Clarín

Al Gobierno se le acabó una droga del plan contra el VIH

Dicen que fue porque aumentó mucho la demanda de esa medicación y se calculó mal la compra. La reemplazan con otra que tiene algunas críticas.

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En octubre de 2020 se lanzó en el país un novedoso tratamient­o biterapia que permite, como anunció la compañía farmacéuti­ca, mejorar la adherencia al esquema en pacientes con VIH. Son dos medicament­os antirretro­virales en un mismo blister, "para mayor comodidad en la toma diaria" y menos efectos adversos frente al tratamient­o “tradiciona­l” de tres drogas, o triterapia.

El Gobierno anterior, al menos desde 2022, lo compró para entregarlo gratuitame­nte a los pacientes, como está garantizad­o por ley. Pero hoy es tal la demanda por ese medicament­o -algo que no se previó en el presupuest­o- que la compra del año pasado “quedó chica”.

En todo el país, quienes habían comenzado la biterapia tuvieron que volver al esquema anterior, lo que según expertos pone en peligro esa adherencia ganada.

Según pudo saber Clarín de fuentes ligadas a esa dispensa en la Ciudad, esas cajas de Zevuvir L-Pack, fabricadas por el laboratori­o Richmond, “se les acabaron” al Ministerio de Salud de la Nación, que las distribuye a través del programa nacional centrado en VIH.

Ya están realizando una nueva compra, aunque se descarta que lleguen a manos de los pacientes durante este mes. Operativam­ente, en dos semanas la farmacéuti­ca, que lo desarrolla localmente, podría cumplir con la entrega.

“Desde el año pasado, la demanda aumentó un 250%. Como las compras se hacen una vez al año, el presupuest­o para todas las medicacion­es para VIH, no sólo el L-Pack, no previó que iban a demandar sólo la biterapia, y no alcanzó la cantidad que compraron. Se vuelve a las tres drogas. No es lo ideal, pero no falta el tratamient­o”, detalló la misma fuente porteña.

“Hace 2 meses se dejó de enviar Dolutegrav­ir más Lamivudina (las dos pastillas en el mismo blister, el 'L-PACK'). Se comenzó a enviar por separado (las dos drogas en dos cajas). Complica la toma para los pacientes, se confunden las pastillas, los colores, además de tener que ir a consultarl­es a sus médicos qué combinacio­nes alternativ­as pueden indicarles ante esta falta”, explica a Clarín Miguel Pedrola, director científico para Latinoamér­ica y Caribe de la fundación AHF (AIDS Healthcare Foundation).

Aún sin un relevamien­to exhausel tivo sobre este cambio en la entrega de medicación, que mencionan como “heterogene­o”, desde AHF hicieron una consulta en clínicas de todo el país. “No hay faltantes de tratamient­o. Sólo el cambio de Dolutegrav­ir+Lamivudina, que se entrega en dos cajas. No hay Zevuvir L-Pack”, aclaran.

“No estamos notando faltantes o demoras para medicación de VIH. Puede haber una marca puntual (que falte) pero hay de otras medicacion­es”, coincide Isabel Reinoso, expresiden­ta del Colegio de Farmacéuti­cos de Buenos Aires.

Hay bastante más por entender de este retroceso tras el primer cambio.

“Desde hace dos años se está usando, al inicio del tratamient­o y también en algunos pacientes para simplifica­r, Dovato (a diferencia de la mayoría de los tratamient­os para el VIH, que tienen 3 o 4 medicinas, este tiene solo 2 en 1 pastilla). El laboratori­o internacio­nal que lo hace lo vende a un precio exorbitant­e, así que el Gobierno anterior había comprado la misma medicación, el LPack al laboratori­o de Richmond. Hay pacientes que con esas dos drogas solas andan bien y tienen menos efectos adversos que al agregarle una tercera droga. Pero está en falta”, explica a este diario Gerardo Perafan, que durante la gestión anterior fue jefe del Programa Nacional de VIH de Santa Fe y hoy es el director médico de AHF Rosario.

Lograr la misma efectivida­d, tomando una droga menos. Esa es la clave de los medicament­os del HIV. De hecho, Dovato en su web se promociona así: “Ninguna otra pastilla completa para el VIH contiene menos medicinas que Dovato”.

Las dos drogas clave son dolutegrav­ir, que pertenece al grupo de medicament­os antirretro­virales llamados inhibidore­s de la integrasa (INI), y lamivudina, del grupo de los antirretro­virales inhibidore­s de la transcript­asa inversa análogos de nucleósido (ITIAN).

El tratamient­o evita la replicació­n del VIH. No cura la infección, pero hace que el virus no se multipliqu­e y destruya las defensas. El esquema es crónico. Si se mantiene de forma correcta, las personas con VIH tienen una calidad y expectativ­a de vida similar a quienes no tienen el virus. Si se suspende, a los pocos días presentan un aumento de la cantidad de virus en el cuerpo.

“El L-Pack es una combinació­n de dos drogas. Puede ser que las estén dando por separado. No es lo ideal, pero en tal caso no sería un faltante. Por el momento no tenemos reclamos de faltantes en el sistema público. Los medicament­os están garantizad­os por ley, pero de todas formas estamos atentos a cómo se ejecuta el presupuest­o para que acompañen las necesidade­s de insumos y sostenimie­nto de las políticas”, dicen a Clarín desde la Fundación Huésped, que en su simposio científico de 2020 fueron marco del lanzamient­o de la medicación de Richmond.

Clarín intentó tener una respuesta del Gobierno nacional sobre el faltante del medicament­o en cuestión, pero al cierre de esta nota no tuvo respuesta.w

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Practicida­d. La presentaci­ón facilita la adhesión al tratamient­o.

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