Paso firme de Cerúndolo en canchas lentas rumbo a Roland Garros
Arrancó con victoria en el polvo de ladrillo de Montecarlo. Con Franco Davin como head coach aspira a entrar al top ten y llegar lejos en el GS de París.
Francisco Cerúndolo experimentó en los últimos años una gran evolución en su tenis. Transformado en un jugador completo, que puede rendir muy bien en cualquier superficie y complicar (y hasta vencer) a los mejores del circuito, hoy está en la búsqueda de esa regularidad que le falta a su carrera, para empezar a escalar otra vez en el ranking y transformarse en un serio candidato en las citas más importantes del calendario. La gira de polvo de ladrillo europea, que concluirá en Roland Garros y en la que el año pasado tuvo buenas actuaciones, se presenta como el escenario ideal para encontrar esa continuidad y empezar a mostrar los resultados de su nueva sociedad con Franco Davin. Y el sólido debut en el Masters 1000 de Montecarlo invita a ilusionarse.
El porteño, de 25 años y 22° del ranking, jugó un gran partido en su arranque en el Principado ante Daniel Altmaier, un lucky loser que suele ser peligroso en canchas lentas. En el primer set, dominó tenística y mentalmente, muy cómodo con la velocidad del court y muy seguro con su derecha. Y en el segundo, no se desesperó cuando el alemán sorprendió con un quiebre para quedar 4-3 arriba, en un game en el que el argentino cometió un par de errores no forzados. Mantuvo la cabeza fría y evitó irse del partido. En lugar de pelearse consigo mismo y perder el foco, algo que suele hacer cuando las cosas no le salen como quiere, dio vuelta el marcador y terminó imponiéndose por 6-2 y 7-6 (7-3).
Ese triunfo en el desempate del último set será una inyección extra de confianza, porque el porteño había sido eliminado en sus tres últimos torneos al perder tie breaks decisivos: en la tercera ronda de Indian Wells ante Ben Shelton, en la misma instancia de Miami con Karen Khachanov; y en su debut en el polvo de ladrillo de Houston frente a Luciano Darderi.
Cerúndolo anunció en diciembre pasado que sumaría a Davin como head coach, para colaborar con su entrenador de toda la vida, Kevin Konfederak, con la esperanza de que el entrenador que supo llevar a Gastón Gaudio a ganar Roland Garros y a Juan Martín Del Potro a conquistar el US Open pudiera ayudarlo a dar el salto final para cumplir el objetivo de conquistar grandes títulos y llegar al top 10.
Como es normal, toda nueva sociedad necesita tiempo y los resultados aún no se vieron en cancha. Fran tuvo un arranque de temporada de altibajos. Ganó un partido en tres torneos en la gira australiana (en su debut en Melbourne). Pasó por Córdoba y Buenos Aires sin victorias y levantó el nivel en Río de Janeiro, en el que cayó en semis. Sumó dos derrotas en tercera ronda en Indian Wells y Miami, los primeros certámenes en los que lo acompañó Davin (en el resto de los viajes, hablan a diario por teléfono). Y perdió en el debut en Houston con Darderi, 72° de la ATP.
Quizás en la gira de canchas lentas que lleva a París empiecen a verse los frutos de los casi cuatro meses de trabajo del porteño y su equipo con Davin. En este tramo de la temporada, Cerúndolo suele jugar bien. El año pasado, por ejemplo, hizo cuartos en Barcelona y Roma y octavos en Roland Garros. De acá hasta el “grande” francés, debe defender 655 puntos.
El arranque fue promisorio. En el debut en Montecarlo se lo vio muy sólido tenística y mentalmente. Ahora tendrá una prueba de cuidado: enfrentará a Khachanov, 17° del ranking, que le ganó los tres duelos que jugaron en el pasado, todos en canchas duras. ¿Podrá conseguir otra victoria para avanzar por primera vez a la tercera ronda en el Principado y dar un paso más en la búsqueda de ese salto definitivo de calidad que busca desde hace algunas temporadas?w