 minutos (cinco horas) de ejercicio aeróbico moderado o vigoroso por semana. A las mujeres, en cambio, para llegar al mismo logro les alcanzó con 140 minutos de ejercicio, mientras que para las que realizaron 300 la reducción llegó al 24%. De manera que, entre las conclusiones de la investigación, se evidenciaron mayores beneficios para las mujeres.
Hubo algo más: este mayor beneficio en la mujer fue independiente de la duración, intensidad, frecuencia y tipo de ejercicio. Los autores postulan que el beneficio está relacionado con que la mujer tiene mayor densidad de capilares sanguíneos por unidad de músculo esquelético, lo que favorece su mejor irrigación. De la misma manera, posee diferencias hormonales, metabólicas y dinámicas de la fibra muscular propias del género.
Gonzalo Díaz Babio, cardiólogo y director del Consejo de Cardiología del Ejercicio de la SAC, dijo que “estos hallazgos podrían mejorar los esfuerzos para cerrar la ‘brecha de género’ al motivar especialmente a las mujeres a realizar actividad física regular en su tiempo libre”.
Se podría pensar que las mujeres de por sí tienen una mayor protección hormonal contra las afecciones cardíacas, independientemente de si realizan actividad física. “Hay un poco de las dos cosas”, explicó el experto a Clarín. Hay que tener en cuenta que la investigación estadounidense incluyó también a mujeres postmenopáusicas, etapa en que ese escudo cae.
Bavio alertó que “el sedentarismo se ha instalado como una verdadera pandemia, alcanzando en muchos países a cerca de la mitad de la población y expresándose fundamentalmente en los dos extremos de la vida: en los más pequeños y en los adultos mayores”.
Los comportamientos sedentarios se asocian a mayor mortalidad cardiovascular y global. Estudios han demostrado que la incidencia de eventos cardiovasculares (infarto fatal y no fatal) aumenta 1,06% cada hora que se incrementa el tiempo de ver TV. Con respecto a mortalidad global, los que informaron ver televisión más de tres horas por día presentaban el doble de riesgo de muerte que aquellos que lo hacían menos de una hora.
Una investigación publicada recientemente en la Revista Europea de Cardiología Preventiva, demostró que aquellos adultos jóvenes (40 años promedio) que realizaron actividad física al menos el 75% del tiempo recomendado, disminuyeron un 40% la aparición de eventos cardiovasculares a largo plazo.
Díaz Babio consignó que “menos de un tercio de la gente realiza al menos dos veces por semana algún entrenamiento de fuerza muscular. La recomendación es hacer estos ejercicios al menos entre 30 y 60 minutos por semana, lo que reduce un 15% la mortalidad por todas las causas, incluso por cáncer”.
Los adultos mayores de 65 años son el rango etario que menos entrena la fuerza muscular: sólo 1 de cada 5 realiza ejercicios de fuerza, mientras que hacerlos mejora la masa y función muscular, lo que contribuye además a reducir la tasa de caídas, que son la causa principal de discapacidad en ese grupo.
Entre los adultos jóvenes los beneficios también son claros. Mario Fitz Maurice, vocero de la SAC, contó que “se han presentado datos contundentes sobre los beneficios de la realización periódica de ejercicio de fuerza en adultos jóvenes: 150 minutos por semana reducen un 60% el riesgo de desarrollar cáncer de colon, un 33% el de Alzheimer, un 50% el accidente cerebrovascular y un 45% el de diabetes”. ▪
La mitad del país no hace el mínimo necesario de ejercicios.