Clarín

Sí, hablemos de trabajo infantil

- rbraginski@clarin.com Ricardo Braginski

Nadie sabe por qué lo dijo, aunque ya era conocida la posición en contra de la educación obligatori­a del grupo que rodea al Presidente. Milei mismo lo sostuvo durante la campaña electoral. “Puede pasar que no te podés dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller”, disparó el diputado de LLA Bertie Benegas Lynch, y desató las críticas de todos lados y hasta el rechazo de la ministra Sandra Pettovello y del vocero Manuel Adorni.

Muchos creen que, con este tipo de declaracio­nes, los personajes vinculados al Presidente buscan es escandaliz­ar y correr el eje del debate para que no se hable del impacto del brutal ajuste. Si este fuera el caso, aceptemos el reto y hablemos del gran flagelo del trabajo infantil hoy en el país.

El último informe sobre la Deuda Social de la Infancia de la UCA tiene un capítulo al respecto y muestra que la proporción de chicos y adolescent­es que trabajan viene creciendo fuerte después de la pandemia.

Asciende a 14,8% el porcentaje de chicos y adolescent­es que hacen trabajo doméstico intensivo (de modo habitual tareas como limpiar, lavar, planchar, cocinar, cuidar hermanos y las compras, entre otros) y/o trabajan en actividade­s económicas para ayudar a la familia (aquí entraría el taller de Bertie).

El diputado debería saber que el trabajo infantil es ilegal y viola muchos derechos de los chicos. Como el de su seguridad: fuera de la escuela son más vulnerable­s a la violencia hogareña y callejera. Esto se vio claramente con la cuarentena.

Pero el derecho más importante que se les vulnera es el de la educación. Diversas investigac­iones muestran que los chicos que trabajan tienen, en promedio, 2 años menos de escolarida­d. Y cuando son adultos, su salario es 20% menor.

Un chico que trabaja tiene menos tiempo para hacer las tareas y está más cansado en el aula. Todo esto suele traducirse en bajo rendimient­o y, al final, en deserción escolar.

Justamente, el abandono escolar, aquí llegamos a lo que propone Bertie como el mejor proyecto de vida para los chicos. Lo dice así: “¿Qué vas a hacer? ¿Le ponés la fuerza de los tanques al padre que tiene la mejor intención?” (de que su hijo no vaya a la escuela).

Las declaracio­nes de Bertie no tienen ninguna importanci­a y ni habría que considerar­las. A menos que sirvan para poner en agenda el trabajo infantil y qué tenemos que hacer para reducirlo al mínimo posible.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina