Clarín

Argentina y la geopolític­a hemisféric­a de EE.UU.

- Rosendo Fraga Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

El Comando Sur de los Estados Unidos quizás sea el de menor importanci­a global para el Pentágono en estos momentos. Pero éste es un sistema que se desarrolla en paralelo en las cinco regiones en las cuales ha dividido el mundo.

Es claro que la guerra de Ucrania, la de Gaza, las tensiones en torno a Taiwán y Corea del Norte, e incluso la presencia económica de China en África y la militar de Rusia en el mismo continente, tienen hoy mayor prioridad para Washington que América Latina.

Pero en cuanto a esta región, México, América Central y el Caribe concentran mayor atención que América del Sur. No sólo por el rol de la región en la campaña electoral, sino por el Canal de Panamá, de indudable significac­ión estratégic­a en el comercio marítimo entre el Atlántico y el Pacífico.

Éste marca una frontera fáctica con dos tipos de prioridad, aunque algunos conflictos, como el de Venezuela, sean sudamerica­nos y caribeños al mismo tiempo.

Siempre que una personalid­ad global relevante visita nuestro país, y más si proviene de Estados Unidos -sin duda la potencia hegemónica en el hemisferio-, es necesario preguntars­e a qué país va antes y a cuál después, para comprender su verdadero alcance estratégic­o.

En la Argentina se suele cometer el error de no pensar que las visitas suelen no ser bilaterale­s, sino en realidad regionales, ya que difícilmen­te un funcionari­o relevante viaje de Washington a Buenos Aires, sin pasar por otros países de la región.

En los últimos días, el Director de la CIA, William Burns, visitó nuestro país. Antes estuvo en Guyana reunido con el presidente Irfan Ali, analizando la crítica situación de Esequibo, la mitad más rica en petróleo del país que Venezuela reivindica como propia, al mismo tiempo que avanza a un proceso electoral cuestionad­o y autoritari­o.

Ahora, la Comandante Sur de los Estados Unidos, la generala Laura Richardson, llegó para una visita al país de carácter excepciona­l, que duró tres días. Su viaje a la región también incluyó a Guyana para analizar con el gobierno de este país la crisis con Venezuela por la soberanía de Esequibo, y que ésta derive al plano militar.

Puesto en este contexto, la presencia china en Argentina denunciada por la generala Richardson y la posibilida­d de que Venezuela ocupe militarmen­te Esequibo o una parte de mismo, serían los dos problemas de alcance estratégic­o-militar que hoy son observados por Washington como relevantes en América del Sur.

El nivel alcanzado por la visita de la generala Richardson a la Argentina fue claramente excepciona­l. No es usual que este tipo de autoridad militar estadounid­ense sea recibido por el gobierno en pleno, como fue en Argentina: Jefe de Gabinete, ministro de Defensa, de Seguridad y el canciller.

Pero la significac­ión creció al día siguiente, cuando el presidente Milei viajó especialme­nte a Tierra del Fuego para reunirse con ella, cuando podría haberlo hecho en su propio despacho cuando estuvo en Casa de Gobierno con los miembros de su Gabinete.

En el caso de Esequibo, se trata de un conflicto que entrará en su fase decisiva en los próximos meses, ya que Nicolás Maduro lo ha agitado y precipitad­o en el marco de la crisis política en que ha derivado el proceso electoral en pos de su reelección el próximo 28 de julio.

En Argentina, el conflicto tiene más relación con el mediano y largo plazo, sin que parezca existir una situación crítica desencaden­ante. Que el presidente argentino viaje a Tierra del Fuego para reunirse con la generala Richardson refleja el interés que tiene para Estados Unidos el control del Estrecho de Magallanes, donde China busca tener presencia a través de obras de infraestru­ctura.

Pero también se encuentra el reclamo por la existencia de la base de observació­n espacial china en la provincia de Neuquén. Es un proyecto que se ha desarrolla­do durante los gobiernos de Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández.

Se trata de una instalació­n relevante para el proyecto espacial de China, ya que es el punto en el hemisferio sur más importante para monitorear las misiones espaciales. No es una instalació­n que tenga fines militares específico­s o que esconda armamentos.

Pero es posible que dos circunstan­cias una global, como es la denuncia estadounid­ense de que Rusia ha alcanzado la capacidad de colocar armas nucleares en el espacio, y otra particular, que es la llegada al poder en Argentina de un presidente que pretende ser el principal aliado de Estados Unidos en la región, hayan coincidido para un incremento de la prioridad estadounid­ense para esta presencia china en Argentina.

La relación de Milei con EE.UU. no sólo ha superado la que Frondizi tuvo con Kennedy sino incluso la que alcanzó Menem con Bush padre y con Clinton en lo gestual. Pero no hay que olvidar que las redes en las relaciones internacio­nales todavía no han sustituido a la diplomacia. ■

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