Asaltan a una mujer y se llevan su auto con el hijo adentro
Fue en Barracas. El joven de 25 años sufre autismo y epilepsia y fue rescatado herido a pocas cuadras. Un policía mató a uno de los dos ladrones, de 16 años.
Al atardecer del jueves, a Susana, una vecina de Barracas, le robaron el auto y su hijo. Dos delincuentes de 16 años la emboscaron mientras bajaba cosas de su Volkswagen Bora blanco, en el que también estaba su hijo Juan (25). Se llevaron a ambos luego de amenazar a la mujer y a su hija, la menor de sus cinco hijos. Los gritos de auxilio de la mamá alertaron a un policía de la Ciudad, quien dio la voz de alto antes de disparar y matar a uno de los delincuentes y herir al otro.
“Tenía a uno de los delincuentes prácticamente encima mío y al otro cerca del auto. Me sacó las llaves, se metió en el vehículo”, recordó Susana. “Yo gritaba y mi hija estaba desesperada. No podíamos sacar al nene del auto porque le ponemos traba de seguridad para niños”, explicó sobre Juan, de 25 años, que sufre autismo, trastorno generalizado del desarrollo (TGD) y epilepsia, por lo que no se comunica con los demás. Estaba en el auto y había quedado indefenso.
La mujer llegaba de visitar a su madre internada. También había hecho compras con su hija y se toparon con los delincuentes al bajar del auto. “El que me abordó a mí estaba armado, de unos 15 o 16 años”, declaró en la puerta de su casa, donde ocurrió el ataque. La investigación no pudo determinar si los ladrones estaban armados, pero comprobó que actuaban como si lo estuvieran. “Te voy a quemar, dame todo”, amenazaron a Susana.
“Llevate el auto, pero dame a mi hijo” imploró la víctima, pero los ladrones no le hicieron caso.
En ese momento, un agente de la Policía de la Ciudad, que estaba de franco, observó la situación y actuó: dio la voz de alto y luego disparó a los dos ladrones. Uno de ellos resultó herido en la zona del abdomen y en la clavícula. El otro fue alcanzado en el pecho por un disparo del policía, que actuó de civil. “Cuando me sacaron del auto y no me dejaron bajarlo pensé que me moría. Mi hijo tiene dificultades para comunicarse y nadie en esa situación iba a estar preparado en el caso de que Juan convulsionara o se descompensara”, agregó Susana.
El ladrón que resultó herido en la clavícula y en el riñón quedó tendido a pocos metros de la casa de Susana. Sin embargo, el otro continuó con el robo, a pesar de haber resultado herido. El vehículo, todavía con Juan a bordo, se dirigió hacia el sur por Perdriel, hacia la avenida Iriarte, por donde continuó hasta la avenida Vélez Sarsfield. En la esquina chocó violentamente contra un Ford EcoSport en el que viajaban dos mujeres.
El ladrón descendió del auto, escapó y cayó 70 metros más adelante por la herida mortal que sufrió en el pecho. Juan, el hijo de Susana, presentaba heridas, producto del choque y el impacto de las bolsas de airbag delanteros: tuvo fractura nasal y otras lesiones en la cara. Las dos mujeres que viajaban en la EcoSport resultaron ilesas.
Susana no sabía nada sobre su hijo una vez que el ladrón se lo llevó. Se enteró, en medio de la incertidumbre, que a pocas cuadras se había producido un choque entre dos autos, por lo que se acercó hasta Iriarte y Vélez Sarsfield. Allí sólo vio su auto, pero no a su hijo.
Contó que estaba desesperada porque sólo pensaba en recuperarlo. Llegó hasta el ladrón tendido en calle, lo sacudió y le dijo: “¿dónde está mi hijo? decime adónde se lo llevó tu compañero”. Minutos antes de que ella llegara a la esquina, móviles y efectivos policiales ya intervenían en la escena del choque y barajaban la posibilidad de que Juan fuese, en realidad, uno de los ladrones. Pero los propios vecinos explicaron a los oficiales que se trataba de una víctima del robo.
La Policía dejó que un vecino acompañara a Juan hasta su casa para que estuviera junto a su madre y lo pudieran asistir ante una eventual convulsión o descompensación. Cuando Susana volvió a su casa, una ambulancia del SAME estaba ya en el lugar. Juan y el ladrón fueron trasladados al Hospital Penna, en Parque Patricios.
El delincuente internado fue identificado como Derek P., mientras que el fallecido era Agustín L. O., ambos de 16 años. No se les comprobaron antecedentes penales, aunque Agustín había sido investigado por el Juzgado de Menores N°3 por amenazas y presunta portación de armas. El mismo juzgado, a cargo de Julia Marano Sanchis, investiga el asalto, con la colaboración de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad.
“Lo admiro porque cumplió con su deber. Fue valiente: si los delincuentes están armados, él también se está jugando la vida. Se jugó la vida por mi hijo y por nosotros”, ponderó la mujer al policía que intervino en el hecho.
“Llevate el auto pero dame a mi hijo”, gritó desesperada Susana.