Clarín

Por qué Demichelis no enamora al hincha de River

- Martín Voogd mvogd@clarin.com

Puede sonar exagerado -e incluso injusto- criticar al River de Martín Demichelis. Su equipo, con tres títulos, fue el más ganador de la Argentina 2023. Es, para completar el escenario positivo, uno de los protagonis­tas en este inicio frenético de 2024 con pie y medio adentro de los cuartos de final de la Copa de la Liga y un debut triunfal en la Libertador­es luego de la primera victoria como visitante a nivel internacio­nal de su ciclo. De hecho, apenas perdió un partido oficial en el año. Sin embargo, se sabe, los resultados mandan pero las formas importan. Y en las formas asoman las imperfecci­ones y la desconfian­za. Así se, tal vez, se pueda explicar por qué el hincha del club de Núñez no termina de enamorarse del sucesor del ¿irremplaza­ble? Marcelo Gallardo.

Murmuraba el Monumental en la noche del domingo cuando River perdía con el equipo alternativ­o de Rosario Central. Con razón. El equipo lucía inconexo. Sin rumbo. Sin profundida­d. Y con un mediocampo que le dejaba a un dubitativo Nicolás Fonseca la responsabi­lidad absoluta de la contención. Tenía la pelota, dominaba con su habitual prepotenci­a, pero no sabía qué hacer con ella. El DT había cambiado el sistema: había mutado del 4-2-3-1 a un 4-3-3. Había armado un equipo que le calzaba perfectame­nte a la trampa que le había tendido Miguel Ángel Russo con su muletto. Que otra cosa podía hacer que defender y salir de contra.

Claramente, tal como le sucedió varias veces desde que se hizo cargo del equipo -en especial luego de la eliminació­n temprana en la Libertador­es 2023-, Demichelis equivocó el planteo inicial. Tuvo margen para enmendar el error. River cambió su cara radicalmen­te moviendo el banco de suplentes. Ya en el entretiemp­o corrigió con los ingresos de Marcelo Herrera por Sebastián Boselli y de Rodrigo Villagra por Fonseca. Ahí tuvo más salida por el lateral derecho y más circulació­n para abastecer a Claudio Echeverri y Santiago Simón. Y ni qué hablar cuando a los 20 minutos les dio pista a Nacho Fernández y Esequiel Barco. Ocuparon los lugares de Simón y Facundo Colidio, quienes lucieron extremadam­ente incómodos en sus roles asignados, y cambiaron la ecuación.

Así River acorraló a un Central desgastado y fue cuestión de tiempo para que la derrota se transforma­ra en victoria gracias a las dos aparicione­s de Miguel Borja, el goleador de la Copa de la Liga que dejó atrás casi un mes de sequía.

La pregunta es cuál es el verdadero Demichelis. ¿El entrenador que planifica deficiente­mente los partidos antes de que la pelota empiece a rodar o el que es capaz de acomodar las piezas para que el equipo responda a las expectativ­as que produce tener el mejor plantel del fútbol argentino? Claramente, el cordobés de Justiniano Posse es un entrenador en construcci­ón. Le falta, todavía, impregnarl­e una estilo y, sobre todas las cosas, un sistema de juego a River. Tal vez la abundancia de jugadores -entre los de renombre, las incorporac­iones y los chicos muy buenos que asoman- lo hace pensar en que puede tener una formación versátil capaz de mutar de acuerdo a las exigencias de cada partido. La gestión es clave. A veces tener mucho es un problema. Por algo Guardiola en Manchester City apela a una rotación de apenas 15 jugadores.

Los constantes cambios hacen mella en la confianza. Incluso en algunos que suelen ser titulares, pero que partido tras partido ocupan un rol diferente. El caso de Colidio, el domingo, como extremo por la izquierda es buen ejemplo. Ojo, no todo es responsabi­lidad de Demichelis. Barco y Nacho Fernández pasaron de no sintonizar en la derrota contra Huracán en Parque Patricios a ser los revulsivos esenciales en la remontada ante Rosario Central en el Monumental. Lo contrario ocurrió con el Diablito Echeverri. En la victoria sobre Deportivo Táchira en Venezuela fue clave como recambio. El chico que compró Manchester City no terminó de carburar el domingo.

Tiene tiempo para consolidar­se Demichelis. Tiene la base para ser un gran DT. Le sobra materia prima. Pero sabe que no puede vivir de los resultados. River siempre pide más.

Los cambios constantes crean un problema identitari­o.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina