Milei busca ampliar la sociedad de la Argentina con la OTAN
Quiere que el país se convierta en “socio global” de la Alianza del Atlántico Norte. El ministro Petri lo va a plantear en su próximo viaje a Dinamarca.
El Gobierno avanza a toda velocidad hacia nuevas formas de relación con Estados Unidos y otras potencias occidentales. Lo dejó también expuesto el presidente Javier Milei cuando viajó sorpresivamente el viernes en la madrugada a reunirse con la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, en Ushuaia. El Presidente habló de que Argentina entraba en una “nueva doctrina de política exterior” y uno de esos síntomas se traduce en la propuesta que se amasa en el oficialismo para que el país pase a ser “socio global” de la Alianza Atlántica del Norte, la OTAN.
Este deseo será puesto sobre la mesa en el viaje que hará a Dinamarca el fin de semana próximo el ministro de Defensa, Luis Petri. El lunes 15 de abril firmará el contrato final con sus pares allí para la compra de 24 aviones caza F/16 Falcon Fighting, que serán destinados a tareas defensivas y disuasivas de la Fuerza Aerea. Los cazas de guerra supersónico F16 están en poder los dinamarqueses pero fueron fabricados por Estados Unidos, país que ayudará en el financiamiento de los 700 millones de dólares para esta compra que incluye el armamento de las aeronaves.
Pero Petri y su equipo de internacionalistas en el Ministerio de Defensa también viajarán a Noruega -aquí en particular se renegociarán los pagos de unos aviones Orion P3 comprados para la Armaday a Bélgica. Pero la nueva relación más estrecha que se está cocinando con Estados Unidos también es central para estos planes.
Además de manifestar que la Argentina quiere ser “socio global” de la OTAN, el ministro expondrá sobre las necesidades que tiene el país de financiamiento, confió una fuente oficial a Clarín. Y también ofrecerá que si las fábricas militares locales se ponen a tiro de la industria militar podrían disponer de municiones que le lleguen incluso a Ucrania que libra una guerra de resistencia contra Rusia gracias al multimillonario envío de armas, equipos y entrenamiento que suministra la OTAN.
En la región sólo Colombia es socio global de la OTAN, creada en 1949 con 12 países que se comprometieron a defenderse mutuamente en caso de agresión armada contra cualquiera de ellos de un tercer
Estado y suman hoy 31 al incorporarse Suecia. La asociación global a la OTAN es una categoría distinta y de mucho mayor relación, compromisos y beneficios con el organismo que la que tiene la Argentina desde 1997 como “aliado extra OTAN”. Esa categoría, la misma que tiene Brasil, es de relativa “baja intensidad” y si bien ninguno de los sectores contrarios a ella, como el kirchnerismo, arriesgó a darla de baja, quienes estaban a favor la aprovecharon.
¿Incluye esta asociación una obligación a entrar en guerra o acción militar para la Argentina si se diera el cuadro de situación como la ayuda que la OTAN está suministrado a Ucrania contra Rusia? Sí y
no, reconocen fuentes oficiales. Sería una decisión soberana del país, pero el marco legal ya existiría.
Son “socios globales” Afganistán, Australia, Colombia, Irak, Japón, la República de Corea, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán. Las fuerzas armadas de Colombia por ejemplo cooperan en entrenamiento con los miembros de la OTAN. Trabajan junto en seguridad cibernética, marítima y combate al terrorismo y otros actores del crimen organizado.
En su guerra de resistencia contra la invasión rusa, el gobierno de Volodimir Zelensky le pidió al de Milei a través de sus representantes y de funcionarios de la administración de Joe Biden en Buenos Aires que querían dos cosas además de apoyo político y diplomático: que Argentina le transfiriera dos helicópteros rusos que aquí se
usaban para la Campaña Antártida y que están en desuso, y que le enviaran municiones.
El planteo ya lo habían hecho Kiev y sus socios estadounidenses a los militares y diplomáticos argentinos durante el gobierno de Alberto Fernández y no prosperó. Milei invitó a Zelensky a su asunción, el pasado 10 de diciembre. Y las conversaciones siguieron. El presidente argentino quiere ir a Kiev en junio, pero todavía ese viaje no fue reconfirmado.
Kiev tiene un grave problema para seguir su guerra contra las fuerzas de Vladimir Putin. Le faltan hombres y mujeres para su ejército y se queda sin municiones más allá de la multimillonaria ayuda bélica que sigue recibiendo de la OTAN, con Estados Unidos y sus aliados europeos a la cabeza. La idea de que se envíen los helicópteros rusos
en desuso no fue bien recibida por los militares argentinos que temen hacer semejante gesto de antipatía a los rusos, aunque los lazos de cooperación militar con Moscú hoy están suspendidos.
Un año y medio atrás, la propia general Laura Richardson habló en el Atlántico Council y dijo que el Pentágono estaba en negociaciones con gobiernos latinoamericanos para la transferencia de armas a Ucrania. No dio más detalles y es probable que el tema se haya vuelto a hablar ahora con el Ministerio de Defensa de Milei, en conversaciones de las cuales sólo hicieron trascender que Estados Unidos y Argentina empiezan a comprometerse para alejar a China de sus intereses en el Atlántico Sur.
Pero la idea de fabricar municiones, especialmente cañones que se provean a un tercer país de la OTAN, como Dinamarca, y que estos terminen en Ucrania, sí es una idea que entusiasma. Porque detrás de esto en realidad hay un plan de reactivar todo el aparato militar no sólo para Ucrania.
También supo Clarín que comienza a circular un concepto entre hombres del Gobierno: el plan de que sólo la cooperación y la alianza estratégica con los aliados militares de Gran Bretaña puede acercar a las Islas Malvinas a la Argentina .