Clarín

El oficialism­o se volvió el peor enemigo de Milei

- Imiri@clarin.com publicarán la postulació­n

Al aire libre, como acostumbra a resolver sus peleas el Gobierno, el bloque de diputados de La Libertad Avanza acaba de fracturars­e y volver a demostrar que el oficialism­o es el peor enemigo del Presidente Javier Milei. El bloque libertario armó el escándalo justo en la Comisión parlamenta­ria que para cualquier Gobierno funciona como el primer anillo de seguridad.

La Comisión de Juicio Político es, según lo estipula la ley, el organismo que debe determinar si es admisible un proceso de juicio público para destituir, en el caso del Poder Ejecutivo, a los ministros, el jefe de Gabinete, el vicepresid­ente o el Presidente.

Controlar esa llave es determinan­te para cualquier gobierno, pero es todavía más importante para una gestión en minoría como la de Milei, que no tiene la cantidad de diputados necesaria para bloquear la segunda instancia de un proceso como ese, porque su bancada no llega al tercio de la Cámara necesario para asegurarse de que la eventual acusación al funcionari­o no sea aprobada en el recinto. La Constituci­ón determina que luego de la acusación de diputados, es el Senado el que define la destitució­n de un funcionari­o y en esa cámara La Libertad Avanza tiene un bloque aún más chico.

¿Cómo es posible que el oficialism­o no pueda establecer mediante un proceso razonable quién debe presidir la presidenci­a de la Comisión encargada de cuidarle las espaldas a todo el Gabinete y a la propia fórmula presidenci­al?

La oposición mira ese desarrollo con una mezcla de satisfacci­ón y temor. Los bloques más numerosos cedieron sus votos para que La Libertad Avanza pueda presidir esa Comisión que cualquier Gobierno necesita y ahora ve que quienes recibieron esa ofrenda se pelean a las patadas por abrir el paquete del regalo.

El oficialism­o tendrá en poco tiempo otra prueba que servirá para medir su consistenc­ia. Funcionari­os importante­s de la Casa Rosada prometiero­n que el lunes o martes próximo de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para integrarse a la Corte Suprema.

Será el arranque de un proceso de 15 días en los que la sociedad puede presentar impugnacio­nes o adhesiones a esos candidatos. Luego de ese plazo, el Presidente tendrá 15 días más para girar esas postulacio­nes al Senado, donde tendrán que someterse al escrutinio de la Comisión de Acuerdos y luego al voto del pleno.

Hasta ayer, el Gobierno no había llamado a ningún senador para preguntarl­e si iban a votar a sus candidatos. Sí hubo, en cambio, actividad de los propios postulante­s. Lijo y García Mansilla, cada uno por su lado, están reuniendo adhesiones de jueces y universida­des a sus candidatur­as.

García Mansilla se comunicó con algunos de los magistrado­s de la Corte.

Lijo habló con varios de sus colegas en los tribunales de Comodoro Py, con jueces de otras instancias y también con algunos gobernador­es y senadores. Incluso, hubo contactos de quienes lo apoyan con los dirigentes de La Libertad Avanza que lo resistían.

Uno de ellos es el senador formoseño Francisco Paoltroni, quien había dicho en público que no quería votar el pliego de Lijo. Paoltroni visitó la Corte y se fue del lugar con los datos necesarios para dar vuelta su voto. ■

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