La odisea para salvar a las ballenas Sei, el gran “secreto” del Sur
Científicos del Conicet y de universidades patagónicas navegan por el Golfo San Jorge, Chubut, para investigar a esta especie en riesgo y poco difundida. Apuntan a crear un Área Protegida.
La ballena Sei es una especie críticamente amenazada y que no tiene la promoción de otras variantes, como la conocida Franca Austral. Habita las costas del Golfo San Jorge, en la provincia de Chubut, y los viajeros pacientes, aquellos que consiguen adentrarse en el corazón de la naturaleza, pueden ver cosas asombrosas: hay registros recientes de verdaderas manadas, unos 70 mamíferos avanzando uno junto al otro en medio del océano.
Desde anteayer una expedición de National Geographic navega con el fin de obtener información sobre la especie y los peligros que enfrenta, como por ejemplo, la pesca industrial. Junto a los directivos del proyecto de Pristine Seas, National Geographic, un equipo de expertos buscará colocar y registrar 7 radiotransmisores de GPS en las ballenas Sei para poder filmarlas por primera vez, de manera excepcional, desde al aire, tierra, lancha y bajo el agua.
El objetivo de la expedición es poder contar con información de los transmisores que permitan dar conocimiento sobre cuáles son los movimientos que realizan tanto dentro del golfo como fuera y cuáles, sus hábitos de alimentación,
reproducción y conducta.
Una ballena puede desplazarse a lugares remotos. Los antecedentes que existen de algunas especies hablan de largos viajes migratorios,
de la Antártida a Península Valdés, o desde allí a las costas de Brasil. Pero aun así, es muy poco lo que se sabe sobre este tipo de ballena.
Hace unos pocos años se descubrió que más de 2.700 animales entran al Golfo de San Jorge para alimentarse. Se enfrentan a las inmensas redes de la industria pesquera, dominante en la zona.
Mariano Coscarella encabeza el equipo conformado por Marina Riera, Santiago Fernández, tres estudiantes y seis colaboradores. Todos los científicos son locales y pertenecen a la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y al
Conicet y estarán a cargo de la expedición y la misión específica de colocar los rastreadores satelitales. Del proyecto participará la productora argentina Jumara Films. Su grupo de documentalistas buscará tomar registro de todos los sucesos y exponer las raones de su situación crítica de conservación.
El documental será llevado adelante específicamente por Juan Raggio. “Particularmente, en la Argentina, el avistaje de ballenas está casi siempre asociado en nuestra mente a la presencia de la ballena franca austral (Eubalaena australis) en Puerto Pirámides, Península Valdés (Chubut). Pero desde hace unos años, entre diciembre y julio se observa un acontecimiento único y extraordinario en el Golfo San Jorge, algo que no se conocía y que despertó el interés de científicos, turistas, políticos y pobladores locales: el regreso de la ballena Sei”, destaca Raggio, director de Jumara Films. Se sumará también parte del equipo de Bottazzi Whale
Watch, quienes hacen avistamiento de ballenas Francas en Puerto Pirámides.
La ballena Sei (Balaenoptera borealis) es el tercer animal más grande, después de la ballena azul (Balaenoptera musculus) y la ballena fin (Balaenoptera physalus). Todas estas ballenas pertenecen al grupo de los rorcuales y presentan una aleta dorsal y pliegues en la garganta. Pueden medir entre 12 y 18 metros de largo y pesar más de 20 toneladas. Al nacer miden entre 4 y 4,5 metros y pesan aproximadamente 700 kilos. Son grises, con el vientre blanco y su cuerpo es alargado. Su aleta dorsal es alta y en forma de hoz; rara vez muestra la cola, su soplo es relativamente bajo y nadan a gran velocidad. Se alimentan de pequeños crustáceos y de peces. Forman grupos de entre 1-10 individuos y en zonas de alimentación puede formar agregaciones de hasta 60 individuos.
Aún hoy, la información a nivel mundial y regional sobre la ballena Sei es escasa, y en la plataforma continental argentina los registros se han incrementado. Los registros anteriores solo la presentaban como ocasional y, durante los relevamientos para las estimaciones de abundancia de cetáceos realizados en la década de 1990, no fueron registrados en el área ejemplares de esta especie.
Debido a este aumento en la frecuencia de avistajes, en 2019 comenzaron a ser investigadas en el marco de un proyecto de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, con la participación de investigadores y becarios del Laboratorio de Mamíferos Marianos del Cesimar-Conicet, docentes-investigadores y alumnos del Departamento de Biología y Ambiente de la FCNyCS y con los agentes de conservación del Área Natural Protegida Punta Marqués.
La ballena Sei representa el 90% de los avistajes registrados en la zona y hoy se sabe que se encuentra en el área principalmente para alimentarse, ya que frecuentemente se la observa comiendo bogavantes y copépodos.
Lo increíble es que en este lugar no solo se destaca la presencia de la Ballena Sei, sino que se ven en gran abundancia otras especies como: ballena Fin (Balaenoptera physalus), ballena Minke, ballena Azul, Franca Austral, Jorobada, Tonina Overa, delfín Austral, delfín Oscuro, delfín de Riso, delfín Nariz de Botella y Cachalote.
La presencia de la ballena Sei se produce a contratemporada de ballena Franca Austral, que ocurre entre junio y diciembre. Por lo tanto, podría generarse una prestación continua de servicios en el año, en una zona de no más de 450 km de distancia entre uno y otro punto.
Teniendo en cuenta todos estos elementos presenta una zona de protección muy acotada para la distribución de la especie en la zona, no hay duda de que el desafío inmediato es la creación de un Área Marina Protegida, en donde deberían confluir científicos locales, ONG’s, entes de turismo y políticos; parques nacionales y provinciales; prestadores de servicios turísticos y la comunidad regional. ▪
Es la tercera más grande y se empezó a ver en la zona en 2019.