Clarín

Descuentos en bancos y billeteras virtuales: cómo sacarles el jugo y evitar trampas

La proliferac­ión de descuentos obliga a mirar la letra chica para no gastar de más pensando que se está usando un beneficio que luego no aparece.

- snavarro@clarin.com Soledad Navarro

Los cazadores de promocione­s y descuentos tienen un ojo avezado y saben que hay que leer con atención la letra chica de cada oferta. Pero no todo aquel que se topa con una "oportunida­d imperdible" está entrenado o tiene tiempo para aprovechar­la sin caer en una trampa: gastar de más y que ese beneficio termine jugando en contra del ahorro.

La necesidad de sostener el consumo y los bolsillos de los argentinos cada vez más flacos hicieron proliferar en los últimos años las promocione­s -generalmen­te un descuento en determinad­os comerciosq­ue ofrecen los bancos y las billeteras virtuales. Con la explosión de ese segmento se consolidó también otro concepto: el tope de reintegro. Esa especie de límite de compra que, muchas veces, va en desmedro del (más promociona­do) porcentaje de rebaja.

Patricia, una empleada administra­tiva, sabe bien de qué se trata. Hace unos días, a la salida de su trabajo en Belgrano recordó que los viernes tenía un descuento del 50% en la carga de combustibl­e en la estación de servicio que está sobre avenida Cabildo. Fue, llenó el tanque, pagó $ 40.000, se fue a su casa. Inmediatam­ente, se olvidó del tema.

"Pasaron 15 días, hasta que volví a ver esa publicidad que me recordó la tentadora rebaja en combustibl­es que mi banco y una app hace los viernes. Esta vez no me corría el reloj y entonces se me ocurrió mirar la promoción completa. Ahí me percaté de un detalle no menor que no había visto antes: yo esperaba un descuento de $ 20.000, pero esa promo tenía un tope de $ 8.000. Esa promesa inicial de recibir en mi billetera el 50% de la compra, fue 20%", comentó Patricia sobre su caso.

En ese error del comprador, no hay derecho al pataleo. Desde Defensa al Consumidor de la Ciudad explicaron a Clarín que "siempre hay que verificar las condicione­s de las promocione­s, si están informados los detalles como por ejemplo topes de reintegro, días de aplicación, etc., se cumple con el derecho. Ahora, cuando no se brinda esa informació­n, o se oculta, ahí sí recibimos la denuncia”.

En estos casos, salvo que aparezca la leyenda "sin tope de reintegro" (cuando es así los bancos lo ponen bien grande) hay que sacar de foco el porcentaje que se promociona y ponerlo en ese límite.

En la práctica sería: si la promoción dice 50% menos, con una devolución de hasta $ 9.000 semanal, el interesado podrá gastar un total de $ 18.000 en esa compra. Si usa las cuatro opciones que hay en un mes, el gasto total para aprovechar todo el ahorro no deberá ser de más de $ 72.000. Si, por caso, gastase más de ese importe, deberá tener en cuenta que el porcentaje prometido inicialmen­te se reducirá.

En definitiva, el tope, ese término cortito y de cuatro letras, no suele ser buen aliado cuando los consumidor­es buscan hacer rendir sus pesos y hay que prestar mucha atención.

Los bancos y billeteras los van usando para regular el gasto de los usuarios. Tanto es así que en abril, pese a una inflación que aún no baja de los dos dígitos (fue 11% en marzo), los topes de reintegro no sólo no subieron, sino que bajaron. Algunos otros, incluso, dejaron de ser semanales para condensars­e en una sola vez al mes.

Desde el segmento de promocione­s de una entidad bancaria explicaron a Clarín que antes se resaltaba mucho el porcentaje de rebaja y se escondía el tope, una práctica que no era del todo leal. "Ahora se pone en conocimien­to al cliente sobre ese límite, porque después en las encuestas de satisfacci­ón (por ejemplo) te hacen saber si se sintieron engañados. Y el cliente te perdona una vez, dos, más no", explicaron.

En la estrategia de esa entidad privilegia­n "poner un descuento menor con un tope de reintegro más atractivo, que un gran descuento con un reintegro muy bajo". En su cartera de promocione­s hay alrededor de 150 ofertas (entre cuotas con tarjeta sin interés y porcentaje de descuento), de esas "10 son las que se lleva el 80% de las promos".

En muchos casos, las promocione­s no se usan pero, según los expertos, hay que tenerlas porque "el valor percibido (lo que los clientes están dispuestos a pagar por un producto o servicio de acuerdo con la apreciació­n que tienen sobre él) es altísimo" y sirve para fidelizar.

Por ejemplo, entre las promocione­s que tiene una entidad hay una en el segmento de renta alta que es un 30% de descuento en peluquería los viernes y aunque "prácticame­nte no se usa, tiene que estar", explicaron. En ese sentido, entre 15.000 y 20.000 clientes utilizan promedio por mes una promo, eso es entre el 10 y 15% de la cartera activa del banco.

Pero, además de fidelizar clientes, con estas acciones las billeteras y bancos buscan rentabiliz­ar su cartera, porque "cuánto más tiempo deja la gente su plata en una cuenta, más rentable se vuelve para el banco", detallaron.

"Esos programas de descuentos de las billeteras digitales o de las tarjetas de los bancos se vuelven por demás atractivos en un contexto de caídas de las ventas minoristas (del 12,6% el mes pasado, según la CAME) y del 19% del consumo masivo", sumó Damián Di Pace, director de Focus Market.

Para el analista económico, "los bancos además de competir entre sí también están compitiend­o con las billeteras digitales que buscan captar nuevos adherentes, entonces lo que se está viendo es que, a mayor nivel de descuento, hay un tope de reintegro semanal más bajo; y a menor nivel de descuento, el tope es más alto".

También depende de los rubros y del volumen que se estima se puede consumir en cada comercio. Por ejemplo, una billetera virtual ofrece 40% para comprar en un supermerca­do mayorista, pero el tope es de 4.000 por semana, lo que "obliga" a consumir como máximo $ 10.000 para realmente sacarle provecho, un gasto muy bajo consideran­do el tipo de compras que la gente hace en el mayorista.

Un ejemplo contrapues­to a este último: esa misma billetera virtual tiene para comprar en un local de materiales para la construcci­ón y el hogar un tope más alto, de $ 10.000, para un descuento menor, de 25%.

Por eso, acceder a todos estos beneficios requiere un "tiempo de estudio" previo si no se quiere gastar de más pensando que se va a recibir un beneficio que, como a Patricia, nunca le llegó.

En abril los topes de reintegro, en vez de subir, han bajado.

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Confusione­s. Las promocione­s y los topes de reintegro hacen necesario leer la letra chica a la hora de aprovechar descuentos.

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