No al bochinche, sí a la información
Son tiempos vertiginosos para los medios de comunicación. Tal vez siempre los hayan sido, pero la irrupción reciente de la inteligencia artificial sobre la estela que ya habían dejado las redes sociales plantea desafíos nuevos.
Días atrás, el semanario francés emblema del progresismo L´Obs reformuló su edición para dar respuesta a los retos del presente. Aunque no necesariamente para plegarse a sus lógicas: “Sí, en Nouvel Obs creemos en la utilidad social de nuestro título, cada vez más necesaria en un mundo polarizado donde la información está fragmentada y el ruido es constante”, aseguró su directora editorial, la periodista Cécile Prieur.
La periodista francesa ya había enfrentado la tiranía de la digitalización arrolladora desde el diario Le Monde. En 2014, la redacción del prestigioso vespertino francés implosionó cuando siete de sus doce redactores en jefe y adjuntos renunciaron en bloque para protestar contra “la falta de confianza” hacia la dirección, en plena reorganización digital del diario. Cécile Prieur era una de las personas que dio aquel portazo.
Ahora, al frente del más influyente de los semanarios franceses, Prieur anunció en una carta a los suscriptores que L’Obs se transforma en Le Nouvel Obs, que no es solo una variación de nombres sino de enfoques, al cumplir el medio 60 años de vida.
La portada de esta semana muestra una imagen del controvertido actor Gérard Depardieu y anuncia: “Durante décadas, dominó el cine francés. Todo le estaba permitido, solo por ser ‘Gérard’. Ahora, investigado por violación, el actor ha caído de su pedestal. ¿Cómo ha llegado a esto este monstruo del séptimo arte? Raphaëlle Bacqué y Samuel Blumenfeld lo cuentan en un libro que investiga su genio, sus defectos y su caída”.
Cécile Prieur ratificó un puñado de valores que aparecen cuestionados por los discursos que imperan en el debate público: “Estamos orgullosos de continuar la vocación histórica de la única revista de información claramente progresista de Francia. Le Nouvel Obs sigue encarnando valores humanistas, feministas y ecologistas, y se niega obstinadamente a aceptar una visión retrógrada y declinista del mundo”.
Son tiempos vertiginosos para los medios de comunicación. Y la respuesta no puede ser otra que la información de calidad, profesional, que libere a la ciudadanía del bochinche.